Se preve que la temporada de huracanes inicie antes de lo previsto

Para este año se tiene previsto que la temporada de huracanes inicie antes de lo previsto, pues aunque oficialmente se registran del 1 de junio al 30 de noviembre ya se han presentado precipitaciones intensas en las zonas norte y sur de Tamaulipas.

Para la temporada de ciclones 2018 se tienen previsto 15 eventos, de los cuales ocho serían tormentas tropicales, cuatro huracanes moderados, pero por lo menos tres podrían rebasar el nivel 3 de la escala de Saffir-Simpson, es decir con vientos de más de 200 kilómetros por hora.

En Tamaulipas, el coordinador estatal de Protección Civil, Pedro Granados Ramírez, señaló que el estado, por su ubicación geográfica dispone de un litoral de 420 kilómetros, donde se ubican cuatro regiones hidrológicas y ocho presas de almacenamiento, lo que lo hace altamente vulnerable a huracanes.

AEROPUERTOS SE PREPARAN

En Yucatán, apenas a inicios de marzo, ejecutivos de aeropuertos y meteorólogos de Estados Unidos, México y el Caribe, llevaron a cabo el Seminario Internacional de Huracanes. Héctor Navarrete Muñoz, director regional de Grupo Asur, empresa que opera nueve aeropuertos del sureste mexicano y el de San Juan Puerto Rico, destacó la importancia de estar prevenidos antes, durante y después del impacto de un ciclón.

Promovieron la utilización de drones y globos estáticos para evaluar daños en las terminales aéreas y sus alrededores.

También se dio a conocer el manual de huracanes del aeropuerto de Miami y su aplicación en la temporada del año pasado, como modelo a seguir para las terminales del Caribe y el sureste mexicano.

EARL

La tormenta tropical Earl azotó a México proveniente del Atlántico en agosto de 2016. Dejó al menos 42 muertos en el país, 12 en Veracruz y 29 en Puebla, en el municipio de Huauchinango donde los deslaves y desgajamientos de cerros sepultaron a una comunidad entera mientras dormían.

Se cuantificaron alrededor de dos mil familias damnificadas y millonarias pérdidas económicas.

Earl fue uno de los huracanes más devastadores que tocó suelo mexicano desde la costa Atlantica, siendo superado por Gilberto en 1988 (quizá el más mortifero) que asoló desde la Península de Yucatán hasta Nuevo León dejando cientos de muertos y millones de dólares en daños.