Afectados más de 30 estudiantes del telebachillerato que se encuentra en la comunidad de San Andrés, el cual fue víctima del vandalismo y de los malos hábitos de un segmento de la población que ingresaron ilegalmente al lugar y dañaron las instalaciones. El director del plantel, Rafael Gardea, manifestó que se requiere una inversión aproximada de más de 20 mil pesos, pero que no tiene el recurso, por lo que los estudiantes reciben las clases en estas condiciones.
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Durante esta temporada de frío, en donde incluso se han registrado casos donde el termómetro disminuye considerablemente, estudiantes de la preparatoria en San Andrés tienen que soportar estas condiciones e ingeniárselas para mitigar el frío.
Lo anterior luego de que las aulas de dicha institución son usadas para el desarrollo de actividades inmorales como el consumo de narcóticos y actividades inapropiadas.
Esto derivado de que al ser una escuela vulnerable no cuenta con una cerca que prohíba el acceso a terceros, por lo que una vez terminada la jornada escolar y todo el personal se retira, los vándalos acuden y realizan sus actos.
En este sentido, el director Rafael Gardea manifiesta que es una problemática que afecta gravemente a todos y todas, pues destaca, son más de 300 estudiantes en los tres niveles académicos que se ven afectados ya que con los vidrios de las ventanas quebrados se intensifica el frío entre los salones.
Según mencionó, la infraestructura dañada corresponde a dos salones para la impartición de clases y uno más que es usado como comedor estudiantil.
El líder académico resaltó que el único ingreso que se tiene es el pago de cuotas voluntarias que dan los estudiantes al inicio del curso escolar, en el que logran conseguir hasta 9 mil pesos, mismo recurso que es utilizado para el mantenimiento diario de la institución así como para la adquisición de papelería para reforzar el aprendizaje.
Finalmente, Gardea pidió a las autoridades competentes brindar ayuda a la institución, dado que los estudiantes se ven afectados y poco a poco el vandalismo consume a la institución.