A principios del presente año, entre los meses de enero y marzo, se atendieron 15 casos de menores que presentaron diversos problemas derivados de la violencia, informó la psicóloga Rocío Guzmán Sandoval, directora del Centro de Atención y Prevención Psicológica para la Familia (Cappsifam).
Sin embargo, durante los seis meses de pandemia de coronavirus no se han presentado más casos de violencia como para saber si los menores sufren o no esta problemática. “Es una interrogante”, expresó.
La especialista explicó que, con la modalidad de clases virtuales o en línea, se derivan diversos problemas psicosociales en los hogares y el hecho de que no se conozcan con exactitud se debe a que antes el primero en denunciarlos era el profesor; sin embargo, a distancia se desconoce lo que está sucediendo.
La titular del Cappsifam destacó que, como medida de prevención, anteriormente se regalaba en las escuelas un bote para depositar basura donde se colocaba un número para denunciar violencia, en el marco del programa denominado “Alto al abuso; sin embargo, ahora sin asistir a la escuela se ha hecho más difícil esta situación.
Por su parte, la psicóloga Azalia Alejandra Rivera Villalobos, añadió que el hecho de que los niños tomen clases a distancia acarrea problemas de relaciones interpersonales con posible violencia doméstica, debido a la incomprensión del material de apoyo escolar, generada por la carencia de una estructura de aprendizaje. Esos son los principales factores psicológicos que pueden afectar a los alumnos al recibir clases desde su casa.
Detalló que la interacción con sus compañeros, es una de las principales afectaciones, ya que por medio de otros niños, también se practica la socialización, el manejo emocional y aprendizajes académicos.
En lo que se refiere a la consecuencia de esta falta de interacción, Rivera Villalobos afirmó que es una falta de estimulación social que, en determinados casos, puede afectar las relaciones interpersonales.
“Otra de las consecuencias es la carencia de una estructura de aprendizaje, pues aunque los maestros hacen su esfuerzo por enviar los trabajos, no es lo mismo que mantengan horarios en escuela, estar en el salón, tener de cerca a la maestra, debido a que los niños están a lo que los papás les digan y que puedan pasar días sin hacer tarea”.
Expuso que, como consecuencia de esta situación, no se da un aprendizaje significativo aunque los maestros estén al pendiente de ellos. “Porque hay padres de familia que llegan de trabajar en la noche a hacer tareas”.
Otra de las afectaciones podría ser el entendimiento del material del aprendizaje, debido a que este puede generar confusión; además de que no todas las madres o padres tienen paciencia para transmitir las tareas que se envían y no todos los materiales son adecuados para el aprendizaje.
Coincidió en que puede haber violencia doméstica al no aprender el niño cómo los padres de familia quieren, hecho que genera frustración de no saber o no querer transmitir el conocimiento y puede derivar en agresión.
Hay mamás que no entienden las clases en línea, por lo que se pueden generar incluso lagunas en el aprendizaje, concluyó.