/ martes 29 de junio de 2021

Idealismo en una realidad | Ya nos llovió

Un ambiente de alegría y positivismo se respiró en la población, por lo que esperamos se siga presentando y que ojalá se generalice por toda la región y principalmente en el campo, donde los daños causados por la falta de la tan esperada lluvia ha hecho estragos en la ganadería y en los cultivos de temporal, constituyendo esto un atraso irreversible para el desarrollo de nuestro campo y de las familias de agricultores que dependen y viven de esta importante actividad.

Confiemos en que este aliento de esperanza que Dios nos ha proporcionado continúe, porque se necesita que también los mantos friáticos se recuperen y los pozos vuelvan a tomar sus niveles normales y de ésta manera los cultivos de riego se puedan lograr, además de poder seguir extrayendo el vital líquido tan indispensable para el uso en el diario vivir, y de ésta manera poder vislumbrar un panorama distinto al incierto que hemos venido padeciendo, y que hasta el momento nos preocupa terriblemente a toda la población y sobre todo por el encarecimiento que se presentaría en los productos de consumo básico, por el hecho de tener que traerlos de lugares lejanos, por los costos de traslado que implica.

Sin embargo, algo que esperamos que sea ya de beneficio inmediato, gracias a éstas primerizas lluvias que caen del cielo, es que la JMAS, que tantas dificultades ha venido enfrentando, viéndose en la necesidad de realizar tandeos por días y quizás por semanas, podrá empezar a hacer llegar el vital líquido a las partes altas de la ciudad, a donde se ha estado abasteciendo mediante pipas, pero que es insuficiente hasta por la falta del recurso material y humano y que también para los particulares ha sido difícil, ya que tienen que hacerlo con recurso propio.

Por otra parte, y hay que decirlo, que ésta terrible situación para el campo en nuestro estado, la vino a propiciar nada más y nada menos, que el propio Presidente de la república, quien imprudentemente decidió entregar a los Estados Unidos un considerable volumen de nuestra agua en mts3, según él para cumplir con el tratado y quien llevó a cabo su intención a pesar de las protestas y valga decirlo, bien fundamentadas, de los agricultores y productores, quienes preveía este panorama por la sequía, logrando su caprichoso plan de extraer el agua de las presas La Boquilla y Las Vírgenes, con las lamentables consecuencias que todos sabemos.

El problema de la escasez de agua que estamos padeciendo localmente, como hace muchos años no lo teníamos, ha venido agudizándose, sobre todo en las colonias de la periferia, creando crisis para las familias que carecen de sistemas de captación y almacenamiento de agua, ya sea tanques o cisternas, sin embargo con toda fe esperamos que el Todo Poderoso siga bendiciendo a nuestra región con la gracia de la lluvia que tanto hemos venido implorándole.

A esto le agregamos que el problema de la Pandemia por el Covid-19 aún no termina y que siguen presentes los contagios y víctimas, así como las aglomeraciones en los hospitales, aún y que ya la aplicación de la vacuna es un paliativo muy importante, sin embargo no debemos bajar la guardia.

Hay que continuar orando con mucha fe para que éstas dos situaciones que escapan de la voluntad del hombre, pandemia y sequía, con la ayuda de nuestro padre Dios, logremos superarlas por bien de la humanidad y el progreso de los pueblos.

Un ambiente de alegría y positivismo se respiró en la población, por lo que esperamos se siga presentando y que ojalá se generalice por toda la región y principalmente en el campo, donde los daños causados por la falta de la tan esperada lluvia ha hecho estragos en la ganadería y en los cultivos de temporal, constituyendo esto un atraso irreversible para el desarrollo de nuestro campo y de las familias de agricultores que dependen y viven de esta importante actividad.

Confiemos en que este aliento de esperanza que Dios nos ha proporcionado continúe, porque se necesita que también los mantos friáticos se recuperen y los pozos vuelvan a tomar sus niveles normales y de ésta manera los cultivos de riego se puedan lograr, además de poder seguir extrayendo el vital líquido tan indispensable para el uso en el diario vivir, y de ésta manera poder vislumbrar un panorama distinto al incierto que hemos venido padeciendo, y que hasta el momento nos preocupa terriblemente a toda la población y sobre todo por el encarecimiento que se presentaría en los productos de consumo básico, por el hecho de tener que traerlos de lugares lejanos, por los costos de traslado que implica.

Sin embargo, algo que esperamos que sea ya de beneficio inmediato, gracias a éstas primerizas lluvias que caen del cielo, es que la JMAS, que tantas dificultades ha venido enfrentando, viéndose en la necesidad de realizar tandeos por días y quizás por semanas, podrá empezar a hacer llegar el vital líquido a las partes altas de la ciudad, a donde se ha estado abasteciendo mediante pipas, pero que es insuficiente hasta por la falta del recurso material y humano y que también para los particulares ha sido difícil, ya que tienen que hacerlo con recurso propio.

Por otra parte, y hay que decirlo, que ésta terrible situación para el campo en nuestro estado, la vino a propiciar nada más y nada menos, que el propio Presidente de la república, quien imprudentemente decidió entregar a los Estados Unidos un considerable volumen de nuestra agua en mts3, según él para cumplir con el tratado y quien llevó a cabo su intención a pesar de las protestas y valga decirlo, bien fundamentadas, de los agricultores y productores, quienes preveía este panorama por la sequía, logrando su caprichoso plan de extraer el agua de las presas La Boquilla y Las Vírgenes, con las lamentables consecuencias que todos sabemos.

El problema de la escasez de agua que estamos padeciendo localmente, como hace muchos años no lo teníamos, ha venido agudizándose, sobre todo en las colonias de la periferia, creando crisis para las familias que carecen de sistemas de captación y almacenamiento de agua, ya sea tanques o cisternas, sin embargo con toda fe esperamos que el Todo Poderoso siga bendiciendo a nuestra región con la gracia de la lluvia que tanto hemos venido implorándole.

A esto le agregamos que el problema de la Pandemia por el Covid-19 aún no termina y que siguen presentes los contagios y víctimas, así como las aglomeraciones en los hospitales, aún y que ya la aplicación de la vacuna es un paliativo muy importante, sin embargo no debemos bajar la guardia.

Hay que continuar orando con mucha fe para que éstas dos situaciones que escapan de la voluntad del hombre, pandemia y sequía, con la ayuda de nuestro padre Dios, logremos superarlas por bien de la humanidad y el progreso de los pueblos.