/ martes 22 de marzo de 2022

Idealismo en una realidad | El Tizonazo del Señor de los Guerreros

Tizonazo proviene de tizón, leño ardiente que se utiliza en chimeneas y hornos antiguos y también anclados en la pared para iluminación de interiores.

El origen de la imagen escultura del “Señor de los Guerreros”, dice la leyenda, apareció en esos lugares de manera misteriosa y se cree que es Cristo Crucificado, que fue traído del otro continente por algún fraile y que al encontrarla ahí los moradores de esos lugares, decidieron construirle un templo, el cual actualmente es a donde cada viernes primero de marzo acuden cientos de feligreses, a pie y hasta descalzos, para visitarlo y cumplir alguna manda por algún beneficio o milagro recibido y en cuyas peregrinaciones se incluyen ciudadanos de esta región y también algunos que vienen desde Estados Unidos.

A espaldas de la imagen en el altar de este templo, existen infinidad de agradecimientos de personas que han sido favorecidas por éste Santo, como curaciones milagrosas o la solución de problemas, según los relatos que ahí se dejan en hojas de papel simple o impresas, pero que se conservan y dan peso a esta leyenda que ya es tradición religiosa y muy popular.

El Tizonazo, oficialmente denominado San José del Tizonazo, es un pequeño pueblo en el municipio de Indé Durango, que aun siendo de escasa población, se ha convertido en uno de los más importantes sitios de peregrinación religiosa en México, al ser el centro de culto del Señor de los Guerreros; colinda con otras poblaciones como Santa María del Oro y San Bernardo y que antaño fue considerada esta región muy pujante económicamente, por el comercio en la minería, por un mineral que se encuentra al lado, el Mineral de Magistral del Oro, que fue una rica explotación y con el tiempo desapareció, pero del cual quedan los vestigios de las quintas hermosas donde vivieron los directivos y empleados de aquella empresa mineral, tal y como ocurrió aquí en Parral, que al terminar la explotación de la mina La Prieta, quedan como parte de la historia, las casas habitación de los trabajadores en la época de la bonanza de la empresa minera.

Así se dio esta veneración al Señor de los Guerreros, que en su celebración anual, además de peregrinos, reúne infinidad de comerciantes, que van a hacer su actividad económica con la venta de artículos religiosos de toda índole, de este Santo que se venera con toda devoción.

Localmente, en la comunidad de Las Ánimas, aquí en nuestro municipio, se construyó un templo para venerarlo, a donde ocurre la gente que por alguna circunstancia no puede asistir hasta el pueblo del Tizonazo, por lo cual, para este día caminan fieles de toda la región, acudiendo con toda su fe y en gratitud por los milagros otorgados, lo que ya es tradición y festividad durante uno o varios días.

Para quienes gustamos de esta bonita celebración al Señor de los Guerreros, representa quizá una esperanza para el alivio de nuestras tribulaciones, que en muchas de las ocasiones no se han conseguido ni aun con el adelanto de la medicina moderna y únicamente por la vía de la fe, se espera un milagro para recuperar la salud o una situación particular.

Así como todos los mexicanos católicos veneramos a la Virgen de Guadalupe, nosotros los parralenses veneramos también a la Virgen de la Soledad y al Señor de los Guerreros, constituido esto en una verdadera tradición de nuestra fe.

José Félix Bueno | Político / Activista Social

Tizonazo proviene de tizón, leño ardiente que se utiliza en chimeneas y hornos antiguos y también anclados en la pared para iluminación de interiores.

El origen de la imagen escultura del “Señor de los Guerreros”, dice la leyenda, apareció en esos lugares de manera misteriosa y se cree que es Cristo Crucificado, que fue traído del otro continente por algún fraile y que al encontrarla ahí los moradores de esos lugares, decidieron construirle un templo, el cual actualmente es a donde cada viernes primero de marzo acuden cientos de feligreses, a pie y hasta descalzos, para visitarlo y cumplir alguna manda por algún beneficio o milagro recibido y en cuyas peregrinaciones se incluyen ciudadanos de esta región y también algunos que vienen desde Estados Unidos.

A espaldas de la imagen en el altar de este templo, existen infinidad de agradecimientos de personas que han sido favorecidas por éste Santo, como curaciones milagrosas o la solución de problemas, según los relatos que ahí se dejan en hojas de papel simple o impresas, pero que se conservan y dan peso a esta leyenda que ya es tradición religiosa y muy popular.

El Tizonazo, oficialmente denominado San José del Tizonazo, es un pequeño pueblo en el municipio de Indé Durango, que aun siendo de escasa población, se ha convertido en uno de los más importantes sitios de peregrinación religiosa en México, al ser el centro de culto del Señor de los Guerreros; colinda con otras poblaciones como Santa María del Oro y San Bernardo y que antaño fue considerada esta región muy pujante económicamente, por el comercio en la minería, por un mineral que se encuentra al lado, el Mineral de Magistral del Oro, que fue una rica explotación y con el tiempo desapareció, pero del cual quedan los vestigios de las quintas hermosas donde vivieron los directivos y empleados de aquella empresa mineral, tal y como ocurrió aquí en Parral, que al terminar la explotación de la mina La Prieta, quedan como parte de la historia, las casas habitación de los trabajadores en la época de la bonanza de la empresa minera.

Así se dio esta veneración al Señor de los Guerreros, que en su celebración anual, además de peregrinos, reúne infinidad de comerciantes, que van a hacer su actividad económica con la venta de artículos religiosos de toda índole, de este Santo que se venera con toda devoción.

Localmente, en la comunidad de Las Ánimas, aquí en nuestro municipio, se construyó un templo para venerarlo, a donde ocurre la gente que por alguna circunstancia no puede asistir hasta el pueblo del Tizonazo, por lo cual, para este día caminan fieles de toda la región, acudiendo con toda su fe y en gratitud por los milagros otorgados, lo que ya es tradición y festividad durante uno o varios días.

Para quienes gustamos de esta bonita celebración al Señor de los Guerreros, representa quizá una esperanza para el alivio de nuestras tribulaciones, que en muchas de las ocasiones no se han conseguido ni aun con el adelanto de la medicina moderna y únicamente por la vía de la fe, se espera un milagro para recuperar la salud o una situación particular.

Así como todos los mexicanos católicos veneramos a la Virgen de Guadalupe, nosotros los parralenses veneramos también a la Virgen de la Soledad y al Señor de los Guerreros, constituido esto en una verdadera tradición de nuestra fe.

José Félix Bueno | Político / Activista Social