En deterioro total se encuentra el recinto sagrado más antiguo de la ciudad “Templo Santo Tomás”, el cual fue construido en el año 1632, según información del Instituto Nacional de Antropología e Historia, mismo que se ubica a un costado del Asilo de San Vicente y del Periférico Sur Luis Donaldo Colosio.
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Como decía Don Antonio del Valle Arizpe, escritor mexicano, estos monumentos resguardan la huella imborrable de la ausencia presente de millares de almas que por ahí desfilaron; mismos que en todas las ciudades de ascendencia hispana, fueron siempre los templos las primeras edificaciones que se construían.
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Tras un recorrido, el inmueble luce verdaderamente fatal, el cual ha sido vandalizado y utilizado como basurero, para el arte urbano con grafitis en su interior, paredes quemadas y con olores a heces.
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Es de resaltar que, la capilla de Santo Tomás, fue construida hace 391 años, en los anexos de las casas y cuadrillas que formaron la gran hacienda de “Sacar Plata” que levantó a media población del Real, nada menos que el fundador Don Juan Rangel de Biesma.
Este recinto, ha sido testigo de ceremonias solemnes para proclamar triunfos en las armas del Rey dominante, dando gracias al proclamarse nuevas leyes o haciéndose cambios de gobierno, ceremonias, proclamando nuevos sacerdotes y en fin toda clase de funciones laicas.
Además, en su rica historia eclesiástica infinidad de parralenses realizaron sus bodas, bautizos, confirmaciones, confesiones y funerales, síntesis de variados sentimientos, que, representan estos sagrados recintos en la fe del pueblo.
El templo, ha existido en Parral, desde su formación y varias ocasiones en distintas épocas, estuvo cambiando de dueño, ya que Biesma se vio obligado a vender su hacienda, incluyendo la capilla, a Don Juan de Salaices y a la muerte de éste en 1676, se levantó un inventario con la presencia del Escribano Real, Don Miguel Aranda, quien hacía constar que en esa capilla había variedad de objetos.
La iglesia contaba con: “Dos campanas que estaban en la torre, el retablo de dicha capilla que se compone de dos cuerpos, dieciocho cuadros de diferentes santos, doce espejos, cuatro hechuras de bulto, tres ornamentos nuevos de damasco, una capilla, un alba y un almito, un cáliz y patena, vinagreras y salvillas todo de plata, un misal nuevo, dos campanillas y unos manteles de altar”.
De ese sagrado recinto, sobre el cual se cuentan muchas leyendas, sólo ha quedado el cuadro que estaba en su altar mayor, es decir la imagen de Santo Tomás de Villanueva, Obispo Español, que estuvo en uno de los muros del templo de San Juan de Dios y que se le ve con actitud de realizar uno de sus frecuentes y generosos actos de auxiliar a los pobres y necesitados.
También, este templo estuvo en manos de Don Antonio de Salaices Bachiller del Santo Oficio, luego pasó al capitán Juan de Salaices, tras un largo litigio corre el tiempo y en 1799 adquiere Santo Tomás, el señor Juan José Almanza que lo vende a su vez el 8 de mayo de 1809, al señor Juan José de Elorriaga y finalmente a principios de este siglo lo adquirió el famoso minero Don Pedro Alvarado.
Los descendientes lo conservaron, hasta que en los días de la revolución fue profanado y empezó a destruirse y quedar en ruinas como hoy día se aprecia, por más que se prometió que los actuales propietarios de los terrenos donde se encuentra, pensaban reconstruirlo.
NOTA: Este emblemático e histórico templo eclesiástico, al momento luce en su estructura un grave deterioro, con el abandono, indicios de vandalismo con grafitis, basura, paredes quemadas y usado para hacer necesidades fisiológicas, siendo la maleza la que adorna la primera iglesia de la ciudad desde el año 1632.
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