Desde hace 30 años aproximadamente, usuarios de las acequias Cordereña y del Pueblo, disputan aguas del Río Valle. La actual polémica por la distribución de aguas, ya había tenido solución en los años 90's; sin embargo, debido a que cada vez hay menos aguas por las sequías, los problemas heredados vuelven a surgir y ahora, sólo se está a la espera de una nueva y definitiva solución.
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Hace aproximadamente tres décadas, el municipio de Allende dio lugar a la primera disputa por las aguas del Río Valle. Desde entonces, como si se tratase de una tradición, el problema con la distribución de aguas, sale a flote cada vez que el vital líquido escasea en esta región.
“No es la primera vez que se suscita algo como esto”, Así lo mencionó Gonzalo Lugo, quien, en el año de 1990, para estas mismas fechas, laboraba como jefe de zona de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, explicó que, en aquel entonces, se suscitó la misma discusión que hoy viven los acequiados de la Cordereña y los del Pueblo.
En aquel entonces, se había presentado una de tantas sequías que llegaron a desesperar al agricultor. Pareciera que lo que hoy veo en las noticias, es lo mismo que aconteció en aquel entonces. El factor, el mecanismo, todo es igual, sólo que ahora podría decirse, que son los hijos de los que, en aquel entonces, eran los protagonistas
Añadió, que, en esa ocasión, para dar solución al problema, autoridades de la PGR –puesto que son aguas federales- acudieron al lugar para establecer un acuerdo en la distribución de aguas; sin embargo, el problema se recrudece, cuando el bien que se reparte es insuficiente.
Agregó que, para dar una distribución de “la misma cantidad” de agua, se colocaron unos portales, mismos que dividían las aguas y así le tocaba a cada uno lo correspondiente. Pero como dice el dicho: “la avaricia rompe el saco”, no pasaron más de dos horas, para que uno de los grupos, derrumbara dichos portales o colocar sacos de arena, para desviar el líquido vital a sus terrenos.
A estas alturas, ya no había ley, ni acuerdo, ni soluciones. Todo estaba en manos de ambos acequiados, quienes, desde entonces, siempre han tratado de quedarse con la mayor parte, sin importar los demás
Asimismo, señaló que aunque es la única vez – aparte de la actual- que él ha escuchado sobre la disputas de estas aguas; no obstante, no descarta que dentro de los 30 años desde entonces, la situación haya sido la misma, puesto que el líquido vital, para los agricultores, es oro puro.