Disputa por el control de las aguas del río de Allende. Grupos de usuarios de las dos acequias del Valle de Allende, pelean la posesión de las emanaciones del venero de Talamantes. Uno de los grupos utiliza “tapones” para quedarse con todo el líquido. Ayer empezaron las negociaciones sin acuerdo. La Conagua se mantiene al margen del problema.
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Un grupo de poseedores de terrenos que está a la orilla de la acequia de Valle de Allende, se presentó en Talamantes. Corroboraron por qué no reciben el líquido acostumbrado y el que históricamente ha corrido por sus terrenos.
Se trata de los usuarios del agua del venero de Talamantes. Una de las acequias pasa por el poblado de Valle de Allende; el segundo, por las afueras en el sector conocido como “La Cordereña”.
Quienes son dueños de huertas que están en las márgenes de la acequia que se encuentra en el poblado del Valle de Allende, relatan que el problema tiene ya varios años; sin embargo, en el presente se ha agudizado debido a que hay taponamientos que imponen algunos de los usuarios de la acequia de La Cordereña.
Originalmente se siniestraba a ambas acequias; esto, luego de que los usuarios de Talamantes aprovechaban el agua que manaba del venero de aquel lugar. Ellos -los de Talamantes-, riegan sus huertas y después dejan correr el agua para que los de río abajo la aprovechen.
En la salida de Talamantes hay una represa en la cual se deriva el vital líquido en dos partes: la primera, que riega a aquellos que se encuentra en la acequia que va a salir a La Cordereña, cerca de la gasolinería; mientras que el segundo recorrido va por el río del Valle de Allende. De ahí se suministra a la acequia del pueblo la que pasa por en medio de la comunidad.
Sin embargo, los usuarios de cordereña a últimas fechas han hecho taponamientos en la derivación de ambos caudales, provocando que el agua sólo se vaya para con ello. Esto ha generado afectaciones en los predios de El Valle, algunos han perdido incluso sus siembras de avena ante la falta de riego.
La disputa por las aguas llevó a que el jueves por la tarde un grupo de personas afectadas acudiera a Talamantes y retiraran “los taponamientos” que impedían que corriera el agua para con ellos.
De igual manera, ayer viernes en la mañana se efectuó una reunión entre los representantes de los usuarios de ambos afluentes, sin que se llegara a un acuerdo; pero acordaron que ayer mismo en la noche se reunirían en Talamantes para medir el aforo de agua y determinar cuánto les podría tocar a cada uno.
Elio Soto dijo que la idea es arreglar el problema sin que pase a mayores. Se trata de que exista voluntad entre ambas partes y urgió que la Conagua intervenga; aunque hasta ahora lamentó que se ha mantenido al margen al igual que la Alcaldía.
“Hemos acudido varias veces con la Presidenta de Allende, pero siempre dice que resolverá el problema y no lo hace. Habíamos quedado en llevar a cabo una junta para tratar estas diferencias, pero sin aviso se canceló, no se llevó a cabo”, señalaron.
Las afectaciones económicas ya se están generando: uno de los dueños de predios de Allende dijo que perdió toda la cosecha de avena que sembró el año pasado. El agua no llegó por varios días por el “tapón” que colocaron los otros grupos.