Ya son cien años sin Pancho Villa y ahora el lugar donde fue sepultado el 21 de julio de 1923 en el Panteón de Dolores, luce una moderna tumba construida por el Gobierno de Parral para honrar y rendir homenaje a la memoria del Centauro del Norte, misma que recién fue inaugurada en el marco del centenario de la muerte del General Francisco Villa y como novedad cuenta con una escultura del jefe revolucionario en el norte del país.
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Todavía sigue siendo un enigma si el general de división está enterrado en Parral, si sus restos descansan en una tumba hasta ahora secreta en el Panteón de Dolores, y no en el Monumento a la Revolución en la Ciudad de México, como todo el mundo cree, pero de cualquier manera se reconstruyó lo que fue su tumba oficial, a donde la gente acude para rendirle honores y manifestarle: “Estoy Presente Mi General”.
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Existen versiones de que los restos mortales de Villa nunca salieron del Panteón de Dolores, ya que la tumba fue profanada tres años después de su muerte para cortarle la cabeza, con el fin de cobrar una recompensa de 50 mil dólares y que por cierto ya no estaba vigente, por lo que, al ser trasladada a Ciudad Juárez, todo se vino abajo y hubo que deshacerse de la cabeza que según cuenta la historia fue enterrada en la hacienda El Cairo (hoy Salaices).
Mientras eso sucedía, el cuerpo decapitado de Villa permanecía en la fosa 632 del Panteón de Dolores y existió la versión de la vox populi, que para evitar una nueva profanación de la tumba, una de las viudas del general, Austreberta Rentería y Pedro Alvarado, exhumaron secretamente los restos del Centauro del Norte y fueron colocados en una nueva tumba en el mismo cementerio, a escasos 120 metros de la tumba original, donde supuestamente años después doña Austreberta fue sepultada en la misma tumba al momento de su muerte.
Por cierto, para que la tumba original no quedara abandonada, cuenta la historia que fue depositado otro cuerpo y que fue el de una mujer desconocida que viajaba por Parral y falleció a causa de una enfermedad sin la manera de que fuera identificada, por lo que antes de sepultarla en la fosa común, se acordó llevarla a la tumba de Villa y se asegura que fue decapitada para que ocupara su lugar.
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En 1976, el cuerpo supuestamente de Francisco Villa fue exhumado y los restos llevados al Monumento a la Revolución, donde existían versiones y rumores de que eran de una mujer, lo cual no fue probado.
El misterio de que fue lo que sucedió perdura hasta nuestros días, sobre si los restos de Francisco Villa nunca salieron del Panteón de Dolores, o bien son los que están descansando en el Monumento a la Revolución, por lo que aquí se sigue rindiendo homenaje al Centauro del Norte y la prueba de ello es que ya se inauguró la reconstrucción de la tumba oficial.
Ahora sí que ya no es la tumba abandonada como dijera Antonio Aguilar en su corrido, pero que si hace alusión: “Yo también quiero recordarle a mi nación, que allá en Parral descansa Villa en el regazo del lugar que tanto amó”.
La reconstrucción de la tumba de Pancho Villa fue una de las obras importantes para conmemorar el centenario de su muerte, donde se edificó una propuesta totalmente nueva con una gran columna y una losa que se forró con mármol y piso de adoquín, donde además se colocó la escultura.
Totalmente distinta luce hoy en día la tumba oficial del general Francisco Villa con sus acabados en mármol, misma que puede albergar a 70 personas bajo sombra, en la cual se invirtió un millón 500 mil pesos.
Actualmente cuenta con una pared amplia que contiene la mascarilla mortuoria de Pancho Villa y que da un efecto como si se estuviera asomando para ver a su gente, a un costado se encuentra otro muro con la inscripción “Francisco Villa 1878-1923”.
La anterior fue un espacio cerrado, pero este es completamente distinto, ya que es un espacio abierto que puede albergar a 70 personas bajo la sombra de la techumbre y podrá ser escenario de honores y actos cívicos dedicados al general Francisco Villa.
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Son cien años sin Pancho Villa y cada día crece más el mito y la leyenda del líder revolucionario asesinado la mañana del 20 de julio de 1923, en Hidalgo del Parral, Chihuahua, justo en la esquina de las calles Juárez y Gabino Barrera, pero que también un día como hoy fue sepultado en el Panteón de Dolores, donde su tumba oficial, más allá de que si descansa en Parral o en el Monumento a la Revolución, fue totalmente reconstruida y luce un aspecto totalmente diferente digno de ser visitado por los admiradores del General Francisco Villa que para siempre descansa en el regazo que tanto amó.
