/ martes 2 de agosto de 2022

Tiempos y Espacios | “Esta casa Tiene alas”

Tenemos en México una gran cantidad de lugares que encierran su increíble historia, tal es el caso de Xilitla, San Luis Potosí, enclavada en la Sierra Madre Oriental, en lo que denominamos la región Huasteca, donde estuvimos visitando hace unos días.

Edward James supo de Xilitla en el verano de 1945. Había persuadido a Plutarco su más cercano amigo, de que dejara su empleo y trabajara para él en la creación de su ‘Jardín del Edén’, luego de un viaje por Europa en que lo llevó a París y a sus mansiones de Gran Bretaña, heredadas de su padre, magnate ferroviario, y su madre – hija fuera de matrimonio del Rey Edward VII.

Hacia diciembre de 1948 compró la finca cafetalera La Conchita, en las inmediaciones de Xilitla, a la que sumaron otras tierras adyacentes y hacia marzo de 1949, Edward había comprado porciones del bosque semitropical que con los años se convertiría en Las Pozas, que recibió su nombre en honor de las albercas idílicas que formaban las caídas de agua que alimentan el río Huichihuayan, tributario del Santa María (causa de postreros litigios vecinales y comunales para acceder al vital líquido).

Con más de 37 hectáreas, este espacio alberga más de 30 esculturas con columnas de flores gigantes, arcos góticos, puertas dramáticas y escaleras de caracol que terminan en el aire. Además, el jardín cuenta con grandes pasillos, algunos que llevan a las pozas y otros sin rumbo, como un laberinto.

Edward James fue un poeta y artista de origen escocés, que llegó a México al final de la década de 1940. Amigo de Dalí y Leonora Carrington. Fanático del surrealismo y cautivado por la belleza del paisaje natural.

De esta manera, visualizó un espacio único: un jardín de esculturas que desafiaba la arquitectura tradicional y mezclaba elementos de la fantasía y la realidad. Aunque fue James quien idealizó este lugar, su amigo Plutarco Gastelum era el administrador, ya que en esa época las leyes mexicanas prohibían a los extranjeros comprar propiedades inmobiliarias. La construcción del Jardín Surrealista comenzó en 1947, con más de 150 personas de la región que trabajaron en el proyecto, incluidos carpinteros, albañiles y jardineros. Se dice que James disfrutaba platicar con los trabajadores sobre sus viajes y las plantas que amaba, pues eran la inspiración para construir el jardín. Sin embargo, no existían planos del proyecto como tal, sino que se construía conforme a su imaginación. Al tratarse de una propiedad privada, el Jardín Surrealista no estaba pensado para recibir al público ni habitarse de manera permanente, de ahí el diseño poco funcional de las esculturas que lo conforman. Dado que Edward James fue uno de los coleccionistas de arte surrealista más apasionados de la época, se inspiró en esta corriente para crear esculturas únicas en el jardín.

Algunas de las esculturas más famosas de este espacio son “La escalera al cielo”, “El Portón de San Pablo”, “Las orquídeas” de concreto o “Las Manos del Gigante”, que, si bien son meramente decorativas, se han convertido en un ícono del arte. Aunque el Jardín Escultórico Surrealista de Edward James nunca fue concebido para recibir visitantes; en 1991 este espacio se rehabilitó para abrir sus puertas al público, siendo uno de los más visitados del país. Sin embargo, los visitantes deben seguir las reglas establecidas y tener precaución, ya que algunas esculturas, columnas y arcos se muestran frágiles debido al desgaste natural con el paso de los años. Así, este lugar era un espacio para la contemplación y excentricidades de Edward James, cuya construcción se detuvo en 1984, año en que falleció.


Ramón Lerma | Profesor

Tenemos en México una gran cantidad de lugares que encierran su increíble historia, tal es el caso de Xilitla, San Luis Potosí, enclavada en la Sierra Madre Oriental, en lo que denominamos la región Huasteca, donde estuvimos visitando hace unos días.

Edward James supo de Xilitla en el verano de 1945. Había persuadido a Plutarco su más cercano amigo, de que dejara su empleo y trabajara para él en la creación de su ‘Jardín del Edén’, luego de un viaje por Europa en que lo llevó a París y a sus mansiones de Gran Bretaña, heredadas de su padre, magnate ferroviario, y su madre – hija fuera de matrimonio del Rey Edward VII.

Hacia diciembre de 1948 compró la finca cafetalera La Conchita, en las inmediaciones de Xilitla, a la que sumaron otras tierras adyacentes y hacia marzo de 1949, Edward había comprado porciones del bosque semitropical que con los años se convertiría en Las Pozas, que recibió su nombre en honor de las albercas idílicas que formaban las caídas de agua que alimentan el río Huichihuayan, tributario del Santa María (causa de postreros litigios vecinales y comunales para acceder al vital líquido).

Con más de 37 hectáreas, este espacio alberga más de 30 esculturas con columnas de flores gigantes, arcos góticos, puertas dramáticas y escaleras de caracol que terminan en el aire. Además, el jardín cuenta con grandes pasillos, algunos que llevan a las pozas y otros sin rumbo, como un laberinto.

Edward James fue un poeta y artista de origen escocés, que llegó a México al final de la década de 1940. Amigo de Dalí y Leonora Carrington. Fanático del surrealismo y cautivado por la belleza del paisaje natural.

De esta manera, visualizó un espacio único: un jardín de esculturas que desafiaba la arquitectura tradicional y mezclaba elementos de la fantasía y la realidad. Aunque fue James quien idealizó este lugar, su amigo Plutarco Gastelum era el administrador, ya que en esa época las leyes mexicanas prohibían a los extranjeros comprar propiedades inmobiliarias. La construcción del Jardín Surrealista comenzó en 1947, con más de 150 personas de la región que trabajaron en el proyecto, incluidos carpinteros, albañiles y jardineros. Se dice que James disfrutaba platicar con los trabajadores sobre sus viajes y las plantas que amaba, pues eran la inspiración para construir el jardín. Sin embargo, no existían planos del proyecto como tal, sino que se construía conforme a su imaginación. Al tratarse de una propiedad privada, el Jardín Surrealista no estaba pensado para recibir al público ni habitarse de manera permanente, de ahí el diseño poco funcional de las esculturas que lo conforman. Dado que Edward James fue uno de los coleccionistas de arte surrealista más apasionados de la época, se inspiró en esta corriente para crear esculturas únicas en el jardín.

Algunas de las esculturas más famosas de este espacio son “La escalera al cielo”, “El Portón de San Pablo”, “Las orquídeas” de concreto o “Las Manos del Gigante”, que, si bien son meramente decorativas, se han convertido en un ícono del arte. Aunque el Jardín Escultórico Surrealista de Edward James nunca fue concebido para recibir visitantes; en 1991 este espacio se rehabilitó para abrir sus puertas al público, siendo uno de los más visitados del país. Sin embargo, los visitantes deben seguir las reglas establecidas y tener precaución, ya que algunas esculturas, columnas y arcos se muestran frágiles debido al desgaste natural con el paso de los años. Así, este lugar era un espacio para la contemplación y excentricidades de Edward James, cuya construcción se detuvo en 1984, año en que falleció.


Ramón Lerma | Profesor