¡Tercera llamada, tercera llamada...Iniciamos! Se corre el telón apareciendo la principal escenografía, la realidad. El fondo musical se percibe en las calles con el ruido de los autos, las fábricas, y cortinas de acero deslizándose en las tiendas, los mercados, y demás negocios. El bullicio es el coro de rutina que, ha vuelto. Quedó atrás otra etapa, otra época, otro escalón de la escalera de la vida -Tal vez, el de arriba o el inferior- . “...Porque a veces amos¨ de subida y loo¨ de bajada”. – Nos decía el amigo Pedro Bustillos. “Pedro Páramo mi compadre” –de cariño. Quitándose el sombrero, perdiendo la vista hacia el cerro de la mina, fijándola cual presa en los ojos de un halcón, y acomodándose en una fría banca de la plaza El Quijote, agrega:
“Mira, profesor ¨; yo no sé qué es eso de ver las cosas con optimismo¨ que tú dices. Pero pa¨ mí, se va a poner pior¨ este año. Ya el gobernó¨ se ocupa nomás en ellos mismos¨, de taparse con sus leyes”.
Al platicar con él, se deleita el modo de expresar sus sentimientos serranos, su sangre rarámuri, su auténtica filosofía que, le ha dado el aire de la montaña.
“Ya no puedo estar acá, nos amos¨ a la sierra otra vez. Allá no pago luz, ni agua, ni rentas cuartos. Ya mijo el grande se me está chando¨ a perder, y yo le digo lo que oigo en radio: Trompezar¨ no es malo, lo malo es cariñarse` con la piedra”. –Suspira profundo, y exhala con un fuerte ¡Ah!
De vez en cuando nos ponemos a platicar; serán cuatro ó cinco años que nos conocimos, acababa de fallecer su mujer. A veces le encargo laurel, nos lo lleva hasta casa, pues anda por todos lados con su vendimia, nunca pide ayuda – Dice que es molestar gentes¨. Le he preguntado que, si le gusta oír canciones, música, poemas... Interrumpe y dice: -“Con el tesguino te saca lo poeta, lo cantor, y gritas a las nubes, a la luna, a las flores que las ves de noche. Bailas. A veces peleas con el viento, con el frío...Y la queseras¨ ver caminar atrás de ti riéndose lo que cuentas”.
Espérame, compadre. Deja escribo eso que dijiste. Se asombra de los garabatos que hago y, se vuelve a ver mis gestos en la cara. Preguntando:
-“¿Por qué te gusta eso? ” - Porque eres un poeta. – Le respondo. -Sigue:
-“ Tu nomás dices que llamas y llamas, y ya se nos jue¨ el año, mmm...no hemos tomao naa”. Dijiste que iríamos con Wilyr¨el del piano, y... a correr en la barranca. Nomás dices que llamas y llamas, y naa¨, naa¨ !
Este año sí, mi Pedro. Este año . Ya lo verás que sí. Y le pregunto: -“ ¿Qué tal de política?
-“A eso voy, También¨. Visitan el gobernó con apoyos. A todos diles que sí, nomás no le digas¨ cuándo”. – Y reímos.
Nos despedimos con un apretón de manos. Estamos seguros de volvernos a encontrar. Se fue por el puente colgante apurando sus huaraches. Nos quedamos viéndonos como flotando en el “va y ven” del movimiento del piso de ese puente, y el brazo haciendo señales de su triunfo.
Me volví a sentar, ahora en esa tibia banca, repasando una, y otra vez, aquel poema que había improvisado “mi compadre” Pedro...Pedro Pedro.
