/ viernes 22 de octubre de 2021

Degustando la vida | La importancia del amor y el apoyo en familia ante la pérdida de un ser querido

Dedicado especialmente para mi Tío Gonzalo Sánchez Sáenz fallecido recientemente


En algún momento todos tendremos que partir de este mundo, la muerte es algo que de ninguna forma podemos evitar, nunca sabemos en qué momento ni cuándo ocurrirá, pero sí sabemos que nos llegará, si alguien de tu familia o una de tus amistades ha fallecido, será imposible que no sientas dolor, lloramos por quienes se fueron, con cariño y respeto, recordamos a los que estuvieron a nuestro lado, aquellos que fallecieron pero que siguen vivos en nuestro corazón, quisiéramos estar en paz, sabiendo que quien murió se marchó a un lugar mejor, en donde se encuentra la paz y la armonía que todos buscamos, pero en lugar de pensar así, estamos aquí sufriendo, pensando en el dolor que sentimos y derramando las lágrimas más amargas que nunca pensamos derramar, ¡cómo nos gustaría devolver el tiempo y hacer tantas cosas que podrían amilanar la tristeza y pesadez que hay en nuestro corazón!, pero la pregunta ¿por qué en vida no demostramos ese amor esas lagrimas que derramamos en una funeraria , porque mucha gente pasa por eso? Sabemos que algún día la muerte llegará, sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen, ¿Cómo borrar las esperanzas de creer que fue una equivocación cuando ves a tu familia llorando sobre ese inerte ataúd?, no hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. ¿Por qué pensar qué todo va a pasar? ¿Qué en esta vida es dejar atrás incluso a quienes amamos y nos amaron tanto? , y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: la resignación. Pero ¿qué es la resignación? ¿Recordar que hay cosas que no tenemos en nuestras manos y que simplemente debemos vivir? ¿Acaso la resignación borra la tristeza? , hay tantos sentimientos encontrados, pero, aunque no queramos, debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades de lo que hicimos o dejamos de hacer. Hay algo que es verdad entre tantas palabras que escuchas: la persona que murió no quisiera que sufriéramos a causa de su partida, ese ser nos amaba y el amor no es sufrimiento, ¿acaso existe alguien que quiera ver sufrir a las personas que ama?, pero somos personas que no pueden evitar ese remolino de tristezas y llanto. La muerte no es algo que se supere, es algo que se acepta, quizá no encontremos la salida en mucho tiempo, quizá no superemos las ausencias en muchos meses, pero hay algo que ni siquiera la muerte rompe: los recuerdos, y aunque ya no podamos ver a la otra persona, ni sentir su aroma, ni escuchar su voz, ni mirarle a los ojos, ni abrazarle físicamente, siempre podremos cerrar nuestros ojos para recordarle, para decirle desde nuestro corazón que le echamos de menos, que le amamos, que nos perdone por no darle amor en vida como tanto lo necesito y desde ahí, es donde nacen los verdaderos consuelos: desde la eternidad de un sentimiento y no desde lo efímero de una vida mortal, abraza tu dolor, seguramente el tiempo, como gran maestro, te mostrará el camino a la sanación de tu alma no se pude evitar la tristeza cuando se va para siempre una persona a quien queremos, la vida tiene sus momentos duros, pero lo importante es seguir adelante Familia Sánchez Sáenz.


Steve Sánchez Ribota | Profesor


Dedicado especialmente para mi Tío Gonzalo Sánchez Sáenz fallecido recientemente


En algún momento todos tendremos que partir de este mundo, la muerte es algo que de ninguna forma podemos evitar, nunca sabemos en qué momento ni cuándo ocurrirá, pero sí sabemos que nos llegará, si alguien de tu familia o una de tus amistades ha fallecido, será imposible que no sientas dolor, lloramos por quienes se fueron, con cariño y respeto, recordamos a los que estuvieron a nuestro lado, aquellos que fallecieron pero que siguen vivos en nuestro corazón, quisiéramos estar en paz, sabiendo que quien murió se marchó a un lugar mejor, en donde se encuentra la paz y la armonía que todos buscamos, pero en lugar de pensar así, estamos aquí sufriendo, pensando en el dolor que sentimos y derramando las lágrimas más amargas que nunca pensamos derramar, ¡cómo nos gustaría devolver el tiempo y hacer tantas cosas que podrían amilanar la tristeza y pesadez que hay en nuestro corazón!, pero la pregunta ¿por qué en vida no demostramos ese amor esas lagrimas que derramamos en una funeraria , porque mucha gente pasa por eso? Sabemos que algún día la muerte llegará, sea por el inefable paso de los años o por los desventurados accidentes y enfermedades que acontecen, ¿Cómo borrar las esperanzas de creer que fue una equivocación cuando ves a tu familia llorando sobre ese inerte ataúd?, no hay palabras ni consuelos que alcancen a darle luz a las oscuridades que te envuelven. ¿Por qué pensar qué todo va a pasar? ¿Qué en esta vida es dejar atrás incluso a quienes amamos y nos amaron tanto? , y llega aquella palabra que quisieras que no existiera: la resignación. Pero ¿qué es la resignación? ¿Recordar que hay cosas que no tenemos en nuestras manos y que simplemente debemos vivir? ¿Acaso la resignación borra la tristeza? , hay tantos sentimientos encontrados, pero, aunque no queramos, debemos empezar a resignarnos y a cargar con las responsabilidades de lo que hicimos o dejamos de hacer. Hay algo que es verdad entre tantas palabras que escuchas: la persona que murió no quisiera que sufriéramos a causa de su partida, ese ser nos amaba y el amor no es sufrimiento, ¿acaso existe alguien que quiera ver sufrir a las personas que ama?, pero somos personas que no pueden evitar ese remolino de tristezas y llanto. La muerte no es algo que se supere, es algo que se acepta, quizá no encontremos la salida en mucho tiempo, quizá no superemos las ausencias en muchos meses, pero hay algo que ni siquiera la muerte rompe: los recuerdos, y aunque ya no podamos ver a la otra persona, ni sentir su aroma, ni escuchar su voz, ni mirarle a los ojos, ni abrazarle físicamente, siempre podremos cerrar nuestros ojos para recordarle, para decirle desde nuestro corazón que le echamos de menos, que le amamos, que nos perdone por no darle amor en vida como tanto lo necesito y desde ahí, es donde nacen los verdaderos consuelos: desde la eternidad de un sentimiento y no desde lo efímero de una vida mortal, abraza tu dolor, seguramente el tiempo, como gran maestro, te mostrará el camino a la sanación de tu alma no se pude evitar la tristeza cuando se va para siempre una persona a quien queremos, la vida tiene sus momentos duros, pero lo importante es seguir adelante Familia Sánchez Sáenz.


Steve Sánchez Ribota | Profesor