Este día se llevó a cabo el Viacrucis meditado por calles del centro de la ciudad, encabezado por el señor obispo de Parral Mauricio Urrea Carrillo quien estuvo dirigiendo cada una de las 14 estaciones de la pasión y muerte de Jesús, decenas de personas presenciaron y se hicieron partícipes de esta procesión religiosa que tiene como objetivo recordar y meditar el sufrimiento de Cristo hacia el calvario.
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Este Viernes Santo es uno de los más grandes para la Iglesia Católica y los creyentes ya que se conmemora la pasión y muertes de Jesús, es por ello que a las 10 de la mañana se llevó a cabo el tradicional Viacrucis meditado, donde niños, jóvenes, matrimonios y grupos de movimientos católicos estuvieron cargando la cruz en señal de acompañamiento de la vía dolorosa de Jesucristo hacia su muerte.
El templo de San Juan de Dios fue el punto de partida del Viacrucis meditado, el cual recorrió calles del centro de la ciudad, como fueron la Centenario, Bartolomé de Medina y la calle Estaño para llegar al templo de Fátima, el obispo de la Diócesis Mauricio Urrea Carrillo estuvo dirigiendo en cada una de las 14 estaciones, donde se estuvo reflexionando sobre la pasión y muerte de Jesús.
Cabe señalar que este día quedaron suspendidas las misas en duelo por la muerte de Jesucristo, en el Viacrucis el obispo de Parral fue quien estuvo al frente de las reflexiones y la narrativa de los sucesos dolorosos que vivió Jesús en su camino a la muerte, en cada una de las 14 estaciones que vivió Jesús hacia su crucifixión, se pidió por el perdón de los pecados, así también durante la procesión un grupo de los coros de la iglesia estuvieron tocando cantos religiosos.
Durante cada una de las estaciones de la vía dolorosa las personas asistentes tuvieron una reflexión y se oró por el sacrificio que realizó el Salvador del Mundo hacia el calvario, decenas de personas participaron en este Viacrucis, fueron niños matrimonios, jóvenes, y grupos de los movimientos católicos los que estuvieron participando en la procesión de este Viernes Santo.
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Señaló el obispo Mauricio Urrea Carrillo que la iglesia se une al señor Jesús en la vía dolorosa esto tuvo que pasar para que se cumplieran las escrituras, refirió las palabras del salvador “si alguien quiere seguirme, tome su cruz”, con esto Cristo nos revela la verdad sobre Dios y el hombre en su camino a la muerte, hay que tomar parte en la cruz de Cristo y caminar con Él.
En la primera estación “Jesús es condenado a muerte” presentado ante Pilatos es condenado a la pena máxima por declararse rey de los Judíos, sin embargo Jesucristo indicó que su reino no es de este mundo, en la segunda estación, Jesús carga su cruz, “Tanto amó Dios al mundo que dio a su único hijo para el perdón de los pecados”, así en la cruz está el sufrimiento y la salvación, signo de un amor sin límites.
En la tercera, séptima y novena estación Jesús cae por el peso de la cruz, tres veces cayó al suelo rumbo a su muerte, durante el Viacrucis en cada una de las estaciones se estuvo rezando el rosario, en cada uno de estos puntos se rezó un Ave María o un Padre Nuestro, indicó el Obispo de la Diócesis que con el peso de la cruz, Dios cargó sobre Él las penas de todos nosotros, mientras que los soldados romanos lo insultaban y golpeaban durante su camino.
“Señor danos la fuerza del espíritu para cargar con nuestra cruz”; cuarta estación Jesús se encuentra con su madre, donde desecha por el dolor de Cristo, soporta ver cómo su hijo sufre los golpes y sacrificios de cargar con la cruz, es de recordar su madre también padece el sufrimiento que está viviendo su hijo amado, se cumple la profecía de que una espada partirá tu corazón.
En la quinta estación se encontraron con Simón de Cirene, quien le ayudó a cargar la cruz ya que pensaron que no lograría llegar al calvario, después más adelante una mujer conocida como la Verónica limpia el rostro de Cristo, sin importarle se abrió paso entre los soldados para limpiar el rostro del salvador, en esta reflexión se dijo que fue un acto de bondad, donde esperamos también que Cristo limpie nuestros pecados.
Más adelante Jesús consuela a las mujeres y les dice “mujeres, hijas de Jerusalén no lloren por mi sino por ustedes y sus hijos”, si eso hacen con el leño verde qué no harán con el seco, Cristo vive todos estos pasajes dolorosos hacia el calvario, donde el cordero de Dios tendría que ser crucificado por el perdón de los pecados.
En la décima estación se reflexiona cuando Jesús es despojado de su ropas, la multitud puede ver las heridas de su cuerpo, sin embargo no puede ver las heridas internas que provocamos por los pecados, más adelante Jesús es crucificado y muere en la cruz donde antes de expirar exclamó “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”, para al tercer día resucitar de entre los muertos.
