Desde hace quince años, el comedor “Elenita” brinda sus servicios gratuitos a casi 40 personas, en donde se destacan niños y niñas estudiantes, adultos mayores y personas con adicciones. Según refirió la propietaria, “se da de comida lo que se tiene”, y a pesar de que no recibe ningún apoyo por parte del Gobierno, continúa brindando sus atenciones a quienes lo requieran con el apoyo del pueblo.
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Cerca de la primera década de los 2000s se construyó el primer comedor comunitario en una de las colonias con mayor vulnerabilidad en la ciudad. Fue denominado “Elenita”, y con recursos propios y la voluntad del pueblo, la señora Isidora Hernández comenzó a operarlo para brindar “aunque sea una comida al día” a quienes más lo necesitan.
Fue en el 2009 cuando Isidora Hernández fundó el comedor, siendo niños y niñas los beneficiados en aquel tiempo, donde llegaban a atender como máximo a 15 menores, y debido al arduo trabajo de gestión de alimentos e insumos, así como de atención, el comedor sigue siendo quien dé alimentos a quienes más lo necesitan.
Según explicó la fundadora, por las mañanas se entregan galletitas y jugos a los niños como “lonche”, para que acudan a estudiar y por la tarde, a partir de las 14:00 horas, el comedor comienza a tener afluencia, pues señaló que no solo los menores arriban, sino también adultos mayores y personas con alguna adicción.
La señora Hernández explicó que el comedor se sustenta con recursos propios y con la donación del pueblo, quienes constantemente le entregan alimentos e insumos para continuar ofreciendo el servicio gratuito.
“Mi inspiración es Dios, el rey de reyes”, expresó Isidora, quien dijo ofrece los alimentos que tiene para el servicio de la comunidad, y son los niños y niñas de las colonias aledañas quienes mayormente acuden para recibir un platillo.
Explicó que, para algunos menores, el platillo que se sirve a las 14.00 horas es el único que reciben en todo el día, por lo que el comedor se vuelve fundamental en la comunidad para apoyar a quienes menos tienen y que más necesitan.
“Ya soy abuelita, algunos niños que venían hace años vienen y me visitan con sus hijos; me da satisfacción que sean personas de bien”, dijo la entrevistada, quien señaló que, a quince años de estar en el servicio, ya han pasado generaciones, y que incluso, los hijos de quienes en su momento fueron niños, llegan a consumir.
Isidora Hernández aseveró que el tiempo que ha estado presente el comedor “Elenita” en la colonia Palmilla ha sido por el esfuerzo y trabajo de ella y su esposo, quien lamentablemente falleció hace dos años, y no por el Gobierno u otras personalidades, quienes mencionó, solo acuden para tomarse la fotografía.
Asimismo, mostró su agradecimiento con los colonos y la comunidad en general de Parral, quienes le han estado apoyando para continuar dando de comer a niños y niñas.