El director de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), del distrito agropecuario Río Florido, conformado por los municipios de Jiménez, López y Coronado, dio a conocer que para la próxima temporada de la cosecha del chile jalapeño y de árbol; llegarán más de cuatro mil jornaleros indígenas a levantar la cosecha.
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Los jornaleros provienen de los estados del sur de México, así como de parte de la Sierra Tarahumara, mano laboral fundamental para levantar la cosecha de chile jalapeño y de árbol. Durante el 2022, en el distrito se registró el arribo aproximado de tres mil 500 jornaleros agrícolas, que cosecharon el chile jalapeño y verde sembrado en Jiménez, López y Coronado.
Para este año se estarán sembrando mil hectáreas de chile jalapeño, menciona Roberto Baca, de las cuales, se levantará una cosecha de 35 mil 175 toneladas, cuyo valor dependerá del precio del mercado en su momento de la cosecha. Mientras que, en lo que respecta al chile de árbol, se estima que sembrarán 500 hectáreas, de las cuales se prevé una producción de mil toneladas.
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Cabe mencionar que, para poder sembrar ambos productos, es necesario preparar la tierra, por lo que se comienza con el barbechado de 25 a 35 centímetros de profundidad, durante los meses de abril y mayo; para después, dar paso al rastreo, el cual se hace de 20 a 30 días después del barbecho; nivelación de suelo; surcado y la formación de las camas, para dar inicio con la siembra.
Actualmente, para poder producir el chile ya no se acostumbra de la manera tradicional, enterrando la semilla directamente en el suelo. Este método se ha sustituido por la siembra de la semilla en charolas de 200 espacios de unicel, en ambiente controlado, donde germina la semilla y al dar los primeros brotes, la planta es trasplantada en la tierra, donde continúa su ciclo de crecimiento hasta dar el fruto.
Para el mes de junio, se prevé que se esté dando el primer corte de chile jalapeño, y así posteriormente hasta completar cuatro cortes, que terminaran por el mes de octubre, menciona el jefe del distrito agropecuario del Río Florido, Roberto Baca.
El pago que reciben los jornaleros que trabajan en la pizca de chile es a destajo, esto quiere decir que dependiendo de lo que logren piscar durante todo el día, será lo que ganen. Cada patrón cuenta con su tabulador de pago, algunos pagan entre los cincuenta centavos por kilo, pudiendo llegar hasta los diez pesos; mientras que otros pagan por arpilla.
Asimismo, algunos patrones pagan en el campo, mientras que otros, en las colonias de la periferia de Jiménez, a altas horas de la noche.
En lo que respecta al chile de árbol, Roberto Baca, menciona que únicamente se le da un solo corte, ya que esta variedad se deja secar con todo y la planta, hasta que el fruto se pone rojo, derivado que este tipo de chile es para el comercio dentro de los chiles secos.
Por lo anterior, a pocos meses que inicie la cosecha de chile en los municipios de Jiménez, López y Coronado, ya comenzaron a arribar los primeros jornaleros indígenas de la Sierra Tarahumara, quienes participan activamente en la siembra y cosecha del chile.
