Depresión aumenta durante temporada navideña

Llega la temporada decembrina y con ello los casos de depresión, padecimiento que comienza a manifestarse desde la adolescencia y representa el tercer lugar en carga de morbilidad. El uso nocivo de alcohol y drogas agravan la situación y puede llevar a situaciones de suicidio.

En Jiménez se han atendió un total de siete casos en lo que va del año, de los cuales, seis han sido en mujeres. Pese a que la temporada decembrina es sinónimo de fiesta, alegría y familia, lamentablemente existen personas para quienes el panorama se torna sombrío debido a algunos trastornos mentales y psíquicos.

Tal es el caso del “trastorno afectivo estacional”, el cual es un tipo de depresión que se presenta en las estaciones de otoño y principios de invierno, y que puede incluir síntomas como tristeza, perspectiva sombría, sentimientos de desesperanza pesimismo y poca energía, incluso pensamientos suicidas.

Cabe señalar que este trastorno es más común que se presente en mujeres y puede tener un origen neurológico debido al desequilibrio de serotonina, químico que afecta el estado de ánimo. Además de una producción de melatonina, la cual es la hormona que regula el sueño y que se produce más en esta época del año.

Por su parte, la coordinadora de Salud Mental de la Jurisdicción Sanitaria III en Parral, licenciada Rocío Covarrubias, dio a conocer que, en Jiménez, en el año se han atendido un total de siete casos de depresión.

Asimismo, precisó que las más afectadas por la depresión son las féminas, ya que, de los siete casos, seis corresponden a mujeres, mientras que sólo uno a varones. Los pacientes atendidos se encuentran en un rango de entre los 35 y 55 años de edad.

Destacó que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la mitad de las afecciones mentales comienzan en la etapa de la adolescencia y que, con respecto a la carga de morbilidad entre los adolescentes, la depresión ocupa el tercer lugar, mientras que el suicidio es la segunda causa de muerte entre los 15 y 29 años de edad.

Añadió, que el uso nocivo del alcohol y de drogas ilícitas entre los adolescentes es un gran problema y puede generar comportamientos peligrosos, como las prácticas sexuales de riesgo o la conducción temeraria de vehículos de motor. Resaltó que la prevención de los trastornos mentales comienza por conocer y entender los signos y síntomas precoces que alertan de una enfermedad mental, rubro donde los padres y los profesores pueden contribuir a crear en los niños y adolescentes, aptitudes que les ayuden a hacer frente a los retos que se encuentran cada día en casa y escuela.

Es por ello que consideró como esencial la inversión pública y la participación de los sectores social y de salud, así como de educación en programas integrados y basados en evidencias para la salud mental de los jóvenes. Explicó que dicha inversión debe vincularse con programas que den a conocer a los adolescentes y a los adultos jóvenes cómo cuidar su salud mental y que ayuden a sus compañeros, padres y maestros a saber cómo prestar apoyo a sus amigos, hijos y alumnos.