PARRAL, Chih., (OEM).- Aumentaron 15.3 por ciento los delitos de violencia familiar en el primer semestre del año. En comparación al 2019 cuando se presentaron 222 casos, hasta junio de 2020 van 256. Según comentaron psicólogos de la ciudad, el cambio de hábitos en una persona por la manera de vivir, falta de trabajo, así como tendencia a algunas adicciones, son factores por los cuales las personas tienden a recurrir a la violencia.
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El licenciado Joab García, agregó que la tendencia en el incremento de los casos podría deberse a ciertos factores que, en este año, se han visto más frecuentes que en los anteriores debido a la pandemia.
Añadió que uno de ellos podría ser la falta de empleo, el cambio de hábitos en la manera de vivir y convivir con la familia; además la tendencia a las adicciones, al alcoholismo, entre otras situaciones.
La maestra en ciencias Aleida Gutiérrez Loera, concordó en que algunos de los elementos que motivan la violencia familiar, son la intolerancia, la ignorancia, la falta de control y que no se tiene fomentada la cultura de la convivencia.
Indicó que ahora con la pandemia, las personas en general, se han visto obligadas a estar conviviendo con el agresor, el cual hace uso deliberado de su poder o fuerza física para atentar contra otra persona, ya sea su pareja, sus hijos, madre y / o padre u otros.
El licenciado García explicó que, como ejemplo, una persona que estaba acostumbrada a sólo pasar cinco horas en familia y 12 en el trabajo, ahora con la pandemia se han visto obligados a pasar las 24 horas a su lado, además de no contar con empleo –en algunos casos-, o recursos económicos, situaciones que pueden llegar a generar estrés.
Y como la persona no está acostumbrada a cargar con este tipo de problemas, de alguna u otra manera deben buscar un método de cómo deshacerse de eso, algunos cayendo en las drogas, el alcohol y otros, como en estos casos recurriendo a la violencia.
La M.C. destacó que la falta de consumo de drogas potencializa al agresor a ejercer abuso o maltrato infantil, violencia doméstica, abuso físico y psicológico, actos que en consecuencia pueden derivar en la muerte, lesiones graves, suicidios, depresión, culpa, desconfianza, aislamiento entre otros.
“El confinamiento ha provocado incertidumbre sobre la situación económica de las personas; otro factor que ha disparado de manera potente la violencia familiar. El encierro y el estrés generado por la situación económica, causa situaciones difíciles para los miembros de la familia, trayendo como consecuencia un alto índice de violencia familiar”, advirtió.