Es necesario un tribunal para el tratamiento de las adicciones, aseguró el visitador de Derechos Humanos. En el estado operan algunos y aplican procesos de reinserción alternos para los infractores de la ley que cometieron ilícitos como consecuencia del consumo de drogas.
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Las estadísticas en el tema de las adicciones revelan que, por lo menos, el 20 por ciento de quienes ingresan a un centro de tratamiento de adicciones lo interrumpe por intersección de la familia.
Esta situación no contribuye al debido tratamiento de adicciones, coincidió Luis Arturo Salcido, visitador de la CEDH.
Detalló que, para evitar estas deficiencias, en especial para menores de edad, es necesario que haya un Tribunal.
De acuerdo con la página del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua, www.stj.gob.mx/tribunal-tratamiento-adicciones, el Tribunal para el Tratamiento de Adicciones (TTA), es un esquema basado en la justicia terapéutica.
Quienes son sujetos de estos tribunales son aquellas personas con problemas de adicciones o abusos a las drogas o alcohol y que por este consumo hayan cometido algún delito.
Mario Barrera, encargado del Centro de Rehabilitación Contra el Alcoholismo y Drogadicciones, refiere que de los 140 usuarios, 85 por ciento ingresa por adicción a la metanfetamina, mejor conocida como “cristal“.
Al referirse a la alta incidencia de adicción, Luis Arturo Salcido dijo que es necesario que se realice la gestión para que un Tribunal dictamine si los adictos necesitan un centro de rehabilitación.
Otros datos revelan que el 20 por ciento de los internos del Cread interrumpen su tratamiento debido a que se comprometen con la familia para ya no volver a consumir; sin embargo, de esas sólo la cuarta parte cumple.
El Tribunal Superior de Justicia del Estado de Chihuahua, faculta a los Tribunales para el Tratamiento de las Adicciones, para que, de forma alterna, se concluya el proceso y sólo en los delitos que marca la legislación vigente se puede aplicar.
Con esta determinación, se evita que nadie, que no sea un juzgador, pueda suspender el tratamiento de rehabilitación de un adicto, dado que por haber cometido un delito está sujeto a un proceso y un juzgador determina su rehabilitación.
En opinión de Mario Barrera, algunos jóvenes adictos son sobreprotegidos por sus padres; no les permiten tomar sus propias decisiones, condición que los hace propensos a recaer, ya que están a acostumbrados a que la familia les solucione su problemática.
Cabe señalar que personas que padecen adicciones a sustancias nocivas para la salud, según lo dio a conocer personal del Cread, no se encuentran en facultad de tomar una decisión de ese tipo debido a que el consumo no les permite diferenciar entre lo bueno y lo malo, impidiendo que decidan si necesitan rehabilitarse.