Con las manos y el rostro descubiertos, arriesgando su salud a falta de apoyo con cubrebocas, hoy al ser Día de la Madre, se entrevistó a una rebuscadora que sale todos los días a buscar para el sustento diario, trabajando en el relleno sanitario (basurero municipal) en una jornada laboral de 10 horas, pues de sus 7 hijos, uno aún es menor de edad y tiene que llegar a su casa a seguir trabajando como ama, haciendo comida y limpieza del hogar. Sueña con una discada en su casa hoy al celebrarse su día.
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Pelando cables encontrados en la basura para sacarles el cobre, rápidamente, sin detenerse desde las 7:00 de la mañana, pues la hora en la que cierran el relleno sanitario es a las 4:00 de la tarde y, si se tiene tiempo, hay que lograr cambiar el metal y lograr llevar un poco más de sustento para el día a día.
Así se puede encontrar diariamente en los terrenos del basurero municipal ubicado en la carretera que conduce al municipio de Jiménez, a doña Candelaria quien a sus 50 años de edad es una orgullosa madre de siete hijos.
Hoy al festejar su día y representando a las mamás que día a día salen a trabajar así como con la timidez en su rostro al preguntarle qué es lo que desea para ser festejada en este día tan especial para todos los mexicanos, ella contesta que con que le hagan una comida.
Aunque hoy día de las madres 2020 cayó en domingo ella asegura que no trabajará, pero de ser contrario el caso tendría que cumplir con la rutina para poder pagar los gastos que se requieren diariamente en el hogar de donde es ama. El albergue San Andrés.
El Covid-19 no vino a cambiar su manera de laborar, hasta el momento, pues ella cumple con su rutina diariamente ya que si no la hace, “No saco para la comida, si no trabajo no como, ni mis hijos” expresó sin dejar de mover sus manos desprotegidas que toman un cuchillo y un cable de dónde saca cobre.
Desprotegida también sin un cubrebocas ante el frente que tenemos que vivir los mexicanos por el Sars Cov2 que produce la enfermedad del coronavirus, aseguró que no le llegan apoyos de gobierno y es por ello que sale a trabajar diariamente.
Doña Candelaria dijo que quería que al menos en su casa, hoy se le festejara haciendo comida, que le preparaban sus cercanos una discada, aprovechando el día de asueto ya que esta madre de familia no puede darse el lujo de vivir la cuarentena. Es más dura el hambre, dijo, que el temor a un virus.
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