Transporte de carga y pesado impacta en desgaste de la carpeta asfáltica de la avenida Santa Bárbara. El paso constante de camiones tipo “tórton” o tractocamiones propiedad de Duraplay, provoca afectaciones directas para los materiales que recubren la vialidad. La calle conecta con la empresa y durante una hora, al mediodía, seis vehículos de carga han transitado por ahí. El ruido de sus motores anuncian su paso; cargan troncos de madera y otros materiales pesados. El suelo parece que está quebrado”, expresa uno de los vecinos. Pasan tráilers cada media hora, ¡a gorro!, cargados de madera, según relató Alfredo Rivera. El hombre tiene la garganta inflamada, cuenta que cuando despertó estaba batallando para respirar: Iba de salida al hospital, porque he andado malo de la garganta, por tanto humo, confesó. Alfredo contó que, en ocasiones pasan hasta tres camiones en menos de media hora y que cuando despierta por las noches, en ocasiones los escucha. Aseveró, que el ruido es tan fuerte, que atraviesa las paredes de su casa.
Ya no me aguanto la garganta inflamada, expresa y sugiere que es por el humo o el aserrín que despide la fábrica. Un camión blanco pasa por la avenida, es de aproximadamente 15 metros; del escape de arriba sale el humo grisáceo, su peso se ha colocado sobre las grietas, que se abren cada día más, como raíces. Se mira a lo lejos, cerca de Duraplay, mientras el ruido de su motor disminuye. Julia Rodríguez, dijo que hace seis años vivía en la colonia La Peña. Después, se mudó a la avenida Santa Bárbara. Desde que arribó a la calle, hace tres años, la había encontrado con hoyos y grietas, aunque, con el paso del tiempo, ésta ha sufrido más desgastes. Contó que hace uno o dos años, un grupo de ciudadanos, habían estado juntando firmas para que se respetase el paso de la calle por parte de los camiones de Duraplay; sin embargo, pasaron los días y nunca dejaron de transitar los tráilers. Externó que también ya se han puesto denuncias contra la empresa; sin embargo, no ha habido cambios por parte de la industria. Expresó que su hijo, Kevin Olivas, padece de asma desde que vivían en La Peña. La mujer comentó que ya lo ha llevado al Seguro y que los médicos han atribuido sus problemas respiratorios, tanto el de su hijo, como el de ella y demás familia, de las emisiones que Duraplay arroja en la colonia. Durante media hora, ya han recorrido cuatro camiones la calle. El silencio ya es una rareza en la avenida. Uno de los vehículos lleva varios troncos amarrados en su soporte, esa madera hace recordar y vaticinar a los vecinos la lluvia de aserrín de hace tres o cuatro días y la que cubrirá a sus automóviles en los próximos días. Soledad De Martínez ha vivido más de seis años en la avenida. Cuenta que entre vecinos y el gobierno municipal de aquellos años, -cuando empezó a habitar la calle-, habían invertido en la pavimentación de esa arteria. La casa de Soledad tiene un barandal blanco. Hace dos o tres años se había quedado con media banqueta, según expresó. Dice que un camión chocó ahí, probablemente de Duraplay, por eso puso la baranda que ahora adorna su casa. Salvador Varela, tiene una tienda de abarrotes en la esquina de la avenida, diario dice ver más camiones, que carros, pasar. El comerciante comenta que probablemente el peso de los camiones cause el desgate en el pavimento. Dijo que ya se había hablado con la planta nueva, de que el tránsito de los camiones sería por el periférico; sin embargo, no han hecho caso. Pasa el sexto camión, mide 30 metros de largo aproximadamente, atraviesa el río hacia la Vialidad, donde se mojan sus llantas. Su caja está cubierta de una lona azul. Venía de Duraplay. De su chimenea sale un humo que en lo alto se confunde con la humareda de la fábrica. Ha pasado una hora y en esa hora se ha acumula el peso de seis camiones en el suelo y la densidad del humo de la chimenea de los vehículos y la fábrica, en el cielo.