Fe y devoción, se vivieron ayer en Las ánimas, día en que se celebra a “El señor de los guerreros”. Las grandes filas de gente que esperaban admirar la imagen, no fue impedimento para que los fieles católicos admiraran la imagen. El ambiente era caluroso y colorido. Las familias se divierten, conviven, toman sus alimentos y compran recuerdos de las decenas de puestos ambulantes.
Como un viacrucis, cientos de personas caminaron ayer hasta la comunidad ubicada al norte de la ciudad, en donde se encuentra una réplica de la imagen originalmente ubicada en El Tizonazo, Durango.
La devoción se siente en el aire desde que se va llegando. Algunos en vehículo y otros caminando, incluso descalzos pagando las mandas por los milagros recibidos.
Al llegar se aprecian decenas de puestos ambulantes: hay comida típica mexicana como burritos, gorditas, tacos, lonches… Se nota el buen olor de las carnitas de cerdo y el pescado frito. Venden también recuerdos, juguetes para niños y hasta ropa.
Llama la atención las largas filas de más de 100 personas esperando. El número de gente permanece todo el día; mientras unos salen, otros se enfilan esperando a ver, tocar, besar y persignarse frente a la imagen.
Mientras esperan los fieles devotos “matan” el tiempo admirando a los matachines que danzan sin parar todo el día, como tradición y agradecimiento. Además se platica entre desconocidos los milagros concedidos.
La imagen admirada por miles de personas mide unos 60 centímetros; es un Cristo crucificado, con pies y manos ensangrentadas, además una prenda color morado cubriéndolo.