/ martes 11 de octubre de 2022

Peyote, planta sagrada para los indígenas del desierto mexicano

Actualmente el peyote es una planta en riesgo de extinción debido al saqueo y su uso ilegal como droga recreativa

Desde tiempos ancestrales, el peyote ha sido una planta venerada por las tribus indígenas del norte de México, quienes veían en ella cualidades sagradas, gracias a sus propiedades narcóticas y estupefacientes; sin embargo, su uso original ha sido desvirtuado, y hoy en día, ha sido llevado al borde de la extinción debido a su consumo ilegal.

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El peyote, cuyo nombre científico es Lephophora williamsii, es una cactácea proveniente de las regiones áridas mexicanas, famoso por poseer sustancias alcaloides que tras su consumo, pueden producir alucinaciones y alteraciones en la conciencia.

Esto se debe a que la planta contiene dos clases de alcaloides; los del denominado grupo A: Alcaloides solubles en éter, como la anhalomina, peyotina y lophophornia. Al igual que los alcaloides del grupo B: Solubles en cloroformo, entre los que se encuentran la analohidina y la mezcalina.

Foto: Archivo | OEM

De éstos, la lophophornia es el más tóxico, no obstante, la mezcalina es el agente encargado de producir alucinaciones visuales al ingerirlo.

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Características del peyote

Es un cactus sin espinas que en los desiertos del norte de México y el suroeste de Estados Unidos. Suele encontrarse debajo de matorrales y aparecer en grupos que van desde tres, hasta más de cincuenta plantas. Su crecimiento es sumamente lento, ya que para alcanzar la madurez pueden pasar desde 15 hasta 20 años.

Su zona de distribución está dentro de un "rombo" irregular que abarca desde Deming, Nuevo México, a Corpus Christi, Texas, así como el municipio de Sombrerete, Zacatecas.

La zona que comprende dicho rombo incluye el valle de Río Grande, al norte; las montañas de Tamaulipas, al este; la orilla derecha de río Grande de Santiago y río del Mezquital, al sur y las faldas de la Sierra Madre Occidental, en la sierra de Durango y la sierra de Nayarit, donde crece en los suelos calcáreos y arcillosos de formación cretácea.

Su forma y tamaño es variable, algunos llegan a tener hasta 20 centímetros de diámetro, mientras que otros presentan formas similares a una zanahoria o nabo, pero sin hojas ni ramas.

Está dividido por surcos rectos sinuosos en espiral que forman "botones". Estos botones tienen pequeños mechones de pelo gris, blanco o amarillo, característica que le ha dado el nombre de su clasificación botánica Lophophora, que significa "yo tengo crestas".

En el centro de su parte superior hay un pequeño punto de pelusa muy espesa, donde puede aparecer una flor de color blanco-rosado en determinadas épocas del año.

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Uso del peyote en los pueblos indígenas

El consumo de peyote entre los pueblos indígenas proviene de los wixárikas (huicholes), los coras y los rarámuris, quienes le consagraron un culto que aún perdura entre sus tradiciones, considerándolo una planta sagrada.

Entre estos pueblos, los wixárika se consideran los guardianes del peyote, dado que su tradición en el uso del cactus es más antigua.

Originalmente, el consumo del peyote estaba reservado exclusivamente para los sacerdotes y hechiceros; no obstante, también se utilizaba como amuleto protector. Se dice que las madres colgaban del cuello de sus pequeños, bolsitas con el peyote (o peyotl, como ellos lo llamaban), creyendo que los preservaría de todo mal.

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Mientras que los adultos, lo portaban con la idea de que ésto los haría más ligeros y rápidos, salvándolos de heridas mortales en tiempos de guerra.

Los indígenas huicholes y tepehuanes creen que el peyote nació de las pisadas de un venado brujo. Por esta razón, cuando van en búsqueda de la planta, disparan cinco flechas a la derecha y otras cinco a la izquierda del cactus mientras dicen; "Allí está el venado".

Desde tiempos ancestrales, el peyote ha sido una planta venerada por las tribus indígenas del norte de México, quienes veían en ella cualidades sagradas, gracias a sus propiedades narcóticas y estupefacientes; sin embargo, su uso original ha sido desvirtuado, y hoy en día, ha sido llevado al borde de la extinción debido a su consumo ilegal.

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El peyote, cuyo nombre científico es Lephophora williamsii, es una cactácea proveniente de las regiones áridas mexicanas, famoso por poseer sustancias alcaloides que tras su consumo, pueden producir alucinaciones y alteraciones en la conciencia.

Esto se debe a que la planta contiene dos clases de alcaloides; los del denominado grupo A: Alcaloides solubles en éter, como la anhalomina, peyotina y lophophornia. Al igual que los alcaloides del grupo B: Solubles en cloroformo, entre los que se encuentran la analohidina y la mezcalina.

Foto: Archivo | OEM

De éstos, la lophophornia es el más tóxico, no obstante, la mezcalina es el agente encargado de producir alucinaciones visuales al ingerirlo.

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Características del peyote

Es un cactus sin espinas que en los desiertos del norte de México y el suroeste de Estados Unidos. Suele encontrarse debajo de matorrales y aparecer en grupos que van desde tres, hasta más de cincuenta plantas. Su crecimiento es sumamente lento, ya que para alcanzar la madurez pueden pasar desde 15 hasta 20 años.

Su zona de distribución está dentro de un "rombo" irregular que abarca desde Deming, Nuevo México, a Corpus Christi, Texas, así como el municipio de Sombrerete, Zacatecas.

La zona que comprende dicho rombo incluye el valle de Río Grande, al norte; las montañas de Tamaulipas, al este; la orilla derecha de río Grande de Santiago y río del Mezquital, al sur y las faldas de la Sierra Madre Occidental, en la sierra de Durango y la sierra de Nayarit, donde crece en los suelos calcáreos y arcillosos de formación cretácea.

Su forma y tamaño es variable, algunos llegan a tener hasta 20 centímetros de diámetro, mientras que otros presentan formas similares a una zanahoria o nabo, pero sin hojas ni ramas.

Está dividido por surcos rectos sinuosos en espiral que forman "botones". Estos botones tienen pequeños mechones de pelo gris, blanco o amarillo, característica que le ha dado el nombre de su clasificación botánica Lophophora, que significa "yo tengo crestas".

En el centro de su parte superior hay un pequeño punto de pelusa muy espesa, donde puede aparecer una flor de color blanco-rosado en determinadas épocas del año.

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Uso del peyote en los pueblos indígenas

El consumo de peyote entre los pueblos indígenas proviene de los wixárikas (huicholes), los coras y los rarámuris, quienes le consagraron un culto que aún perdura entre sus tradiciones, considerándolo una planta sagrada.

Entre estos pueblos, los wixárika se consideran los guardianes del peyote, dado que su tradición en el uso del cactus es más antigua.

Originalmente, el consumo del peyote estaba reservado exclusivamente para los sacerdotes y hechiceros; no obstante, también se utilizaba como amuleto protector. Se dice que las madres colgaban del cuello de sus pequeños, bolsitas con el peyote (o peyotl, como ellos lo llamaban), creyendo que los preservaría de todo mal.

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Mientras que los adultos, lo portaban con la idea de que ésto los haría más ligeros y rápidos, salvándolos de heridas mortales en tiempos de guerra.

Los indígenas huicholes y tepehuanes creen que el peyote nació de las pisadas de un venado brujo. Por esta razón, cuando van en búsqueda de la planta, disparan cinco flechas a la derecha y otras cinco a la izquierda del cactus mientras dicen; "Allí está el venado".

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