El Triángulo Dorado, conocido por su relevancia en la historia del narcotráfico y su impacto en la cultura mexicana, es una región que abarca tres estados clave: Sinaloa, Durango y Chihuahua. Este territorio, enclavado en la Sierra Madre Occidental, ha ganado notoriedad por su conexión con el cultivo de amapola y marihuana, así como por su complejo entramado de actividades ilegales.
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¿Cuáles son los límites del Triángulo Dorado?
En Sinaloa, las ciudades de Culiacán y Los Mochis son centros neurálgicos para el narcotráfico en la región. Ambas ciudades han sido epicentro de organizaciones criminales que han desafiado la autoridad gubernamental. Los Mochis, estratégicamente ubicada, ha sido utilizada como punto de salida para el contrabando de drogas hacia Estados Unidos.
Durango, otro estado del Triángulo Dorado, cuenta con la ciudad homónima que ha sido testigo de la presencia y operación de cárteles del narcotráfico. La geografía montañosa y los límites difusos en la región facilitan la actividad ilegal, convirtiendo a Durango en una pieza clave en la red de narcotráfico.
Por su parte, Chihuahua, el tercer integrante del Triángulo Dorado, alberga la ciudad de Chihuahua, capital del estado. Esta ciudad ha experimentado la influencia del crimen organizado, sirviendo como punto estratégico para el trasiego de drogas y enfrentando desafíos constantes en materia de seguridad.
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Además de sus características culturales, estas ciudades enfrentan desafíos relacionados con la seguridad debido a su ubicación estratégica en la ruta del narcotráfico. A pesar de ello, los esfuerzos gubernamentales y comunitarios buscan transformar la percepción de la región, fomentando el desarrollo económico y social.
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¿Cuál es el epicentro del Triángulo Dorado?
Los municipios de Guadalupe y Calvo, Morelos, Batopilas y Guazapares, en el sur de Chihuahua, conforman el epicentro superior de este Triángulo Dorado. Estos municipios, a pesar de su lejanía y difícil acceso, poseen una riqueza cultural y natural inigualable, y han sido testigos de la mayor influencia del narcotráfico en toda la región.
La presencia de comunidades indígenas en el Triángulo Dorado también despierta interés. En la Sierra Tarahumara, Chihuahua, se encuentran asentamientos de la etnia rarámuri, conocida por su resistencia y tradiciones arraigadas en la conexión con la naturaleza. Sin embargo, muchos grupos delictivos han aprovechado la lejanía y la falta de comunicación tecnológica en estos puntos para reclutar a los habitantes de los pueblos originarios, llegando incluso a amenazarlos, obligándolos a ser parte del narcotráfico.
Ante todo el panorama delictivo, otra realidad es que el turismo en la región ha comenzado a despegar, ofreciendo experiencias únicas como la Ruta del Chepe, un recorrido en tren que atraviesa paisajes impresionantes de la Sierra Tarahumara. Este impulso busca cambiar la narrativa de la región, resaltando su belleza natural y su riqueza cultural, buscando así, hacer a un lado la fama delictiva, centrándose en posicionar a estos municipios como puntos turísticos que conectan con la naturaleza.