Un equipo de investigadores españoles encontraron un marcador que permite identificar si un tipo de cáncer de piel muy frecuente va a desarrollar metástasis, pudiéndose prever gracias a este descubrimiento.
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Solo en España cada año se diagnostican hasta 74 mil nuevos casos de cáncer cutáneo no melanoma, también conocido como carcinoma escamoso cutáneo. La incidencia va en aumento con el paso de los años, y entre un 8 y un 10% de la población lo sufre actualmente o lo tendrá en un futuro. Aunque años atrás este tumor se asociaba a las personas mayores, los diagnosticados son cada vez más jóvenes.
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¿En qué consiste el método para prever la metástasis?
En el Instituto del Hospital del Mar de investigaciones Médicas, un equipo de investigadores ha descubierto un marcador que podría suponer un antes y un después para muchos pacientes. Este marcador permitiría determinar cuándo el carcinoma escamoso cutáneo se prepara para migrar a otros órganos. A este proceso se le llama metástasis, y la clave está en la cantidad de la proteína de la disquerina.
La proteína disquerina estaba disminuida en los tumores que metastatizaban, señala Inmaculada Hernández-Muñoz, investigadora IMIM del Hospital del Mar.
Se observó que los tumores metastásicos tenían menos ARN nucleolares, cuya expresión está regulada por su unión con la proteína disquerina, por lo que se puso de manifiesto que los niveles de disquerina disminuían en los tumores que iban a metastatizar, aunque se desconoce aún el motivo por el que la disquerina deja de expresarse.
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Al descubrir este dato, los investigadores comenzaron a trabajar con células en cultivo con el objetivo de quitar la disquerina y comprobar que el metabolismo de las células tumorales cambiaba: en lugar de nutrirse de glucosa éstas pasaban a consumir grasas, lípidos, sobre todo de moléculas de LDL, que es lo que conocemos como colesterol malo.
La metástasis se alimenta de grasa y lípidos
Así, es este el mecanismo que permite que la célula tumoral emigre hacia los ganglios linfáticos, provocando la aparición de la metástasis. Normalmente, estas células se alimentan de glucosa, pero en este caso, como la diseminación se produce vía linfática, a la hora de migrar éstas necesitan cambiar sus funciones para poder sobrevivir en un ambiente con grasas, como es el linfático. Es entonces cuando pasan a alimentarse de lípidos, pero cuando llegan al nuevo órgano, vuelven a consumir, de nuevo, glucosa.
Esto quiere decir que, el descenso de los niveles de disquerina provoca un cambio en las células tumorales, que cambian su alimentación de glucosa a lípidos. Es este cambio lo que nos permite prever la metástasis, detectar que se va a producir.