/ martes 25 de junio de 2019

El día que el narco desterró a las pandillas de barrio en Juárez

Grupos armados llegaron a las colonias a amenazas con balear a jóvenes que se reunían en esquinas, al estilo cholo, para que ya no fueran

Ciudad Juárez, Chihuahua.- La feroz disputa por la droga entre los cárteles de Juárez y Sinaloa iniciada en el 2008 en este municipio, les arrebató los espacios a las pandillas juveniles que antes imperaban en la mayoría de las colonias.

Salvador Cruz Sierra, doctor en Ciencias Sociales, explica que al insertarse las bandas criminales en los barrios y tras el asesinato de varios de los integrantes de las pandillas barriales, se despojó a los jóvenes del control de los territorios.

“Ahora, al parecer, se genera un proceso de desterritorialización y dispersión. Sus líderes muertos y sin territorio qué defender, la disputa de los jóvenes ahora es por los espacios para la distribución y el control de drogas, dejando de lado otros significados y funciones que constituían el para qué de su protección y control. Para estos jóvenes, el sentido que tenía la pertenencia al barrio y su disputa por el territorio se transformó a partir de la recomposición del crimen organizado y del reforzamiento de la fuerza policial”, sostiene.

  • Hasta antes del 2008, era común ver en las esquinas, a grupos de jóvenes que adoptaban un nombre que los distinguía, el cual colocaban en grafitis en paredes, cachuchas, camisetas o sudaderas.

Aunque también participaban en riñas y ocasionalmente algunos de los integrantes cometían asaltos, también escuchaban música y hasta bailaban.

El académico José Manuel Valenzuela Arce señala que la aparición de éstas “clicas” en la frontera norte de México data de los años treinta del siglo pasado, producto de diversos procesos culturales transfronterizos, teniendo como principal personaje al pachuco, quien surgió y marcó un estilo masculino en México y en Estados Unidos. Esta expresión constituyó el primer movimiento juvenil, popular, transnacional y transfronterizo.

  • Acá los cholos se constituyeron en pandillas, que ellos llamaban barrios.

En los años 80’s, el entonces presidente municipal, Francisco Barrio Terrazas, emanado del Partido Acción Nacional (PAN), constituyó un movimiento denominado “Barrios Unidos con Barrio”, donde agrupó a decenas de pandillas con las que se reunía y organizaba ligas de futbol, encuentros de box y otros eventos de convivencia.

Durante la administración municipal de Gustavo Elizondo Aguilar, también panista, se organizaron los pactos de paz entre pandillas, impulsados desde la misma policía municipal, ya que se contaba con un registro de ese tipo de grupos y se buscaba a las más conflictivas, para tratar de generar esos acuerdos de no agresión, como estrategia para disminuir la delincuencia en las colonias, aparte de los operativos en patrullas.

CARNE DE CAÑÓN

Pero todo cambió a partir de la disputa por la comercialización de la droga que antes controlaba el Cártel de Juárez.

Así lo recuerda Miguel Ángel Carrillo Mendoza, alias “El Flaco”, de 49 años, quien dice que grupos armados empezaron a llegar a las colonias a amenazar con rafaguear a los jóvenes que se reunían en las esquinas, al estilo cholo, para que ya no estuvieran ahí.

Ellos nos desterraron, por decirlo de alguna forma

Agrega que algunos de los pandilleros de esa época también se unieron al nuevo ramo violento, pero de igual forma ahora “descansan en paz”, porque fueron asesinados en esa “guerra”.

A la mayoría de los que la jalaron a ese rollo los quebraron”, recuerda con tristeza, quien usa todavía la clásica ropa de los cholos, con la camisa y el pantalón flojos.

Cesángari López y Beatriz Magaloni, del Laboratorio de Pobreza, Violencia y Gobernanza, mencionan por ejemplo, que durante la etapa de mayor violencia en Ciudad Juárez, de 2008 a 2012, los menores de edad en colonias como Gustavo Díaz Ordaz, Plutarco Elías Calles y Adolfo López Mateos, se convirtieron en la “carne de cañón” de grupos como La Línea, Los Aztecas y Los Mexicles, asociados con los cárteles que entonces disputaban el territorio.

Cruz Sierra detalla por su parte que fue con la penetración abrupta del crimen organizado en los espacios barriales, que inició el reclutamiento, a veces forzado, de niños y jóvenes.

Al mismo tiempo, se observó la incidencia de formas de crueldad en las prácticas de violencia social. No fue simplemente el ingreso de unos jóvenes a organizaciones criminales, sino la búsqueda de los atributos o características de aquellos aptos para un ejercicio de la violencia extrema y sádica. Hay un discernimiento de las diferencias y las capacidades de quienes formaban parte de las pandillas en relación con aquellos que se integraron a las actividades del crimen o del sicariato

En el año 2010, considerado el más violento, se concentró en Ciudad Juárez el 62 por ciento de los homicidios de adolescentes de entre 12 y 17 años ocurridos en el estado de Chihuahua. Fueron 298 casos en la entidad, es decir 184 en Juárez.

DE LOS TIROS ‘CHOLE’ A LOS BALAZOS

“Rodrigo”, de 39 años, quien se encuentra en rehabilitación por uso de estupefacientes, menciona que estuvo involucrado en la vida de los barrios, por un afán de sentirse importante.

“Era en aquel entonces sentirse más grande, tener fama, respeto, ser de los principales de la pandilla, poder tener liderazgo y poder así manipular a otros chavos”, explica.

Indica que la vida de la pandilla se centraba en “marcar territorio”, varias cuadras, donde los rivales no podían traspasar, si no querían correr el riesgo de sufrir las consecuencias, como lo eran golpizas.

Manifiesta que en la colonia donde vivía, se contabilizaban al menos 10 pandillas, pero se aliaban unas tres de ellas, para ir a buscarle pleito a otros.

Nos juntábamos unos tres barriecillos y decíamos: ‘vamos a caerles a aquellos’ y ya nos íbamos a las riñas, a las campales, donde se hacían las pedradas

Dice que eran comunes los “tiros chole”; es decir enfrentamientos físicos uno contra uno.

Indica sin embargo que cuando los pleitos subían de tono, se usaban también los palos, bates de béisbol, cadenas, cuchillos, navajas y ya más grave, salían a relucir las pistolas.

“Rodrigo” refiere que poco antes del 2008 hizo vida de familia y se fue de la ciudad y después se enteró que comenzó una crisis de violencia que se conoció como “la limpia”, por la disputa de la plaza entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez.

Murió mucha gente, casi todos mis compas están muertos, otros cayeron al Cereso, y otros se tranquilizaron como yo, que me junté con mi señora

Sin embargo, reconoce que luego volvió a la colonia donde vivía y pudo constatar que ya no existían los barrios -las pequeñas pandillas- y se podía caminar con más confianza en los terrenos considerados “enemigos”.

“Pude pasar por territorios contrarios, hasta me anduve drogando con chavos con los que antes andábamos bronqueados”, sostiene.

El hombre en rehabilitación de drogas comenta que ahora los adolescentes y jóvenes que viven en las comunidades, ya no se integran en pandillas pequeñas, sino que se dedican a cantar rap o grafitear paredes.

  • La novedad es que los jóvenes expuestos a la vida callejera, son utilizados ahora por las gangas, para distribuir sustancias prohibidas.

Vi que a un chavo de 13 años lo manipularon con 300 pesos, le dieron una caja de corn flakes para que llevara droga y eso no se vale, antes se tenía mucho respeto por los niños

El Güero Mordis, de 40 años, quien todavía viste a la usanza chola, explica a su vez que las pandillas de antes nada tienen que ver con las de ahora, porque antes se trataba solamente de “tirar barrio” y “defender la placa” (el nombre del barrio) por cuestión de orgullo.

“Oíamos oldies, cumbias y nos trampábamos con otros barrios, a pedradones, en tiros de rueda, a tablazos, pero nada que ver con los sicarios o las pandillas de ahora”, refiere sobre quienes ahora disputan las calles en Juárez, que son: Los Aztecas, Los Mexicles y Artistas Asesinos.

2010 / Fue considerado el años más violento, se concentró en Ciudad Juárez el 62 por ciento de los homicidios de adolescentes de entre 12 y 17 años ocurridos en el estado de Chihuahua.

298/ Casos asesinatos de menores entre los 12 y 17 años, se suscitaron en el Estado

184/ Muertes de menores de edad, se registró ese mismo año esta ciudad

Marcar territorio

La vida de la pandilla se centraba en “marcar territorio”, varias cuadras, donde los rivales no podían traspasar, si no querían correr el riesgo de sufrir las consecuencias, como lo eran golpizas.

Ciudad Juárez, Chihuahua.- La feroz disputa por la droga entre los cárteles de Juárez y Sinaloa iniciada en el 2008 en este municipio, les arrebató los espacios a las pandillas juveniles que antes imperaban en la mayoría de las colonias.

Salvador Cruz Sierra, doctor en Ciencias Sociales, explica que al insertarse las bandas criminales en los barrios y tras el asesinato de varios de los integrantes de las pandillas barriales, se despojó a los jóvenes del control de los territorios.

“Ahora, al parecer, se genera un proceso de desterritorialización y dispersión. Sus líderes muertos y sin territorio qué defender, la disputa de los jóvenes ahora es por los espacios para la distribución y el control de drogas, dejando de lado otros significados y funciones que constituían el para qué de su protección y control. Para estos jóvenes, el sentido que tenía la pertenencia al barrio y su disputa por el territorio se transformó a partir de la recomposición del crimen organizado y del reforzamiento de la fuerza policial”, sostiene.

  • Hasta antes del 2008, era común ver en las esquinas, a grupos de jóvenes que adoptaban un nombre que los distinguía, el cual colocaban en grafitis en paredes, cachuchas, camisetas o sudaderas.

Aunque también participaban en riñas y ocasionalmente algunos de los integrantes cometían asaltos, también escuchaban música y hasta bailaban.

El académico José Manuel Valenzuela Arce señala que la aparición de éstas “clicas” en la frontera norte de México data de los años treinta del siglo pasado, producto de diversos procesos culturales transfronterizos, teniendo como principal personaje al pachuco, quien surgió y marcó un estilo masculino en México y en Estados Unidos. Esta expresión constituyó el primer movimiento juvenil, popular, transnacional y transfronterizo.

  • Acá los cholos se constituyeron en pandillas, que ellos llamaban barrios.

En los años 80’s, el entonces presidente municipal, Francisco Barrio Terrazas, emanado del Partido Acción Nacional (PAN), constituyó un movimiento denominado “Barrios Unidos con Barrio”, donde agrupó a decenas de pandillas con las que se reunía y organizaba ligas de futbol, encuentros de box y otros eventos de convivencia.

Durante la administración municipal de Gustavo Elizondo Aguilar, también panista, se organizaron los pactos de paz entre pandillas, impulsados desde la misma policía municipal, ya que se contaba con un registro de ese tipo de grupos y se buscaba a las más conflictivas, para tratar de generar esos acuerdos de no agresión, como estrategia para disminuir la delincuencia en las colonias, aparte de los operativos en patrullas.

CARNE DE CAÑÓN

Pero todo cambió a partir de la disputa por la comercialización de la droga que antes controlaba el Cártel de Juárez.

Así lo recuerda Miguel Ángel Carrillo Mendoza, alias “El Flaco”, de 49 años, quien dice que grupos armados empezaron a llegar a las colonias a amenazar con rafaguear a los jóvenes que se reunían en las esquinas, al estilo cholo, para que ya no estuvieran ahí.

Ellos nos desterraron, por decirlo de alguna forma

Agrega que algunos de los pandilleros de esa época también se unieron al nuevo ramo violento, pero de igual forma ahora “descansan en paz”, porque fueron asesinados en esa “guerra”.

A la mayoría de los que la jalaron a ese rollo los quebraron”, recuerda con tristeza, quien usa todavía la clásica ropa de los cholos, con la camisa y el pantalón flojos.

Cesángari López y Beatriz Magaloni, del Laboratorio de Pobreza, Violencia y Gobernanza, mencionan por ejemplo, que durante la etapa de mayor violencia en Ciudad Juárez, de 2008 a 2012, los menores de edad en colonias como Gustavo Díaz Ordaz, Plutarco Elías Calles y Adolfo López Mateos, se convirtieron en la “carne de cañón” de grupos como La Línea, Los Aztecas y Los Mexicles, asociados con los cárteles que entonces disputaban el territorio.

Cruz Sierra detalla por su parte que fue con la penetración abrupta del crimen organizado en los espacios barriales, que inició el reclutamiento, a veces forzado, de niños y jóvenes.

Al mismo tiempo, se observó la incidencia de formas de crueldad en las prácticas de violencia social. No fue simplemente el ingreso de unos jóvenes a organizaciones criminales, sino la búsqueda de los atributos o características de aquellos aptos para un ejercicio de la violencia extrema y sádica. Hay un discernimiento de las diferencias y las capacidades de quienes formaban parte de las pandillas en relación con aquellos que se integraron a las actividades del crimen o del sicariato

En el año 2010, considerado el más violento, se concentró en Ciudad Juárez el 62 por ciento de los homicidios de adolescentes de entre 12 y 17 años ocurridos en el estado de Chihuahua. Fueron 298 casos en la entidad, es decir 184 en Juárez.

DE LOS TIROS ‘CHOLE’ A LOS BALAZOS

“Rodrigo”, de 39 años, quien se encuentra en rehabilitación por uso de estupefacientes, menciona que estuvo involucrado en la vida de los barrios, por un afán de sentirse importante.

“Era en aquel entonces sentirse más grande, tener fama, respeto, ser de los principales de la pandilla, poder tener liderazgo y poder así manipular a otros chavos”, explica.

Indica que la vida de la pandilla se centraba en “marcar territorio”, varias cuadras, donde los rivales no podían traspasar, si no querían correr el riesgo de sufrir las consecuencias, como lo eran golpizas.

Manifiesta que en la colonia donde vivía, se contabilizaban al menos 10 pandillas, pero se aliaban unas tres de ellas, para ir a buscarle pleito a otros.

Nos juntábamos unos tres barriecillos y decíamos: ‘vamos a caerles a aquellos’ y ya nos íbamos a las riñas, a las campales, donde se hacían las pedradas

Dice que eran comunes los “tiros chole”; es decir enfrentamientos físicos uno contra uno.

Indica sin embargo que cuando los pleitos subían de tono, se usaban también los palos, bates de béisbol, cadenas, cuchillos, navajas y ya más grave, salían a relucir las pistolas.

“Rodrigo” refiere que poco antes del 2008 hizo vida de familia y se fue de la ciudad y después se enteró que comenzó una crisis de violencia que se conoció como “la limpia”, por la disputa de la plaza entre los cárteles de Sinaloa y de Juárez.

Murió mucha gente, casi todos mis compas están muertos, otros cayeron al Cereso, y otros se tranquilizaron como yo, que me junté con mi señora

Sin embargo, reconoce que luego volvió a la colonia donde vivía y pudo constatar que ya no existían los barrios -las pequeñas pandillas- y se podía caminar con más confianza en los terrenos considerados “enemigos”.

“Pude pasar por territorios contrarios, hasta me anduve drogando con chavos con los que antes andábamos bronqueados”, sostiene.

El hombre en rehabilitación de drogas comenta que ahora los adolescentes y jóvenes que viven en las comunidades, ya no se integran en pandillas pequeñas, sino que se dedican a cantar rap o grafitear paredes.

  • La novedad es que los jóvenes expuestos a la vida callejera, son utilizados ahora por las gangas, para distribuir sustancias prohibidas.

Vi que a un chavo de 13 años lo manipularon con 300 pesos, le dieron una caja de corn flakes para que llevara droga y eso no se vale, antes se tenía mucho respeto por los niños

El Güero Mordis, de 40 años, quien todavía viste a la usanza chola, explica a su vez que las pandillas de antes nada tienen que ver con las de ahora, porque antes se trataba solamente de “tirar barrio” y “defender la placa” (el nombre del barrio) por cuestión de orgullo.

“Oíamos oldies, cumbias y nos trampábamos con otros barrios, a pedradones, en tiros de rueda, a tablazos, pero nada que ver con los sicarios o las pandillas de ahora”, refiere sobre quienes ahora disputan las calles en Juárez, que son: Los Aztecas, Los Mexicles y Artistas Asesinos.

2010 / Fue considerado el años más violento, se concentró en Ciudad Juárez el 62 por ciento de los homicidios de adolescentes de entre 12 y 17 años ocurridos en el estado de Chihuahua.

298/ Casos asesinatos de menores entre los 12 y 17 años, se suscitaron en el Estado

184/ Muertes de menores de edad, se registró ese mismo año esta ciudad

Marcar territorio

La vida de la pandilla se centraba en “marcar territorio”, varias cuadras, donde los rivales no podían traspasar, si no querían correr el riesgo de sufrir las consecuencias, como lo eran golpizas.

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