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Sentencian a 36 años de prisión a “El Gordo Santana” y a “el Culiacán”, encontrados penalmente responsables del homicidio del joven José Enrique Granados, quien se encontraba en casa de uno de los procesados en una fiesta. A los hoy procesados de les relacionaba directamente con la venta y distribución de estupefacientes. Los hechos por los cuales se les sentencio, se suscitaron en octubre del año 2016.
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A casi cuatro años del homicidio del joven José Enrique Granados, la fiscalía zona sur dio a conocer que los responsables de dicho delito, ya habían sido sentenciados por un juez, el cual determinó reformular la sentencia y dictarles una pena privativa de la libertad de 36 años.
Los hoy sentenciados Luis Adán Santana Ramírez, alias “El Gordo Santana” y Esaú Melgarejo Mariscal, de apodo “El Culiacán”, fueron encontrados penalmente responsables de privar de la vida a un estudiante de Parral.
ANTECEDENTES
Los hechos que se les atribuyen se registraron la madrugada del 28 de Octubre del 2016, cuando el hoy occiso, por invitación de una compañera de clases, y hermana de “El gordo Santana”, asistió a un bar y posteriormente a una reunión a casa del hoy sentenciado.
Esa fue la última vez que se tuvo conocimiento sobre el paradero de José Enrique Granados, quien al cabo de unos días y tras varias pesquisas emitidas, fue localizado sin vida, maniatado y envuelto en bolsas plásticas de color negro a un costado de la carretera Parral- Jiménez.
SANTANA y SUS COMPLICES RELACIONADOS CON LA VENTA Y CONSUMO DE DROGA
Durante la audiencia de vinculación a proceso en contra de Santana, realizada el martes 8 de noviembre del 2016, se pudo conocer que en casa del hoy sentenciado, vendía drogas en su domicilio, incluso permitía a sus clientes consumir en el lugar.
Y es que en dicha audiencia, el ministerio público hizo lectura de narrativas y declaraciones de testigos, quienes indicaron que previo al homicidio de José Granados, habían acudido a la casa del gordo Santana a comprar Marihuana y se habían quedado a fumarla en el lugar, pero posteriormente se habían retirado.
EL MOVIL
Entrar al patio de la vivienda de “El gordo Santana”, donde se “movía” la droga, y portar unas placas como las que utilizan los soldados con sus generales, fue el motivo por el que Santana -intoxicado con cocaína-, victimó a José Enrique Granados junto con sus cómplices “El Águila” y “El Culiacán” quienes también habían consumido “coca” al momento del ilícito. Lo iban a dejar ir después de golpearlo, pero decidieron victimarlo, pues lo creían militar y temían que les “pusiera dedo”.
Tras un rato de convivencia, el hoy occiso se levantó al baño y accidentalmente ingresó al patio de la vivienda de Santana, lo cual encolerizó a este último, quien le pidió que saliera y que no debía estar ahí, para al momento propinarle un golpe en el rostro al joven Granados.
A la pelea se unieron Esaú Melgarejo Mariscal, alias "El Culiacán" y a Oscar Balderrama "El Águila", quienes junto con “El Gordo” golpearon en repetidas ocasiones al hoy occiso al grado de que en el piso, "El Águila" le pateó la cabeza, la cual golpeó contra la pared, manchándola de líquido hemático, e incluso amedrentándolo con una daga que "El Águila" tomó del taller.
Los testigos les decían que se detuvieran y que lo dejaran en paz ya que Granados se encontraba indefenso, sin embargo “El Gordo”, “El Culiacán” y “El Águila”, alterados por haber consumido cocaína no desistieron y comenzaron a amenazar al resto de los presentes.
Al momento se percataron de que José Enrique Granados portaba unas placas de metal como las que usan los soldados al cuello, por lo que sus agresores comenzaron a decirle “guacho” y que se largara.
Fue por ello que le abrieron el portón del taller y cuando el hoy fenecido se retiraba, se detuvo a pedir disculpas, a lo que "El Culiacán" le dijo a "El Águila" que lo metiera porque de seguro “el guacho” les iba a “poner dedo”.
Posteriormente “El Gordo” ingresó a un cuarto habilitado como sanitario, en donde le gritaba a José Enrique Granados: “Ya te cargó la ve… pin… guachito”, mientras que al mismo tiempo se escuchaba a granados pidiendo perdón y que lo dejaran.
Al cabo de unos segundos, solo se escuchaba como si alguien se estuviera ahogando y tosiendo, así como también como si un chorro de agua se estuviera derramando en el piso. Uno de los presentes se asomó para ver qué pasaba y vio como granados sangraba considerablemente del cuello mientras con una mano se sostenía el cuello.
El chorro de agua que se escuchaba caer era la sangre de granados que salía con presión al brotar de su arteria carótida lacerada por la daga de Santana. Al momento “El Culiacán” y “El Águila” amedrentaban a los presentes para que no fueran a decir nada.
En la declaración obra que “El Águila” los grababa con su celular pidiéndoles sus direcciones, teléfonos y nombres de sus familiares, amenazándolos de que si decían algo los iban a matar a ellos y a sus familias.
Fue así como obligaron a dos de los testigos a envolver el cuerpo sin vida de Granados con dos bolsas para la basura y encintarlos con cinta adhesiva para subirlo a la cajuela del vehículo de Santana.
De ahí, Santana acompañado de los dos testigos amenazados, salió del taller con rumbo a la carretera Parral- Jiménez, escoltado por una camioneta tripulada por “El Culiacán” y “El Águila” para dejar el cadáver a la altura del kilómetro nueve.
LA SENTENCIA
Cabe resaltar que anteriormente “el gordo Santana” ya había sido sentenciado a 15 años de prisión, mientras que su cómplice “El Culiacán”, iba a ser absuelto, sin embargo, a tres años cuatro meses del homicidio de José Enrique Granados, se les dictó una nueva sentencia de 36 años de cárcel, pero en esta ocasión, a ambos procesados.
