"Prefiero arriesgar la vida en la calle que morirme de hambre en la casa fue una decisión en que no podía elegir", dijo Carlos García, de oficio paletero que desde hace cinco años se dedica a la venta de paletas en calles del centro de la ciudad, consideró que está pasando por una crisis económica en donde el confinamiento no está dentro de sus posibilidades ya que requiere de trabajar para ganarse la vida.
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Carlos García recorre desde las 10 de la mañana las principales calles de la ciudad soportando temperaturas de hasta 36 grados centígrados; sin embargo, comentó que es difícil vender en tiempos de la pandemia ya que se tiene que cuidar a no ser contagiado, por lo general utiliza el cubrebocas y trae el gel antibacterial pero se encuentra con personas que no llevan las medidas preventivas y son un riesgo de que lo contagien.
Señaló que ha sido mala su situación económica por no poder trabajar durante el confinamiento, el sólo estuvo encerrado 15 días del mes de mayo ya que se vio en la necesidad de salir a las calles a vender paletas, considera que está sacando de 100 a 120 pesos por jornada de trabajo cuando bien le va, sólo gana para poder subsistir y han sido bajas las ventas a pesar que ya se están teniendo días calurosos, es largo el recorrido por las calles que diariamente hace para sacar algo de dinero.
Debido a la falta de empleo decidió ser vendedor ambulante ofreciendo helados y paletas de hielo en las calles, indicó que son tiempos difíciles ya que además que han estado bajas las ventas no ha recibido apoyo de nadie, recorrer las calles del centro de la ciudad hasta la central camionera le lleva alrededor de ochos horas de trabajo ya que termina como a las seis de la tarde cuando entrega el carrito a la paletería.
Para él no es pesado su trabajo consideró que es más difícil estar en la casa y pasar hambre, ya que hay que sacar para comer, es por ello que casi no se estuvo confinado durante esta pandemia, ya que la necesidad mueve a la gente para sacar “el chivo” es por ello que prefiere arriesgar la vida en las calles que morirse de hambre encerrado.