Chihuahua, Chih.- La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Chihuahua puntualizó que la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica es una modificación con la que pierde México, ya que abona a incrementar la incertidumbre jurídica para las inversiones, atenta contra la libre competencia y provoca que los mexicanos paguen más por un servicio eléctrico ineficiente, contaminante y de menor calidad.
“Esta iniciativa tiene el potencial de convertir al modelo de la industria eléctrica en un monopolio y de destruir el mecanismo de despacho de energía de las centrales eléctricas que hoy opera el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) de manera independiente y que permite que haya competencia entre generadores y, por ende, mejores precios”, señaló la asociación a través de un comunicado.
En análisis realizado por el sindicato de patrones, puntualizan que la mayor parte del costo de generación depende del combustible con el que se genera, por lo que al usar carbón, combustible y diésel se encarece más que al usar viento o energía solar.
“Usar combustibles ineficientes y contaminantes como los que privilegia la reforma implicará mayores tarifas para los usuarios. Es importante considerar que el despacho a la energía termoeléctrica producida por la CFE tiene un costo de generación 5 veces mayor a la generación de energía solar o eólica por parte de empresas privadas. Con esta reforma la energía solar o eólica sería la tercera en ser despachada”.
En cuanto a las afectaciones para la competitividad, señala que con tarifas más altas en energía el país estará en desventaja en comparación con otras latitudes, en donde sí se aprovechan estos recursos.
“La generación privada en México ha contribuido a disminuir costos de generación. CFE tiene costos de 1.23 a los 2.05 pesos por kilovatio-hora (kWh), mientras los productores particulares tienen costos de 0.82 pesos por kWh”.
Así mismo, puntualizan que el fomentar una economía de bienestar necesita forzosamente que la gente pague menos por sus servicios, por lo que el país debe de reducir sus costos de electricidad, gas y diésel, lo que causará de manera subsecuente la atracción de inversiones.
“Son demasiadas voces especializadas las que han advertido el daño y el retroceso que representa esta reforma y que no pueden ni deben ser desatendidas, entre ellas la de la Comisión Federal de Competencia Económica, el Instituto Mexicano para la Competitividad, y las Cámaras de Comercio de EEUU y de Canadá. Incluso funcionarios de esos países han externado su preocupación por el impacto que tendría en el clima de inversión”.
Finalmente, la organización hace un llamado al poder Legislativo para que no se apruebe la iniciativa, considerando el daño económico, ambiental y social que traería consigo, y sugieren mejorar el marco regulatorio para que se asegure un bienestar para el país.
“Nuestra nación enfrenta una severa crisis económica que requiere señales positivas para poder revertir los 9 trimestres consecutivos con falta de crecimiento. La más potente es dar confianza a la inversión, es dar certeza sobre las reglas a partir de las cuales se toman decisiones para que lleguen más recursos y se generen empleos. No es momento, ni se enfrentan las condiciones para darnos el lujo de impulsar leyes que autosaboteen a México”.