Después de haber permanecido por al menos 17 meses suspendidas por la pandemia las actividades en las instalaciones del Jardín del Abuelo, hace alrededor de un mes que vuelven a reactivarse; sin embargo, las únicas actividades de manera presencial son las de activación física y pintura con un grupo reducido de 10 personas.
La encargada del Jardín del Abuelo, doctora Marisa Huerta, declaró que a inicios de la pandemia tuvieron que cerrar las instalaciones, y suspender todos los cursos, pero no fue sino hasta el mes de abril del presente año que iniciaron de manera presencial con una actividad de siembra de hortalizas, en donde participaron grupos pequeños de 10 a 12 personas.
Posteriormente se volvieron a suspender todos los cursos, y en el mes de junio nuevamente comenzaron de manera presencial; sin embargo, durante ese tiempo se llevaron a cabo actividades de manera virtual.
La titular indicó “la reactivación de las actividades se ha ido dando de manera pausada, ya que no podemos congregar a muchas personas en los cursos, aunque el beneficio que tienen las instalaciones es que son amplias y permiten que haya buena ventilación”.
La entrevistada informó que los cursos que hasta el momento son de manera presencial es el de pintura y activación física; sin embargo, como destacó, son grupos reducidos de 10 a 12 personas.
Comentó que la pandemia vino a transformar las actividades que se tenían ya que impartían cursos de canto, música, yoga, danza folklórica, cachibol, pintura, computación, coro, manualidades, entre otras, por lo que solamente han podido comenzar con dos de ellas.
Argumentó que se tuvo que acondicionar las instalaciones con una pantalla, debido a que los cursos son de manera virtual, en donde el maestro les da la clase a aquellos adultos que no tienen los medios para tomar la sesión de esa manera, por lo que se les dio la oportunidad de acudir de manera presencial.
En este sentido, la doctora Huerta mencionó “vienen muy emocionados porque ya están cansados de tanto encierro, la situación de la pandemia ha derivado problemas emocionales, por lo que el venir a tomar un curso de pintura, les ayuda a sobrellevar las complicaciones que el confinamiento o la pérdida de un familiar han provocado”.