Las lluvias han devuelto a la vida al humedal conocido como “El Refugio” ubicado en la carretera Parral-Matamoros a la altura de los accesos al verano, este lugar quedó completamente seco durante los dos años de sequía y hoy día ha retomado su belleza que también atrae a patos, garzas, además de beneficiar al sector ganadero y rural.
El área, beneficia tanto a quienes utilizan la siembra de temporal, así como a las personas que son propietarios de piezas de ganado en el sector, ya que el presón es basto y es utilizado por los habitantes de El Verano.
Esta presilla o presón como la describen los locales, quedó en desembalse durante los años en los que prevaleció la sequedad que afectó de manera grave el norte del país.
Siendo la zona una de las mayores en lo que a producción ganadera se refiere, hoy el panorama es benéfico con la temporada de lluvias.
La fauna, además de las vacas, caballos y canes que se rodean por el sitio, es también engalanada por aves de paso, es decir garzas y patos que comúnmente dan una vista paradisiaca pese a sólo ser una reserva hídrica para uso en el sector rural.
Ángel Sotero, habitante de la cabecera municipal, indicó que las aguas que embalsan desde las nubes a la presilla, son usadas por quienes tienen parcelas de sembradíos de temporada y destacó la belleza con la que cuenta el manto acuático.
Este atractivo natural, puede ser apreciado por los viajeros, lugareños, ciclistas y personas que circulan por ahí, debido a que su ubicación está en la carretera mencionada, la cual está conectada con el estado vecino de Durango y a pocos kilómetros de llegar a la Capital del Mundo.
El espejismo que se torna con los rayos del sol dan un realce llamativo, que es imposible no mirar a un lado cuando se maneja por estos rumbos, delineado con la flora que parece flotar en medio del humedal.