La Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS) ha llevado a cabo una significativa labor humanitaria en la Sierra Tarahumara, beneficiando a múltiples comunidades con la entrega de recursos vitales. Entre estos apoyos se incluyen tinacos, filtros y garrafones de agua potable, elementos esenciales para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
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La distribución de estos insumos estuvo a cargo de la Dirección de Operación Regional de la JCAS y se llevó a cabo en las comunidades de Ocochochi, Pito Real, San Elías Repechique, La Quebradora, Norogochi, Rusirachi, Raramuchi, Gonogochi y La Pista, ubicadas en el municipio de Bocoyna.
En estas comunidades, a menudo remotas y de acceso limitado, enfrentan desafíos significativos para asegurar agua limpia y segura para sus residentes, motivo el cual se realizó esta acción en beneficio de sus habitantes.
El impacto de estas acciones es considerable, beneficiando directamente a aproximadamente 200 personas. Cada una de estas personas recibió apoyos específicos consistentes en 200 garrafones con una capacidad de 19 litros, garantizando un suministro básico de agua.
Además, 200 filtros purificadores, cruciales para eliminar contaminantes y hacer el agua potable; y 10 tinacos, proporcionados especialmente a escuelas y hogares en situaciones de vulnerabilidad, fortaleciendo así la infraestructura local y mejorando las condiciones sanitarias.
Estos esfuerzos no solo abordan necesidades inmediatas, sino que también reflejan un compromiso profundo y sostenido por parte del Gobierno del Estado para mejorar el acceso al agua potable en todo Chihuahua. Especial atención se ha dado a aquellos sectores de la población que más lo necesitan, asegurando que todos los chihuahuenses puedan disfrutar del derecho básico a un agua segura y de calidad.
La entrega de estos apoyos es un ejemplo tangible del impacto positivo que puede lograrse cuando diversas instituciones y la comunidad trabajan juntas hacia un objetivo común que es el mejorar la calidad de vida y promover el bienestar en áreas rurales y marginadas.
La labor de la JCAS en la Sierra Tarahumara no solo asegura un acceso más equitativo y sostenible al agua, sino que también representa un paso significativo hacia la construcción de comunidades más fuertes y autosuficientes, en lo que es un compromiso continuo por el bienestar de todos los ciudadanos, sin importar su ubicación geográfica o sus condiciones socioeconómicas.