Desde Mezquitic, Jalisco, cinco huicholes con violín, bajo, vihuela y güiro tocan corridos, huapangos, cumbias y música tradicional de su cultura. Tienen 25 días en la ciudad, cuentan que viven de sus instrumentos. De ahí comen, pagan su hospedaje, pasaje y le ayudan al miembro menor de su familia, una niña que padece discapacidad motriz.
Lusiano de la Cruz, junto con su familia, fueron a la esquina de la calle Ojinaga y Mercaderes. Ahí tocaron corridos, cumbias, huapangos y cantaron en una lengua que hablaban los primeros hombres que pisaron las tierras de Jalisco.
En un rincón de aquella esquina una niña permaneció sentada con un bote. Miraba a su familia tocar y sus padres y hermanos a la pequeña. Bajo sus pies e instrumentos colocaron un estuche de violín abierto donde la gente deja una moneda. En ocasiones hasta un billete. El dinero irá destinado para los medicamentos de su hija (quien padece una discapacidad motriz) y para el pasaje que llevará su música a otras ciudades y pueblos.
“Somos Wixárikas. Venimos de Jalisco y sabemos más de 2 mil canciones”, cuenta Luisiano, quien expresa más palabras en sus cantos que en las entrevistas. Si Luisiano calla, el violín habla por él y cuando el español no le alcanza para decir la totalidad de las cosas, entona su voz en Huichostle, su lengua materna.
“Salimos de Jalisco. Nos mantenemos de allá pa´ ca. No sabemos a dónde vamos”, dice Luisiana. Su familia ha llevado la música a los pueblos de México, su derrotero que es construido por el azar, los ha llevado a Zacatecas, Durango, Nuevo León y otros estados.
Alrededor de diez personas, Luisiano y su familia cantan algo de Jorge Negrete. “Para subir al nopal pide permiso primero”. Luego la melodía adquiere otra letra. Las voces dejan el castellano y entonan alegres corridos en su lengua materna. El bajo, la vihuela, el güiro y el violín acompañan las melodías y luego los pasos de los huicholes hacia el hotel.
Al atardecer las calles quedaron más calladas. Ya no han vuelto a hablar el Huichol porque los músicos ya parten a otra ciudad…