GUACHOCHI, Chih., (OEM-Informex).-- Haber participado en más de 100 carreras de hasta 100 kilómetros alrededor del mundo ¡no cualquiera lo puede contar! Lorena Ramírez Nahuerechi, sí. La corredora de la sierra de Chihuahua. Pese a sus hazañas deportivas y estar en el cortometraje de moda, sigue viviendo en el olvido, en la pobreza.
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Cuando se alcanza la fama es fácil relacionar que se vive entre lujos, círculos sociales importantes, riquezas y banalidades. La corredora Lorena Ramírez da cuenta de otra historia distinta.
Hace 8 años, cuando apenas tenía 17, Lorena fue animada por su padre Santiago Ramírez para que compitiera en carreras de resistencia. Su progenitor ya lo ha hecho en muchas partes del mundo, –de hecho lo sigue haciendo-.
Usando su vestimenta Rarámuri y sandalias de plástico, ella ha cruzado la meta de decenas de competencias donde el reloj y las largas distancias son el reto a vencer.
Es parte de una familia de deportistas de extrema resistencia. Mario, el hermano de Lorena, había incursionado en los ultra maratones. Ella, por curiosidad, se unía en los entrenamientos. A diario recorrían no menos de 10 kilómetros en su comunidad.
La originaria de Guachochi relata la aventura de salir de casa y ganar por hacer algo que para ella es lo más natural del mundo: correr.
Santiago Ramírez, a diferencia de su hija, habla un español fluido. Explica que el apellido de ella debería ser Hernández. Es hija de María Hernández; sin embargo, en un error de la registradora civil omitió el apellido y en su lugar colocó el de la comunidad. Lorena Ramírez Nahuerechi. Así empieza la historia…
Es un día de fiesta en el municipio serrano de Guachochi. Al igual que en el resto del país. Se celebra el aniversario 109 de la Revolución mexicana. Aquí, en la cabecera municipal a donde se llega después de dos horas de camino y recorrer 200 kilómetros desde Hidalgo del Parral, se agrega un motivo especial: el estreno mundial del cortometraje. “Lorena, la de los pies ligeros”, que uno de los cinco capítulos que integran el documental “Río Grande, río bravo”.
El gimnasio municipal fue habilitado como una “macrosala” de cine. Hules negros impiden la entrada de luz, un inflable hace la suerte de pantalla: ¡cámara, acción!... ahí está Lorena, en la proyección y sentada en primera fila… Sin mayores expresiones se observa, sólo ella sabe lo que pasa en su interior.
Enseguida, en la misma fila, es flanqueada por la presidenta del DIF estatal y el director Juan Carlos Rulfo.
¡Es la estrella del momento! Es algo así como una alfombra roja, donde ella es el estereotipo hollywoodense. No intenta acaparar la atención. Si fuera por ella pasaría inadvertida, como una más de las muchas mujeres que se ven en este pueblo: ataviadas de una vestimenta tradicional. El faldón largo color azul que resaltan los holanes rojos. Porta zapatos-tenis de cintas rosas –los mismos que no utiliza en sus competencias-, su chamarra azul, esa sí es diferente- es un “lujo”, importada y no todas tienen acceso a una de esas.
Es un día agotador. Ha estado en cinco eventos continuos. Inauguraciones de edificios, cortes de listón, entregas de apoyo. La mantienen ocupada y agotada… Confiesa que todo eso es una pérdida de tiempo.
Seria. No se inmuta. Ni siquiera cuando le otorgan el reconocimiento del Ayuntamiento de Guachochi. En el fondo sabe que sólo ese día es distinto. Mañana será igual que antes y seguramente que otros de su vida futura… Estará guardada en su comunidad. Lejos de los reflectores. Ahí donde los apoyos no llegan y las carencias nunca se van.
El cortometraje de 28 minutos está en el top 5 de los más vistos de Netflix. ¡Todo un éxito comercial! Ella, la protagonista, recibió como pago ¡un colchón, una base de cama y un calentón! Es la compensación de una de las empresas streaming más poderosas a nivel mundial.
Mario Ramírez, hermano de Lorena, menciona que les dijeron que era un “apoyo”, ya que el filme era para promocionar al estado -Se rompe el hielo-, el hermano alternando con su padre se prestan para ser los traductores. Lorena no habla español y tampoco le interesa hacerlo. Sus estudios se estancaron hace años en la primaria. Es una historia recurrente entre las mujeres de esta región. La mayoría se casan y se dedican a la familia. Lorena no se ha casado, aunque sí está en sus planes.
La presencia de los corredores Rarámuris se ha convertido en un icono que atrae la mercadotecnia. Muchos ganan. ¡Ellos no! A menos de que triunfen en lo deportivo. Bajo este panorama, la carencia del pago se convierte en una explotación y lucro de la imagen de la corredora Rarámuri. La poderosa empresa entones no es la primera y seguramente tampoco la última en hacerlo… La entrevista así inicia, con Mario –el hermano de Lorena- como intérprete.
Menuda de cuerpo y seria de carácter. La atleta asume respuestas breves a la andanada de preguntas. Aun cuando acumula un centenar de medallas, Lorena Ramírez mantiene la sencillez del Rarámuri: sin lujos ni riquezas. Ser el personaje de moda no la agobia.
¿Alguna vez te han pagado por tu imagen?
-Sólo una vez. Una revista –Vogue-, me dio una cantidad de dinero, no mucho, porque me prometieron que cuando apareciera mi foto me sobrarían los patrocinadores.
-La revista que se caracteriza por presentar personas famosas en sus portadas, la edición del mes de octubre, la de aniversario de la publicación se la dedicó a Lorena.… ¡Hasta ahora no ha salido ninguna propuesta! Así lo confirma la corredora.
¿Cuál es tu motivación para correr?
-Me gusta hacerlo.
¿Y te pagan?
-Sólo si gano.
¿Y cuando no ganas?
-Sólo me pagan los traslados y la alimentación.
¿Has llegado a no ganar?
-Sí. En Canadá. Me dolieron las rodillas por las constantes subidas y el frío. Mi cuerpo no dio y no terminé.
¿Cuál es la mayor cantidad de dinero que has ganado?
-Cien mil pesos
¿Qué haces con el dinero?
-Lo utilizamos para el sustento. Cobijas, alimento, material de costura.
¿Cómo te enteras de las carreras?
-La Presidencia Municipal me avisa cuando me buscan.
Lorena y su familia ya no viven en Nahuerechi, donde nació el 1 de enero de 1994. Se cambiaron a la comunidad de Rejocochi, ubicada a dos horas de la cabecera. Ahí se llega transitando por caminos agrestes de terracería. Las camionetas de la Presidencia llegan para recogerlos cuando hay competencia, los acercan a tomar el camión y de allí en adelante llegan a donde competirán.
Sin embargo, estas facilidades o ayudas no son de todos los días. A pesar de que "La pies ligeros" ha alcanzado la fama mundial. Esto no ha servido de mucho. Las condiciones en las que vive son precarias. Corre para ganar dinero y sustentarse ella y su familia.
Cuando hay que salir de la comunidad para ir a comprar víveres o buscar algo en Guachochi u otro pueblo. Lo hacen a pie o viajando de “raite” atrás de una camioneta o un camión “trocero”. Son los usos y costumbres… Es la realidad atrás de la fama.
¿Cómo es tu casa?
-De adobe -que ellos mismos hacen- tiene tres habitaciones, incluyendo la cocina; lámina es reciente –patrocinadas por el DIF municipal- no cuenta con drenaje ni energía eléctrica.
Vive con su padre, Mario y María Juanita, sus hermanos. Adentro, menciona, -todo es sencillo-, hay una estufa y recientemente se integraron otros enseres, un colchón, una base de cama y un calentón –cortesía de los productores-. Adentro guarda alrededor de 100 medallas que dan testimonio de sus andares por México, Europa y el mundo dejando en alto el nombre de nuestro país.
Los usos y costumbres aquí son casarse a temprana edad y tener hijos.
¿Tienes planes de casarte?
-No.
¿Piensas hacerlo?
Sí. –seguida a su respuesta, rompe finalmente el rictus facial, muestra una sonrisa discreta impregnada de pena, ¡se sonroja! Elude ahondar en el tema.
El tiempo lo dedica a vivir en familia. Entrenar, su equipo deportivo es de fabricación casera. Huaraches hechos a base de un suela de llanta, atados con correas de cuero, los fabrica Santiago su padre. Su hermana María Juanita es la diseñadora de la ropa -los faldones- para la competencia.
¿Qué haces con el dinero cuando lo ganas?
-Lo entrego a mi papá.
Santiago se hace cargo de adquirir todo lo que es necesario. Ella requiere poco. Entre el monte, los pinos y los animales. Lo tiene todo.
La ultra maratonista no siempre está practicando o preparándose para las competencias. Es común que esté en casa cuidando el ganado de su familia y en ocasiones consigue trabajos temporales para ayudar con los gastos.
El dinero no siempre “aguanta” entre una competencia y otra. Cuando el recurso escasea hay que entrarle a los jornales. Lorena menciona que se emplea en la pisca de cultivos de la zona.
UN POCO DE SU TRAYECTORIA Y UN MUCHO DE LA ESCASEZ EN APOYOS
Su primera carrera fuera de su país fue en Europa el 10 de junio de 2017, en Islas Canarias, España, a donde fue invitada directamente por los organizadores.
"Me sentía nerviosa por salir a conocer el mundo; era la primera vez que participaba fuera de México, pero también estaba ansiosa por conocer", describe la entrevistada.
Lorena tuvo que retirarse por un fuerte dolor de rodilla. Había completado más de la mitad de los casi 100 kilómetros del recorrido.
Para 2018, Lorena volvió a participar en “La Tenerife Bluetrail”. Finalizó en tercer lugar de su categoría Senior. La hazaña le valió el reconocimiento internacional como "La Rarámuri que conquistó Tenerife". Sorprendió al mundo participando en la competencia de 102 kilómetros en la isla española donde llegó en quinto lugar general femenil.
En su tierra ha logrado colocarse en los primeros lugares de las carreras más famosas de las Barrancas del Cobre, – un sistema de montañas que es parte de la Sierra Madre Occidental- superando a corredoras que contaban con más facilidades de entrenamiento, muchas incluso eran patrocinadas por marcas comerciales, esas mismas que hasta ahora no han mostrado interés por ayudarla.
"Estamos esperando ofertas por parte de alguna marca deportiva importante, aunque para serte sincera, no sabría si por mis orígenes no llegan o simplemente no soy tan buena como ellos quieren".
Antes de darse a conocer, el Gobierno Municipal nunca los había apoyado económicamente, fue hasta que sobresalió fue cuando la empezaron a buscar.
