/ lunes 28 de septiembre de 2020

Con música "chabochi" así se gana la vida Julián Bustillos

Originario de Tecorichi, Balleza; radica desde hace dos décadas en Jiménez, explica que la música que él interpreta es muy antigua y se llama "Yúmare"

Guitarra y armónica son sus herramientas de trabajo, con las que además de conseguir el sustento diario, proyecta los ritmos del “Yúmare” que conforman su repertorio, complementado con la música “Chabochi” que al final del día se traducen en unas monedas para su bolsillo.

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Como cualquier domingo de pandemia en la Vieja Huejoquilla, entre la rutina del que trabaja sin descanso del séptimo día y el que sale de paseo para distraerse de la jornada semanal, en ocasiones la monotonía se ve irrumpida ya sea por un olor a alimentos o un percance vial.

En esta ocasión, el cambio llegó por el oído, una melodía de fondo coloreó el ambiente, sin embargo no era “el hit” del momento ni de las “oldies but goodies”. Rasgueos de guitarra y melodías de armónica, ensamblaban en un ritmo “folclórico o autóctono”, sólo por colocarlo en un género.

Aquella música no provenía de un altavoz o equipo de audio, era un músico callejero apostado al centro de la calle Sor Juana Inés de la Cruz, ofreciendo su repertorio a los transeúntes y conductores que circulaban por el lugar.

Julián Bustillos, de 50 años y originario de Tecorichi, Balleza, los generales del singular artista, quien proveniente de la sierra de Chihuahua, indicó tener cerca de dos décadas radicando de manera intermitente en Ciudad Jiménez.

De formación empírica y con un oído envidiable, el laudero contemporáneo, pero con raíces, señaló que viendo a otras personas tocar la guitarra, fue como él aprendió a ejecutar dicho instrumento.

“De pequeño mi abuelo me enseñó la armónica, y por la falta de empleo, desde poco más de un año, salgo a tocar para sacar un peso para la comida, me pongo en todas partes para no aburrir y llegar a más gente, hoy me tocó aquí, mañana a ver dónde”, explicó el peculiar artista.

Explicó que la música que interpreta se llama “Yúmare”, muy antigua de donde él viene y que le gusta compartir en la ciudad, donde no se interpreta ni conoce. Aunado a que se caracteriza por ser música alegre.

No obstante, pese al orgullo de sus raíces y su habilidad musical, Julián indicó que también domina algunas canciones “Chabochis” o populares, como la de “Los Dos Amigos, Tragos de Amargo Licor y Las Flores, entre otras, las cuales no conoce de nombre o artista, pero sí en letra, progresión y estructura, precisó mientras dibujaba acordes con las cuerdas de su guitarra.


Guitarra y armónica son sus herramientas de trabajo, con las que además de conseguir el sustento diario, proyecta los ritmos del “Yúmare” que conforman su repertorio, complementado con la música “Chabochi” que al final del día se traducen en unas monedas para su bolsillo.

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Como cualquier domingo de pandemia en la Vieja Huejoquilla, entre la rutina del que trabaja sin descanso del séptimo día y el que sale de paseo para distraerse de la jornada semanal, en ocasiones la monotonía se ve irrumpida ya sea por un olor a alimentos o un percance vial.

En esta ocasión, el cambio llegó por el oído, una melodía de fondo coloreó el ambiente, sin embargo no era “el hit” del momento ni de las “oldies but goodies”. Rasgueos de guitarra y melodías de armónica, ensamblaban en un ritmo “folclórico o autóctono”, sólo por colocarlo en un género.

Aquella música no provenía de un altavoz o equipo de audio, era un músico callejero apostado al centro de la calle Sor Juana Inés de la Cruz, ofreciendo su repertorio a los transeúntes y conductores que circulaban por el lugar.

Julián Bustillos, de 50 años y originario de Tecorichi, Balleza, los generales del singular artista, quien proveniente de la sierra de Chihuahua, indicó tener cerca de dos décadas radicando de manera intermitente en Ciudad Jiménez.

De formación empírica y con un oído envidiable, el laudero contemporáneo, pero con raíces, señaló que viendo a otras personas tocar la guitarra, fue como él aprendió a ejecutar dicho instrumento.

“De pequeño mi abuelo me enseñó la armónica, y por la falta de empleo, desde poco más de un año, salgo a tocar para sacar un peso para la comida, me pongo en todas partes para no aburrir y llegar a más gente, hoy me tocó aquí, mañana a ver dónde”, explicó el peculiar artista.

Explicó que la música que interpreta se llama “Yúmare”, muy antigua de donde él viene y que le gusta compartir en la ciudad, donde no se interpreta ni conoce. Aunado a que se caracteriza por ser música alegre.

No obstante, pese al orgullo de sus raíces y su habilidad musical, Julián indicó que también domina algunas canciones “Chabochis” o populares, como la de “Los Dos Amigos, Tragos de Amargo Licor y Las Flores, entre otras, las cuales no conoce de nombre o artista, pero sí en letra, progresión y estructura, precisó mientras dibujaba acordes con las cuerdas de su guitarra.


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