Mínimo ha sido el trabajo de lustrar calzado, para Miguel Ángel Franco Olague, bolero por más de diez años en la plaza Zaragoza, el cual sufre padecimientos de corazón y pulmón, ante la contingencia decidió prestar el servicio desde el hogar, donde ha bajado un 87 por ciento la clientela.
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Tras haber estado hospitalizado los meses de diciembre y enero, Franco Olague, prefirió dejar el cajón de bolear en la plaza Zaragoza y realizar labores en la casa, lo que a la fecha y ante la contingencia no ha sido redituable, ya que de 15 a 20 servicios diarios, ha bajado de uno a dos.
El “Bolero de Raquel” como se autonombra Miguel Ángel, expresó que el trabajo está muy calmado, y más porque él lo está realizando en su casa de la calle Venustiano Carranza #37 a espaldas de funerales Cárdenas, donde el tránsito de personas es poco y ante la pandemia está peor.
Agregó que antes de que se pusiera malo y estuviera internado por dos meses, por complicaciones cardiacas y de pulmón, ofrecía los servicios en un cajón de la Plaza Zaragoza, hasta la fecha no ha podido regresar, ya que poco a poco se va recuperando de la salud, ante lo cual está en su hogar llevando a cabo el oficio de lustrar zapatos.
Miguel Franco, mencionó que el oficio de bolero lo trae desde chico, pero que nunca lo había tomado como un trabajo fijo, pero tras sus complicaciones de salud, ya tiene más de diez años desarrollándolo de tiempo completo, anteriormente laboraba en empresas de repartición de bebidas.
Ante esto, el bolero en estos tiempos difíciles, se anunció por redes sociales, ofreciendo sus servicios a las personas , para continuar ganándose la vida, desde su casa ubicada en la calle Venustiano Carranza # 37, do de coloco una pequeño letrero, el cual se anuncia como “El Bolero de Raquel”.
Dentro de los diez años, ejerciendo el oficio de bolero, nunca le había tocado vivir una situación a la actual, donde diario eran entre 15 a 20 pares de zapatos los que lustraba, en estos tiempos, si mucho son dos los que bolea, además de que la gente utiliza mucho el tenis deportivo, añadiendo que también al no haber eventos sociales la gente no acude por el servicio.
En este sentido, asevero que su mayor presentación y publicidad es el propio cliente al quedar contento por el lustrado del zapato, por el brillo y mantenimiento que se le otorga, diciendo que esta al a orden de todo el público desde su hogar, a los cuales invita a que le lleven zapatos para bolear y poder ganarse la vida.
Para concluir, Miguel Ángel Franco Olague, dijo que el servicio por una lustrada es de 25 pesos, si es calzado de gamuza sale en 35 y el cambio de color cuesta 50, poniéndose a la orden de todos los que quieran una boleada, ya que así lo ayudarán a salir adelante.