ADRIÁN GÓMEZ GARCÍA
Decenas de rocas invadieron la carretera Vía Corta tras el deslave de un cerro ubicado a un costado. Las piedras del tamaño de una pelota de basquetbol, se encontraban esparcidas sobre uno de los carriles de circulación, provocando el riesgo para los vehículos que circulaban. Elementos de la Secretaría de Comunicación y Transporte, realizaron limpieza y dieron a conocer que durante el transcurso del día fue en tres ocasiones que sucedía este derrumbe.
Una densa capa de neblina cubrió la carretera Parral-Chihuahua durante la tarde de ayer. La lluvia caía sobre el pavimento mojado, luego que desde temprana hora del día iniciara la precipitación.
Los vehículos transitaban de manera regular. Algunos cúmulos de agua hacían que redujeran la velocidad, mientras que los baches provocaban que zigzaguearan ocasionalmente.
La capa de neblina desapareció en el kilómetro 128. Sin embargo, tras la ausencia, sobre la carretera hicieron acto de presencia decenas de rocas.
Las piedras del tamaño de una pelota de basquetbol se habían desprendido de un cerro aledaño; invadían por completo uno de los carriles de circulación.
Al menos por un tramo de cinco metros obstruían el camino de los automóviles y camiones, motivo por lo que aquel zigzagueo que efectuaron kilómetros atrás volvió hacerse notar.
Sobre la carretera, unos cuatro hombres enchamarrados y cubriéndose de la lluvia con un gorro, realizaban labores de limpieza. Con una pala empujaban las piedras a la orilla.
El encargado de la cuadrilla informó que durante el día se habían presentado varios deslaves, siendo el tercero que estaban atendiendo, ya que la constante caída de lluvia producía que la orilla del cerro se desgajara cayendo piedras.
PIDEN TENER PRECAUCIÓN
“Los conductores deben tener cuidado mientras transitan. Hay algunos que lo único que hacen es esquivar las rocas, pero en su acción invaden el carril contrario, generando un factor de riesgo”, comentó mientras que, con su mano, hacía señas a un conductor para que redujera la velocidad.
Metros más adelante donde ocurrieron los deslaves, un vehículo particular se encontraba detenido entre la maleza, justo a un costado de la orilla. En la defensa delantera se le podían apreciar daños materiales originados, tras impactar contra una piedra.