/ jueves 6 de junio de 2019

DE DOROTEO A FRANCISCO SOL 143

En ese rincón de la patria llamado “LA COYOTADA”, enclavado en el municipio de San Juan del Río del estado de Durango, nación un 5 de junio de 1878, José Doroteo Arango Arámbula. En medio de una llanura ubicada junto al Río san Juan, se encuentra la humilde casa compuesta por tres cuartos construidos de adobe, techumbre de sordina con marcos, ventanas y puertas de madera, donde vio por primera vez la luz el hijo de aquella humilde familia de campesinos que procreo 5 hijos.

La infancia de Doroteo transcurrió entre juegos y trabajos propios del campo, alimentado con los productos que la misma tierra brinda a sus hijos que la trabajan, sin embargo también abrazado con las limitaciones de la pobreza, la marginación y la ignorancia. Las circunstancias de la época les ofrecían mucho a unos cuantos y muy poco a una gran mayoría.

La juventud de Doroteo se ve estremecida con la muerte de su padre, circunstancia que lo condiciona a hacerse cargo de su familia y a trabajar como peón en la hacienda el Gorgojito, lugar donde era constantemente víctima de abusos y vejaciones, además se ve obligado a defender la dignidad de su hermana, acontecimiento que lo obliga a convertirse en un fugitivo a la edad de 16 años.

Doroteo tiene que huir a las montañas donde inicia su actividad de bandolero, por largos 16 años intercala su actividad de delincuente con periodos de trabajo en diferentes comunidades desempeñando trabajos de comerciante, albañil y minero. Es en este periodo cuando recibe su primer nombramiento como “Jefe de la Pandilla de Bandidos”. Es también en esa época de su vida cuando cambia su nombre de Doroteo Arango a Francisco Villa, las razones de este cambio de nombre son atribuibles a varias circunstancias.

Ya como Francisco Villa y con 32 años de edad, pero siendo aún, como mucho, un guerrillero sin causa, se unió al Movimiento Maderista incursionando de esta manera en el ámbito revolucionario, destacando en sus primeros años por su ideal de frenar el abuso que ejercían los hacendados sobre los campesinos y además de luchar contra los grupos políticos que tenían secuestrado el poder.

En los años siguientes la revolución le permitió ganar y perder diversas batallas, fue esa misma revolución la que lo consagro dándole muy diversos nombres y títulos de acuerdo al momento y las circunstancias, entre ellos destacan el de Caudillo, General en Jefe de la División del Norte, Centauro del Norte, General Brigadier Honorario, Grado de Coronel, sin olvidar que fue Gobernador del Estado de Chihuahua por un periodo corto de tiempo.

Pancho Villa por su nombre hipocorístico, encontró la muerte un 23 de julio de 1923 a la edad de 45 años en las calles de Hidalgo del Parral, Chih., desde ese momento la leyenda del General ha tomado proporciones insospechadas al ser reconocido como uno de los jefes revolucionarios más importantes y aún más, como el mexicano más conocido en el mundo.

Criticado por algunos, reconocido por muchos más, Francisco Villa sigue presente, cabalga sin restricción por las páginas de la historia. Hombre carismático, con una personalidad multifacética, que manejo un bajo perfil simpe cauteloso y muy desconfiado, que se distinguió como un gran estratega, de su actividad amorosa hablaremos en otra ocasión.

A 141 años de su nacimiento, seguimos analizando, discutiendo, reconociendo y quizá hasta disfrutando de sus actividades como Doroteo Arango y como Francisco Villa, muestra de ello son los frutos de la revolución que benefician a todos los mexicanos y localmente las llamadas “Jornadas Villistas” que en su honor se realizan en la tierra que a él le gusto hasta para morir.

En ese rincón de la patria llamado “LA COYOTADA”, enclavado en el municipio de San Juan del Río del estado de Durango, nación un 5 de junio de 1878, José Doroteo Arango Arámbula. En medio de una llanura ubicada junto al Río san Juan, se encuentra la humilde casa compuesta por tres cuartos construidos de adobe, techumbre de sordina con marcos, ventanas y puertas de madera, donde vio por primera vez la luz el hijo de aquella humilde familia de campesinos que procreo 5 hijos.

La infancia de Doroteo transcurrió entre juegos y trabajos propios del campo, alimentado con los productos que la misma tierra brinda a sus hijos que la trabajan, sin embargo también abrazado con las limitaciones de la pobreza, la marginación y la ignorancia. Las circunstancias de la época les ofrecían mucho a unos cuantos y muy poco a una gran mayoría.

La juventud de Doroteo se ve estremecida con la muerte de su padre, circunstancia que lo condiciona a hacerse cargo de su familia y a trabajar como peón en la hacienda el Gorgojito, lugar donde era constantemente víctima de abusos y vejaciones, además se ve obligado a defender la dignidad de su hermana, acontecimiento que lo obliga a convertirse en un fugitivo a la edad de 16 años.

Doroteo tiene que huir a las montañas donde inicia su actividad de bandolero, por largos 16 años intercala su actividad de delincuente con periodos de trabajo en diferentes comunidades desempeñando trabajos de comerciante, albañil y minero. Es en este periodo cuando recibe su primer nombramiento como “Jefe de la Pandilla de Bandidos”. Es también en esa época de su vida cuando cambia su nombre de Doroteo Arango a Francisco Villa, las razones de este cambio de nombre son atribuibles a varias circunstancias.

Ya como Francisco Villa y con 32 años de edad, pero siendo aún, como mucho, un guerrillero sin causa, se unió al Movimiento Maderista incursionando de esta manera en el ámbito revolucionario, destacando en sus primeros años por su ideal de frenar el abuso que ejercían los hacendados sobre los campesinos y además de luchar contra los grupos políticos que tenían secuestrado el poder.

En los años siguientes la revolución le permitió ganar y perder diversas batallas, fue esa misma revolución la que lo consagro dándole muy diversos nombres y títulos de acuerdo al momento y las circunstancias, entre ellos destacan el de Caudillo, General en Jefe de la División del Norte, Centauro del Norte, General Brigadier Honorario, Grado de Coronel, sin olvidar que fue Gobernador del Estado de Chihuahua por un periodo corto de tiempo.

Pancho Villa por su nombre hipocorístico, encontró la muerte un 23 de julio de 1923 a la edad de 45 años en las calles de Hidalgo del Parral, Chih., desde ese momento la leyenda del General ha tomado proporciones insospechadas al ser reconocido como uno de los jefes revolucionarios más importantes y aún más, como el mexicano más conocido en el mundo.

Criticado por algunos, reconocido por muchos más, Francisco Villa sigue presente, cabalga sin restricción por las páginas de la historia. Hombre carismático, con una personalidad multifacética, que manejo un bajo perfil simpe cauteloso y muy desconfiado, que se distinguió como un gran estratega, de su actividad amorosa hablaremos en otra ocasión.

A 141 años de su nacimiento, seguimos analizando, discutiendo, reconociendo y quizá hasta disfrutando de sus actividades como Doroteo Arango y como Francisco Villa, muestra de ello son los frutos de la revolución que benefician a todos los mexicanos y localmente las llamadas “Jornadas Villistas” que en su honor se realizan en la tierra que a él le gusto hasta para morir.