Platicando con los Muertos es hoy, indudablemente, una de las neotradiciones de Hidalgo del Parral, en Chihuahua; que giran en torno al sincretismo cultural mexicano y el valor histórico que sobreabunda en la Capital del Mundo de la Plata y que a la fecha, se encaminaba a convertirse en una tradición única en su tipo en toda la República Mexicana.
La fusión de los característicos sentimientos propios de la temporada, la unión de las tradiciones prehispánicas en un sincretismo perfecto a la liturgia católica nos legaron desde el año 2012, con la creación de Platicando con los Muertos, la posibilidad de conocer el arte y la historia de nuestra ciudad, a través de un recorrido por los principales pasillos del Panteón de Dolores, que fuera catalogado como Museo de Arte Funeraria en 2009.
Cada año, la puesta del sol anunciaba el próximo comienzo del evento, en tanto que todos aquellos que transitaban por la avenida Tecnológico, donde se ubica el Panteón de Dolores, eran fieles testigos de cómo paulatinamente a las afueras del mismo, se abarrotaba una multitud de personas cuya fila se perdía decenas de metros después entre la tradicional feria del hueso.
Tras la bienvenida y el recorrido inaugural, los grupos de ansiosos visitantes nocturnos iban entrando acompañados de un guía turístico que los conducía a través de los corredores de la necrópolis para visitar cada una de las tumbas, donde con peculiar palidez, aguardaba uno de los muchos personajes históricos y distintivos que esta noble ciudad ha acumulado en sus casi 400 años de fundada.
De entre aquellos que conformaban los grupos, siempre había quienes con temor, respeto y silencio sepulcral completaban el recorrido; mientras que otros quizá por nerviosismo, dejaban entrever una sonrisa a media luz que delataba el conjunto de emociones que desataba en ellos la experiencia de poder escuchar hablar a un "muerto".
De entre las tumbas de cantera y mármol se asoman personajes históricos como el General Francisco Villa, soldados de la División del Norte, la familia Borja, Guillermo Baca, empresarios y ganaderos, pintores, poetas y todos aquellos que han forjado y construido nuestra realidad e identidad parralense.
Al tratarse también de un festival, no pueden faltar aquellos difuntos jocosos, que se toman en juego la vida e incluso sus propias muertes. Algunos bromean con los visitantes y otros hasta coquetean, invitando simultáneamente con su diálogo a reflexionar de lo efímero de la vida, y recordando que inevitablemente, algún día todos tendremos el mismo destino tres metros bajo tierra.
Los fieles difuntos, fueron representados durante ocho años por jóvenes actores parralenses, algunos con más experiencia que otros y en su mayoría autodidactas, quienes a manera de voluntariado y con todo el corazón, ofrecían su amor por el arte en cada interpretación, mientras que se hacía presente el frío de la temporada a la vez que en el reloj las horas pasaban hasta llegar incluso a rebasar la media noche, debido a la magnitud de visitantes que curiosos aguardaban por vivir esta experiencia fúnebre.
Con fecha del año del Señor 2020, llegó a nuestras vidas con semejante extrañeza un azote de proporciones apocalípticas que nos arrebató para siempre el concepto de normalidad, y que al día de hoy, nos ha robado la vida de más de un millón de hijos, hermanos, padres y abuelos que forman parte de una frívola estadística, que pareciera haberles robado también el nombre.
Aún contra todas las dificultades y adversidades, por nuestras venas corre la siempre alegre idiosincrasia mexicana, que unida a sus místicas tradiciones y su cultura festiva, nos fue suplantada por un constante sentimiento de impaciencia e incertidumbre, y que por ahora, nos ha despojado del consuelo que nos infundía el reencontrarnos con aquellos seres amados, nuestros fieles difuntos.
Este año el Panteón de Dolores se mostrará más lúgubre que de costumbre, en su noveno aniversario se suspenderá un evento que ha logrado transmitir a nivel educativo, cultural e histórico, esta experiencia de la cual los parralenses se han apropiado, y que seguramente aguardan ansiosos la que se convertirá en la décima edición del evento el próximo 2021.
El proyecto quedó “guardado” por ahora, pero en el futuro, y tras superar la difícil situación que aqueja hoy el mundo, seguramente continuará abriéndose camino a ser una tradición indiscutiblemente propia de nuestra ciudad, y que con la unión de las voluntades de los organizadores, actores, personal logístico y beneficiarios del mismo; lograrán que por un año más podamos con ansias volver aún en vida al panteón si Dios lo permite, a platicar con los muertos...
Agradecimiento especial a Liliana Valdez, creadora de Platicando Con Los Muertos