En un periodo de dos semanas, en la capital del estado de Chihuahua se han registrado dos homicidios dolosos de personas transgénero, el primero con fecha del 30 de agosto y el más reciente el 9 de septiembre, lo cual ha alarmado a la comunidad de la diversidad sexual.
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Fue el pasado 30 de agosto cuando se dio el primero de los hallazgos en un campo de alfalfa, en el ejido Ocampo, a la altura del kilómetro 32 de la carretera a Ciudad Juárez, mientras que el más reciente aconteció el pasado 10 de septiembre a las 23 horas, en la avenida Francisco Villa numeral 5501, en la colonia Panamericana.
Respecto al caso del pasado 30 de agosto, a los números de emergencia llegó el reporte de una persona sin vida en una zona de sembradío de alfalfa, en la zona arriba citada, teniendo a la vista a quien en vida respondía a nombre de Jaime E.D., de 37 años de edad; de acuerdo al estudio forense, la causa fue por traumatismo craneoencefálico por proyectil de arma de fuego.
En su bolsa con pertenencias, algunas de las cosas que lograron recabar fueron una plancha y secadora para el cabello,cosméticos y cosas de cuidado personal. Días después de que se estableció la causa de muerte y el cuerpo fuera entregado a sus familiares, la carpeta de investigación pasó a ser parte de la Fiscalía de Distrito Zona Centro.
Respecto al caso de Ariana Ponce, la hora de muerte quedó establecida a las 23 horas del 10 de septiembre, a causa de un hemoneumotórax por heridas producidas con un arma blanca en tórax; además de que mostraba golpes diversos en diferentes partes del cuerpo.
La muerte de Ariana quedó registrada en unos departamentos ubicados en la avenida Francisco Villa #5501, en la colonia Panamericana; una zona completamente comercial, por lo que comerciantes la tenían ubicada como vecina, amable y que en ratos pasaba por el sitio caminando.
Cabe destacar que el departamento en el cual ocurrió el crimen, mismo que ya está investigando la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM), no está debidamente asegurado como evidencia, ya que no cuenta con los sellos.
En la puerta del mismo hay aún rastros de sangre cerca de la perilla, además de que las cortinas de las ventanas fueron emparejadas para que los curiosos no puedan asomarse al sitio.
Nota original en El Heraldo de Chihuahua