Las calaveritas literarias que son muy habituales en estas fechas de “Día de Muertos”, datan desde el siglo XIX, pero en Parral, las primeras que surgieron fue en los años 60 en el periódico “Correo de Parral”, indicó Roberto Baca Ornelas, mientras que en la década de los setentas también se iniciaron a ver las de dulce, que personas regalaban a los niños, siendo una costumbre más bien del centro del país.
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El historiador parralense Baca Ornelas, mencionó que en vísperas de los festejo, se acostumbra a escribir estas calaveritas con ironía y criticando los errores y vicios de una persona en específico, así como también narran su muerte de una manera divertida después de una visita sorpresa de “La Calaca” o “La Huesuda” como también se le llama a la Muerte en México.
El recuerda que estas en el siglo XIX, tuvieron un cambio con sus ilustraciones y es precisamente gracias a que hoy se cuente con la icónica “Catrina” aquella calavera elegantemente vestida que porta un sombrero de pluma.
Roberto Baca Ornelas, recuerda que en los años sesenta las veía en el periódico “Correo de Parral”, siendo un señor de nombre Luis Armendáriz el que las escribía, el cual trabajaba en el Banco Provincial del Norte (BPN), las mismas que se vendían por separado del periódico, con gran éxito, donde a algunos no les caían bien las críticas.
Además que en los setentas el Monitor, también hacia un apartado especial de calaveras para el “Día de Muertos”, donde seguramente en otros lugares debía a ver algo similar, al ser una de las tradiciones más divertidas en estos festejos.
El historiador, agregó que también hay calaveritas de dulce, siendo una tradición más bien del sur del país en la ciudad de México, mencionado que las veía en los cincuenta, cuando era niño, pero que en la ciudad ni se conocían.
Mencionando que estas tradiciones del Día de Muertos, poco apoco se fueron trasladando a otros estados de la república, recordando que las personas las traen a vender o por curiosidad o para regalar, pero que en Parral, él no conoce quien las fabrique.
Ante esto dijo que es difícil dar una fecha exacta y es difícil encontrar documentos del inicio de estas costumbres, pero que aquí en la localidad a finales de los setentas e inicio de los ochenta, fue cuando se iniciaron a ver más.
Para concluir, Roberto Baca Ornelas, historiador Parralenses, informó que al final de cuentas estas calaveritas son una golosina, las cuales se les da la singular forma de la calavera por la temporada y se las regalaba a los niños prácticamente eso es lo que hacia la gente.