/ domingo 4 de noviembre de 2018

Hombres de bien

Creo que era un adjetivo calificativo muy fuerte, y para todo tipo de personas, de recursos económicos, como de escasos recursos, era más por la calidad de ser humano que por la apariencia, y se usó por mucho tiempo, dejando muchos recuerdos excelentes de sus conductas y actitudes, ya que también era un valor ético muy preciado por las mismas personas, no solo aparentar ser, sino serlo, y de manera notoria; hoy en día ser el mas malo o sádico, malvado o cruel, es sinónimo de grandeza, que se tema al oír su nombre, el miedo es mas apreciado que el respeto.

Esto no solo era para los varones, también para las señoras, ya que era muy preciado que se les diera este trato social, de señoras y señores; además de ser una actitud de madurez y responsabilidad, así como de experiencia y calidad moral al dirigirse a las demás personas, cosa que hoy en día parece diluido y desparecido, ya que muchos gritamos que somos los únicos y grandes, y si nos lleva la contra, un coraje, enemigo o golpiza de seguro, pero sólo eso, nada consistente en un actuar, y mantener las cosas en ese contexto.

Nos anovillamos, es decir nos quedamos como jovencitos y creciditos, pero inmaduritos, aún haciéndonos viejos y renegados, más de lo normal y actitudes despóticas de mando, incluyendo desbaratar las familias para presumir de fuertes, tristemente así me considero y hasta me doy asco.

Esto como inicio, ya que me viene a la mente una persona que recientemente fue ultimada por mano escondida, como a muchos seres de buena intención, que estorban por decir la verdad o pelear derechos para muchos y obvio en perjuicio de tranzas, de manera artera, traicionera, pero negra de fondo, inútil para la sociedad y perjudicial para el pueblo, bestial como individuo, y solitario como apestado.

Manera de mantener el dizque llamada política, y los intereses personales ser los sobresalientes, que, por cierto, lo son, y gracias a la cobardía de todos, les damos ese envidiable lugar de disposición y mando, preferimos no meternos en problemas que dar la cara por un derecho propio, por eso estamos como estamos, aplastados por pocos y, más bien por la mayoría de miedosos y mentirosos que presumimos de ser grandes, esto no para en una muerte, sino en la cascada de estupideces que se seguirán haciendo con la justificante del poder, y lo saben, están dando topes por incapaces y se pone en evidencia, aunque no pase nada, pero entre las ovejas no, pero entre los lobos, claro que sí, se van diezmando o exterminando paulatinamente, aunque se repongan las piezas en cada lugar, pero de más mala calidad y visión.

A los revolucionarios los mataron la cobardía y la traición, como elemento natural del ser humano, HIDALGO, MORELOS, ZAPATA, VILLA, COLOSIO, URIEL, por ser notorios ante los seres de la sociedad y su calidad más por entendida, buena, en general, y de proyección noble, dejando a los que no servimos ni para un simple favor, o ayuda social, sólo oropel.

La muerte de un ser joven con ilusiones, con trato de gente, y dicho por la sociedad, es muy lamentable, él aseguro va con Dios, pero nos deja el desperdicio de la sociedad, problemas, y obstáculos más que soluciones, y lo manifiestó con tristeza, y con algo de nostalgia, de aquellos hombres de bien que hacían las convivencias cordiales, seguras, cazadores, pescadores, de clubes sociales y parralenses que querían a su terruño, mas que a la vanidad, pero esa es la tarea que nos dejan los buenos y nos la tiran los malos, usted dirá la última palabra.


Creo que era un adjetivo calificativo muy fuerte, y para todo tipo de personas, de recursos económicos, como de escasos recursos, era más por la calidad de ser humano que por la apariencia, y se usó por mucho tiempo, dejando muchos recuerdos excelentes de sus conductas y actitudes, ya que también era un valor ético muy preciado por las mismas personas, no solo aparentar ser, sino serlo, y de manera notoria; hoy en día ser el mas malo o sádico, malvado o cruel, es sinónimo de grandeza, que se tema al oír su nombre, el miedo es mas apreciado que el respeto.

Esto no solo era para los varones, también para las señoras, ya que era muy preciado que se les diera este trato social, de señoras y señores; además de ser una actitud de madurez y responsabilidad, así como de experiencia y calidad moral al dirigirse a las demás personas, cosa que hoy en día parece diluido y desparecido, ya que muchos gritamos que somos los únicos y grandes, y si nos lleva la contra, un coraje, enemigo o golpiza de seguro, pero sólo eso, nada consistente en un actuar, y mantener las cosas en ese contexto.

Nos anovillamos, es decir nos quedamos como jovencitos y creciditos, pero inmaduritos, aún haciéndonos viejos y renegados, más de lo normal y actitudes despóticas de mando, incluyendo desbaratar las familias para presumir de fuertes, tristemente así me considero y hasta me doy asco.

Esto como inicio, ya que me viene a la mente una persona que recientemente fue ultimada por mano escondida, como a muchos seres de buena intención, que estorban por decir la verdad o pelear derechos para muchos y obvio en perjuicio de tranzas, de manera artera, traicionera, pero negra de fondo, inútil para la sociedad y perjudicial para el pueblo, bestial como individuo, y solitario como apestado.

Manera de mantener el dizque llamada política, y los intereses personales ser los sobresalientes, que, por cierto, lo son, y gracias a la cobardía de todos, les damos ese envidiable lugar de disposición y mando, preferimos no meternos en problemas que dar la cara por un derecho propio, por eso estamos como estamos, aplastados por pocos y, más bien por la mayoría de miedosos y mentirosos que presumimos de ser grandes, esto no para en una muerte, sino en la cascada de estupideces que se seguirán haciendo con la justificante del poder, y lo saben, están dando topes por incapaces y se pone en evidencia, aunque no pase nada, pero entre las ovejas no, pero entre los lobos, claro que sí, se van diezmando o exterminando paulatinamente, aunque se repongan las piezas en cada lugar, pero de más mala calidad y visión.

A los revolucionarios los mataron la cobardía y la traición, como elemento natural del ser humano, HIDALGO, MORELOS, ZAPATA, VILLA, COLOSIO, URIEL, por ser notorios ante los seres de la sociedad y su calidad más por entendida, buena, en general, y de proyección noble, dejando a los que no servimos ni para un simple favor, o ayuda social, sólo oropel.

La muerte de un ser joven con ilusiones, con trato de gente, y dicho por la sociedad, es muy lamentable, él aseguro va con Dios, pero nos deja el desperdicio de la sociedad, problemas, y obstáculos más que soluciones, y lo manifiestó con tristeza, y con algo de nostalgia, de aquellos hombres de bien que hacían las convivencias cordiales, seguras, cazadores, pescadores, de clubes sociales y parralenses que querían a su terruño, mas que a la vanidad, pero esa es la tarea que nos dejan los buenos y nos la tiran los malos, usted dirá la última palabra.