En México, la historia del pan está ligada a la conquista española. Los colonizadores trajeron el trigo y sus procesos para transformarlo en alimento. El trigo se siembra, por primera vez, en un solar que perteneció a Hernán Cortés y que fue regalado a Juan Garrido, un esclavo liberado y de los primeros panaderos de la época de la colonia.
El pan dulce mexicano que conocemos es resultado de la unión de dos culturas; el proceso artesanal del pan traído de Europa se fusionó con los rituales y ceremonias de las culturas originarias de nuestro país.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Panificadora (CANAINPA), se tienen solamente registradas 750 variedades de pan en México, pero gracias a la creatividad mexicana, se han calculado alrededor de dos mil 200 creaciones diferentes de panes, esto incluye pan salado y bizcochería. En números de esta misma institución el consumo per cápita de este alimento en el país es de 32,5 kg al año.
Aquí te contamos algunos detalles de panes mexicanos que probablemente no sabías.
1.- Concha
Su nombre obedece a su forma redonda con glaseado encima que asemeja una concha de mar. Hay de chocolate, vainilla y fresa. Incluso, hay quienes ya se atreven a hornear unas saladas con costra de cenizas de maíz.
2.- Cocol
Su nombre proviene del náhuatl cocolli. Se elabora con harina de trigo con piloncillo y un toque de anís, su forma es en rombo y está cubierto de ajonjolí.
3.-Moño
Se llama así por su forma, la corbata tradicional es de hojaldre, aunque también suele hornearse de pan. Ambas versiones deben estar espolvoreadas de azúcar, de lo contrario sería un pedazo de pan torcido.
4.- Polvorones
Existen muchas variedades los hay blancos, rosa, amarillos, café, marrón claro, chocolate y bicolor. Algunos son suaves y otros crujientes.
5.- Oreja
Apareció en México cuando Porfirio Díaz trajo a un grupo de panaderos franceses para instruir a los mexicanos. Se elaboran con base de pasta de hojaldre dulce, su textura es crujiente y son bañadas sutilmente con caramelo y azúcar.
6.- Rebanada
A las sobras del pan de un día anterior, se les untaba mantequilla y azúcar, su popularidad creció y ahora es un favorito que no puede faltar en las panaderías.
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