Una importante mujer tuvo una visión camino al trabajo. Cuando miraba hacia el cielo se le apareció una luz entre las nubes. En ellas se podía leer salvum et vinces (“ahorra y vencerás”). Esa misma noche mientras dormía, vislumbro en sueños a un hermoso ángel encapuchado, quien le dijo que si hacia lo siguiente obtendría el perdón: “Deberás contener las lágrimas no harás más oraciones, tu ego debe ser amado, conocido y después olvidado, harás frente a todas las situaciones de peligro o riesgo sin dejarte dominar por el miedo o la angustia, le darás la cara a la realidad de frente y no de soslayo, deberás detener esta marcha fúnebre hacia la cloaca de la historia escrita con necedad e ignorancia y deberás rendirle a los vivos salud moral, certeza y certidumbre dándole vida a la ilusión, a la confianza, a la credibilidad del pueblo en el gobierno, temblaras de miedo cada vez que pienses en el juego tenebroso derivado de una política nefasta, le apostaras a la vida. La solución es la vida con el pleno de la realidad de que un gobierno consiste en la conservación y mantenimiento de la vida, el gobierno mantiene vivos y sin daño a los individuos que viven en la sociedad, en consecuencia, te repito: “le apostaras a la vida no habrá más pobres muertos y pobres vivos, día de vivos, será tradición milenaria en el mundo entero, día de vivos en México”, franqueza viviente.
Deberás satisfacer las necesidades de tu población, sin endeudarte para no afectar el equilibrio del gasto público evitando deficiencia de infraestructura y agudización de las carencias de servicios públicos evitando afectar la disponibilidad del erario público, evitando comprometer los ingresos futuros, evitando caer en un círculo vicioso de una deuda lastre, no endeudaras más a tu pueblo, te recortaras el salario pensando que el ejemplo es una orden callada y al igual recordaras que ningún funcionario podrá ganar más que el presidente de la república, no más guaruras, rentas de carros, celulares de lujo, vales de gasolina, secretarias, reuniones innecesarias e improductivas, viajes de lujo, regalos, seguros de vida por la práctica de deportes extremos, que todas las medicinas lleguen a las personas necesitadas y enjuiciaras a aquellos que sabiendo del mal que causarían las escondieron, deberás pagar a todos los proveedores a quienes les deben la presunción de hacer caravana con sombrero ajeno. Cantaras la misma canción de fe y de esperanza, el himno imperecedero del amor y de la vida.
Manejaras con gran elegancia la lengua de la discreción y la humildad con espíritu de modestia y blandura…estas tierras perdidas con libros llenos de leyes y la tierra vacía de justicia”.
Alzando las manos en actitud de súplica para que cambiase la suerte que le aguardaba, notó una alteración en la vestidura encapuchada del ángel, el cual, disminuyendo de estatura, se desvaneció en sí mismo, trocándose en una columna de cama.
Y era una columna de cama.
Sí, y de su cama. Y más aún; estaba en su cuarto. El mañana era suyo y podía enmendarse…
—¿Que pasa niña?, estas pálida tus ojos me preocupan, vamos es día de hacer maletas tus amigas te esperan ¿lo recuerdas? nos vamos a Nueva York Las reservaciones en el Ritz Carlton en Central Park donde festejaremos el año nuevo.
—¿Qué día es hoy?
— Es 28 de diciembre, día de los santos inocentes
— ¡Oh! fue un sueño, una broma, nada nana, solamente un mal de sueño — echándose fuera de la cama.
Dr. Jorge Peña Rivera | Cirujano Dentista / Lic. En Filosofía
