/ sábado 27 de febrero de 2021

Verdades elocuentes | Masonería eclesiástica VII

El nuevo orden mundial o plan de la Sinarquía, compuesta por la mafia judeo- masónica y la Elite planetaria o conjunto de poderosos; lograron las conquistas necesarias para arribar a su meta. Su audacia llegó al extremo de convertir a los gobiernos y Religiones en satélites a su servicio por ser los más importantes elementos cohesionadores o dispersores de sociedades.

Los forjadores de éste tremendo complot están consagrados a hundir al mundo en el caos y en la esclavitud más terrible de todos los tiempos. La suerte de la humanidad está en manos de seres inconscientes que forjaron un monstruoso sistema de corrupción y desestabilización. Las potencias deberán ajustarse a una sola agenda que comprende principalmente el socialismo o comunismo científico; el ecumenismo o una sola Religión; el globalismo, homosexualismo, liberalismo, Panteísmo (Adoración a la Naturaleza), anti nacionalismo, despoblación, multiculturalismo, feminismo y demás doctrinas que fomentan seres incultos; malvados, apáticos y homogeneizados con control absoluto de su psicología y acción; idiotizados tras pelotas, gula, placer y su muy propio egoísmo.

Los judíos se infiltraron en todas las sociedades y Religiones así como en el Vaticano. Tejieron infernales maquinaciones contra el orden cristiano y desde siempre han sido los anticristos más furibundos. Han fungido como jefes y agentes principales en todas las revueltas incluyendo caída de Reyes, Gobiernos e incluso los Zares de Rusia. El Judaísmo rabínico explota en odio satánico implacable hacia Cristo nuestro señor y su Iglesia; crearon y animaron un odio suficientemente violento que desarrolló un cáncer en las entrañas de las naciones actuales sin que parezca encontrarse un remedio eficaz contra ello. Su sueño es el reinado Israelita global.

La judería internacional son también la cabeza o directores ocultos de las logias masónicas. Los masones no son más que sus trabajadores o una herramienta más; éstos conocen perfectamente estar al servicio de un proyecto judío global que tiene como meta la destrucción de la civilización cristiana. Saben que sirven para lograr el dominio mundial, destruir la Santa Iglesia católica y demás religiones. La masonería es profunda y apasionadamente de origen judío desde el principio hasta el fin; le evidencian simbolismos, rituales, escudos, números y grados, por ejemplo en un rito el grado 16 equivale a Príncipe del Líbano; el 23 es Príncipe de Jerusalén, el 24 Príncipe del Tabernáculo y el 33 la edad plena del Cristo.

Es duro comprender todo sobre este tema, puesto que un cumulo de mentiras ha deformado la verdad y maniatado a los cristianos con una moral derrotista y cobarde basada en una supuesta benevolencia. Ahora nos tocará enfrentarnos en luchas insensibles e inhumanas contra doctrinas perversas donde no habrá un Dios Padre amoroso sino uno cósmico; no habrá Iglesias ni principios trascendentales. Pero no cuentan con la asistencia que Dios nuestro señor dará a su pueblo e Iglesia para impedir que prevalezca semejante maniobra; como castigo están documentadas bíblicamente diversas amenazas divinas contra el pueblo judío.


ANTONIO CANO

El nuevo orden mundial o plan de la Sinarquía, compuesta por la mafia judeo- masónica y la Elite planetaria o conjunto de poderosos; lograron las conquistas necesarias para arribar a su meta. Su audacia llegó al extremo de convertir a los gobiernos y Religiones en satélites a su servicio por ser los más importantes elementos cohesionadores o dispersores de sociedades.

Los forjadores de éste tremendo complot están consagrados a hundir al mundo en el caos y en la esclavitud más terrible de todos los tiempos. La suerte de la humanidad está en manos de seres inconscientes que forjaron un monstruoso sistema de corrupción y desestabilización. Las potencias deberán ajustarse a una sola agenda que comprende principalmente el socialismo o comunismo científico; el ecumenismo o una sola Religión; el globalismo, homosexualismo, liberalismo, Panteísmo (Adoración a la Naturaleza), anti nacionalismo, despoblación, multiculturalismo, feminismo y demás doctrinas que fomentan seres incultos; malvados, apáticos y homogeneizados con control absoluto de su psicología y acción; idiotizados tras pelotas, gula, placer y su muy propio egoísmo.

Los judíos se infiltraron en todas las sociedades y Religiones así como en el Vaticano. Tejieron infernales maquinaciones contra el orden cristiano y desde siempre han sido los anticristos más furibundos. Han fungido como jefes y agentes principales en todas las revueltas incluyendo caída de Reyes, Gobiernos e incluso los Zares de Rusia. El Judaísmo rabínico explota en odio satánico implacable hacia Cristo nuestro señor y su Iglesia; crearon y animaron un odio suficientemente violento que desarrolló un cáncer en las entrañas de las naciones actuales sin que parezca encontrarse un remedio eficaz contra ello. Su sueño es el reinado Israelita global.

La judería internacional son también la cabeza o directores ocultos de las logias masónicas. Los masones no son más que sus trabajadores o una herramienta más; éstos conocen perfectamente estar al servicio de un proyecto judío global que tiene como meta la destrucción de la civilización cristiana. Saben que sirven para lograr el dominio mundial, destruir la Santa Iglesia católica y demás religiones. La masonería es profunda y apasionadamente de origen judío desde el principio hasta el fin; le evidencian simbolismos, rituales, escudos, números y grados, por ejemplo en un rito el grado 16 equivale a Príncipe del Líbano; el 23 es Príncipe de Jerusalén, el 24 Príncipe del Tabernáculo y el 33 la edad plena del Cristo.

Es duro comprender todo sobre este tema, puesto que un cumulo de mentiras ha deformado la verdad y maniatado a los cristianos con una moral derrotista y cobarde basada en una supuesta benevolencia. Ahora nos tocará enfrentarnos en luchas insensibles e inhumanas contra doctrinas perversas donde no habrá un Dios Padre amoroso sino uno cósmico; no habrá Iglesias ni principios trascendentales. Pero no cuentan con la asistencia que Dios nuestro señor dará a su pueblo e Iglesia para impedir que prevalezca semejante maniobra; como castigo están documentadas bíblicamente diversas amenazas divinas contra el pueblo judío.


ANTONIO CANO