El gran Reseteo es el último paso antes de imponer la dictadura negra del Nuevo Orden Mundial (NOM) que será el gobierno de unos pocos tiranos sin rostro o Elite anticristiana enceguecida por el poder, el pecado y el odio a las virtudes. Originalmente fue presentado en el Foro de Davos por el Príncipe Carlos de Gales y secuenciado desde el Foro económico mundial a través de su Director Klauss Shwab. Su instauración conlleva medidas gigantescas como las que pide el Fondo Monetario Internacional (FMI) para resetear el capitalismo y reorientar la economía; subir impuestos que acabarían con la clase media y aplicar programas sociales que administren la pobreza MEDIANTE SUBSIDIOS MISERABLES, manteniendo a las sociedades en condiciones de esclavitud; alineado todo esto con otras nefastas Agendas como la 2030, causales a priori de este desorden sistemático que estamos viviendo.
Aseguran que tras la farsa de esta pandemia, el siguiente paso en la hoja de ruta del NOM es el “Gran reseteo”. Este evento es apoyado por Joe Biden, Justin Trudeau y Emanuel Macron Presidentes de USA, Canadá y Francia por nombrar solo algunas celebridades; tras ellos se encuentra la Sinarquía de multimillonarios apátridas que complotan desde hace varios siglos en las sombras para derrumbar toda civilización cristiana; borran todo rastro del bien sobre la tierra y destruirán la obra de la creación. Entre los miembros de secta maldita se encuentran Bill Gates, George Soros, los Rothschild, los Rockefeller, los Warburg y muchos fieles Judíos Talmudistas y ocultistas que principalmente portan bajo su brazo códigos pseudo religiosos anticristianos de doble moral como “El Talmud”.
Casi todos los políticos y líderes mundiales son servidores de esta delincuencia globalista que pretende eliminar los Estados y Países para formar su único Gobierno Mundial. Bajo la apariencia de luchas políticas utilizan la democracia moderna para llegar a las cumbres del poder y así ingenuamente permitimos que nuestros enemigos ocupen la mayoría de los puestos políticos, académicos y liderazgos sociales. Estos personajes carecen de ideales de bien y han demostrado ser un gran engaño; aplican sin tregua los principios judeo- masónicos y la cultura de muerte que solo ha servido para quitarle su verdadero señorío a lo bueno. La autoridad que debería descender de los cielos la usurparon e invirtieron haciéndola emerger ahora de los pueblos sabios con actores deshonestos que no disciernen entre el bien y el mal y se basan en conceptos pervertidos que permiten traicionar, robar, matar y mentir sin remordimientos, no buscan jamás el bien de la ciudadanía.
Estos delincuentes transnacionales nos llevan camino al abismo. Están destruyendo Patrias, culturas, Leyes, educación y valores; su fondo es una guerra espiritual a muerte. Es muy fácil quedarse callados pero las consecuencias serán muy graves; debemos salir a luchar a las calles y doblar rodilla para evitar que siga arribando al poder el comunismo, el socialismo, el feminismo y sobre todo el judeo- masonismo luciferino. El bien siempre tiene la última palabra cuando es ejercitado acertadamente.
