/ jueves 30 de abril de 2020

Un Día del Niño diferente

Los espacios vacíos esconden los ecos que poco a poco se marchitan, los juguetes pierden su encanto mientras se llenan de polvo en el pequeño rincón obscuro de la casa, las calles extrañan el vaivén de esos pequeños pies que lo mismo corren, que brincan, que caminan en todas direcciones y sin aparente sentido, los parques son espacios fantasmas, adornados con juegos y luces que pierden su brillo en la soledad de la tarde-noche, las escuelas son elefantes blancos llenos de sabiduría que duermen despiertos, esperando impacientes el regreso de la curiosidad, la inocencia y las travesuras salpicadas de murmullos.

Tras las cortinas de las casas se esconden las ilusiones, la imaginación y las energías, pero también el miedo, la incertidumbre y hasta la violencia, ellos se resisten a entender, intentan distraerse con algunas lecciones insípidas que llegan a través de una pantalla, la tecnología absorbe su atención y la niña de sus ojos baila al ritmo de esas luces que parecen interminables. Las emociones, los sentimientos y el placer se acumulan en una capsula del tiempo, la vida ha cambiado su rutina en un instante y no es el Lobo Feroz, Scar o Malefica quien los asecha, sino un virus que no solo es diminuto sino invisible.

La esperanza de salvación no está en los héroes tradicionales, no será el hombre araña, la mujer maravilla, vaya, ni el mismo chapulín colorado, hoy la heroína se llama “Susana Distancia”, ella ha llegado a imponer nuevas reglas y dice que obligatorias para todos, quiere que nos cubramos la boca, la nariz y hasta los ojos, dice que los besos, los abrazos y hasta el saludo de mano simplemente lo dejemos para después, nos invita a seguir rigurosamente hábitos extremos de higiene, como lavarse las manos tantas veces como sea posible y sobretodo insiste e insiste en esa frese “Quédate en Casa, Quédate en Casa” que más bien parce una frase de Burro, el amigo de Shrek.

La marca que dejará esta extraña batalla en la presente generación de niñas y niños, será difícil de asimilar, cómo explicarles que son ellos y sus familias los actores principales en este inesperado cuento; los abuelos sufren aislados en su cuartel, sus pequeños soldados hoy son sus potenciales enemigos, los padres de familia actúan con aparente desprecio ante la necesidad de caricias de sus vástagos, su casa es ahora su pequeña prisión, sus maestros son solo rostros con voz, que intentan explicar una lección pero sin esencia, la escuela, la ciudad y otros espacios son solo imágenes virtuales, que permiten el juego solo en la imaginación.

Un día del niño diferente se festeja hoy, el traje del payaso está colgado en el ropero, los dulces, la piñata, la fiesta, el juego y la diversión, es posible que deban esperar para otra ocasión, los amigos deben cuidarse y quedarse en casa.

La pandemia que vivimos es una guerra que debemos luchar juntos, el villano de este cuento es peligroso, dejemos que “Susana Distancia” nos ayude, no olvidemos que la felicidad de los niños es la base para una sociedad mejor, respetar sus derechos es una obligación, festejemos con mesura pero con alegría a las y los niños, ellos se lo merecen siempre, aun en medio de un día del niño diferente, alimentemos en todo moemnto sus sueños y su imaginación, que su mejor regalo sea el cuidado, la protección y sobre todo mucho amor.

¡Feliz Día del Niño!

Los espacios vacíos esconden los ecos que poco a poco se marchitan, los juguetes pierden su encanto mientras se llenan de polvo en el pequeño rincón obscuro de la casa, las calles extrañan el vaivén de esos pequeños pies que lo mismo corren, que brincan, que caminan en todas direcciones y sin aparente sentido, los parques son espacios fantasmas, adornados con juegos y luces que pierden su brillo en la soledad de la tarde-noche, las escuelas son elefantes blancos llenos de sabiduría que duermen despiertos, esperando impacientes el regreso de la curiosidad, la inocencia y las travesuras salpicadas de murmullos.

Tras las cortinas de las casas se esconden las ilusiones, la imaginación y las energías, pero también el miedo, la incertidumbre y hasta la violencia, ellos se resisten a entender, intentan distraerse con algunas lecciones insípidas que llegan a través de una pantalla, la tecnología absorbe su atención y la niña de sus ojos baila al ritmo de esas luces que parecen interminables. Las emociones, los sentimientos y el placer se acumulan en una capsula del tiempo, la vida ha cambiado su rutina en un instante y no es el Lobo Feroz, Scar o Malefica quien los asecha, sino un virus que no solo es diminuto sino invisible.

La esperanza de salvación no está en los héroes tradicionales, no será el hombre araña, la mujer maravilla, vaya, ni el mismo chapulín colorado, hoy la heroína se llama “Susana Distancia”, ella ha llegado a imponer nuevas reglas y dice que obligatorias para todos, quiere que nos cubramos la boca, la nariz y hasta los ojos, dice que los besos, los abrazos y hasta el saludo de mano simplemente lo dejemos para después, nos invita a seguir rigurosamente hábitos extremos de higiene, como lavarse las manos tantas veces como sea posible y sobretodo insiste e insiste en esa frese “Quédate en Casa, Quédate en Casa” que más bien parce una frase de Burro, el amigo de Shrek.

La marca que dejará esta extraña batalla en la presente generación de niñas y niños, será difícil de asimilar, cómo explicarles que son ellos y sus familias los actores principales en este inesperado cuento; los abuelos sufren aislados en su cuartel, sus pequeños soldados hoy son sus potenciales enemigos, los padres de familia actúan con aparente desprecio ante la necesidad de caricias de sus vástagos, su casa es ahora su pequeña prisión, sus maestros son solo rostros con voz, que intentan explicar una lección pero sin esencia, la escuela, la ciudad y otros espacios son solo imágenes virtuales, que permiten el juego solo en la imaginación.

Un día del niño diferente se festeja hoy, el traje del payaso está colgado en el ropero, los dulces, la piñata, la fiesta, el juego y la diversión, es posible que deban esperar para otra ocasión, los amigos deben cuidarse y quedarse en casa.

La pandemia que vivimos es una guerra que debemos luchar juntos, el villano de este cuento es peligroso, dejemos que “Susana Distancia” nos ayude, no olvidemos que la felicidad de los niños es la base para una sociedad mejor, respetar sus derechos es una obligación, festejemos con mesura pero con alegría a las y los niños, ellos se lo merecen siempre, aun en medio de un día del niño diferente, alimentemos en todo moemnto sus sueños y su imaginación, que su mejor regalo sea el cuidado, la protección y sobre todo mucho amor.

¡Feliz Día del Niño!