/ lunes 7 de septiembre de 2020

Tratado Internacional

Este tema es de repercusiones mundiales, y sin meternos los simples e ignorantes ciudadanos, sin ser ofensa, más bien es un orgullo muy visible el hecho que nos importe poco o nada esto, con el razonamiento de que no es cosa de uno, aunque repercuta, pero eso sí, que no falte caguama el fin de semana.

Es un acuerdo según la ley, entre dos países o naciones, como si fuera un contrato común, pero a niveles nacionales e internacionales, es decir de dos personas, y los efectos son de cumplir con lo tratado, pero en este caso, es el pueblo los que debemos sufrir los efectos, nos metamos o no, estuviéramos o no, opináramos o no, para responder con los bienes de la nación, que son de todos por derecho constitucional, aun con las disposiciones de ley que es el gobierno, pero los responsables son personas, no la letra de la ley, se evaden como es costumbre.

Pero, ¿sabemos que es?, ¿efectos?, ¿tiempos?, ¿con que se come?, ¿Cómo se hace o realiza?, creo que ni de lejos la mayoría de los mexicanos sabemos que es y ni nos importa, solo la fiesta del fin de semana, el negocio rápido, la burla, destrozar al que piensa porque nos molesta o estorba, y ni pensamos que también afectara a nuestros hijos y nietos, y sin meter o mediar palabra alguna, y lo que se maneja es un bien del pueblo, aunque sea a través del gobierno, pero aclaro, no se ataca al gobierno, me refiero a la persona que hace el tratado a nombre de todos, del país.

Empezamos con la persona que estaba o está en la administración pública, como representante del gobierno mexicano, y como ministro, aparte del presidente de la república, con aprobación del Senado, y del Congreso para determinados casos, y la cámara de diputados, para iniciar sobre impuestos o sangre (guerras o medios de seguridad pública), y son sobre tierras, aguas, armas, petróleo, uranio, en cosas menores, gas, y paso por las tierras nacionales, para venderlas, rentarlas o cambiarlas unas por otras, según esto, ya sea por productos o dineros mas o menos a la par o igual, como trato inteligente para México, y el pueblo, y dentro de un marco legal exprofeso, y delicado, por lo que se trata.

Ahora es ver al tipo de personas, que han sido los allegados, familiares de los de más alto puesto, y poder, que es lo peligroso, pero me voy por el lado legal, que es lo que quiero explicar, ya que los bienes, son del pueblo, de la nación, y su trato, es por acuerdo y disposición de la ley, aunque la persona lo haga, suponiendo que sea alguien interesado en beneficiar a su país, pero, al contrario, si saca ganancia se denomina inteligente, y se reparte con los demás, con las propiedades que no son de él de manera individual, aunque tenga una milésima parte de ese derecho como ciudadano, y se realiza en otro lugar, publico, pero entre lo que se denomina debajo de la mesa, una lana, que no se registra desde luego, pero se guarda en un banco local o extranjero, muy inteligente por cierto, pero lo que quedo en medio es la propiedad de la nación, y la responsabilidad de todos, y no se debe de reclamar lo propio, ni lo que se debe de pagar porque los ofende sobremanera, y su dignidad les permite tomar lo que está a la mano, ofrecido y callado.

Estos tratados tienen mucho de formal y serio por la responsabilidad que trae aparejada, considerando que sus efectos son por muchos años, como los tratados de Bucareli, los de aguas, actualmente sus efectos aun con años, sin considerar los efectos climáticos que hemos hecho al robar madera y tumbar bosques, sin misericordia, con hambre, los de no hacer armas por parte de México y hasta el cañón del General, me parece Mondragón, que se tuvo que fundir por coraje de los estadounidenses, que como siempre querían agarrar pichón y se la pellizcaron, lo que les dio mucha mohína, mueca, o coraje, al grado de manear a los mexicanos, pues así, pelada, hasta con resorteras nos dan en la torre, y con ayuda de los hermanos mexicanos judas que nos venden, con la carita de buenos gobernantes y sumisos al gobierno, viéndonos la cara, todos somos el gobierno, como pueblo.

Esos se hicieron patos, y pasó el tiempo, y si lo mencionamos, se ofenden por poner en duda su trabajo, pero los efectos son aplastantes y casualmente esos aparecen con dinero de la noche a la mañana, sin procedencia palpable de manera legal y de trabajo; prodigiosamente, ¡mira qué casualidad!

PARA ACOMPAÑAR DE UN CAFÉ

Este tema es de repercusiones mundiales, y sin meternos los simples e ignorantes ciudadanos, sin ser ofensa, más bien es un orgullo muy visible el hecho que nos importe poco o nada esto, con el razonamiento de que no es cosa de uno, aunque repercuta, pero eso sí, que no falte caguama el fin de semana.

Es un acuerdo según la ley, entre dos países o naciones, como si fuera un contrato común, pero a niveles nacionales e internacionales, es decir de dos personas, y los efectos son de cumplir con lo tratado, pero en este caso, es el pueblo los que debemos sufrir los efectos, nos metamos o no, estuviéramos o no, opináramos o no, para responder con los bienes de la nación, que son de todos por derecho constitucional, aun con las disposiciones de ley que es el gobierno, pero los responsables son personas, no la letra de la ley, se evaden como es costumbre.

Pero, ¿sabemos que es?, ¿efectos?, ¿tiempos?, ¿con que se come?, ¿Cómo se hace o realiza?, creo que ni de lejos la mayoría de los mexicanos sabemos que es y ni nos importa, solo la fiesta del fin de semana, el negocio rápido, la burla, destrozar al que piensa porque nos molesta o estorba, y ni pensamos que también afectara a nuestros hijos y nietos, y sin meter o mediar palabra alguna, y lo que se maneja es un bien del pueblo, aunque sea a través del gobierno, pero aclaro, no se ataca al gobierno, me refiero a la persona que hace el tratado a nombre de todos, del país.

Empezamos con la persona que estaba o está en la administración pública, como representante del gobierno mexicano, y como ministro, aparte del presidente de la república, con aprobación del Senado, y del Congreso para determinados casos, y la cámara de diputados, para iniciar sobre impuestos o sangre (guerras o medios de seguridad pública), y son sobre tierras, aguas, armas, petróleo, uranio, en cosas menores, gas, y paso por las tierras nacionales, para venderlas, rentarlas o cambiarlas unas por otras, según esto, ya sea por productos o dineros mas o menos a la par o igual, como trato inteligente para México, y el pueblo, y dentro de un marco legal exprofeso, y delicado, por lo que se trata.

Ahora es ver al tipo de personas, que han sido los allegados, familiares de los de más alto puesto, y poder, que es lo peligroso, pero me voy por el lado legal, que es lo que quiero explicar, ya que los bienes, son del pueblo, de la nación, y su trato, es por acuerdo y disposición de la ley, aunque la persona lo haga, suponiendo que sea alguien interesado en beneficiar a su país, pero, al contrario, si saca ganancia se denomina inteligente, y se reparte con los demás, con las propiedades que no son de él de manera individual, aunque tenga una milésima parte de ese derecho como ciudadano, y se realiza en otro lugar, publico, pero entre lo que se denomina debajo de la mesa, una lana, que no se registra desde luego, pero se guarda en un banco local o extranjero, muy inteligente por cierto, pero lo que quedo en medio es la propiedad de la nación, y la responsabilidad de todos, y no se debe de reclamar lo propio, ni lo que se debe de pagar porque los ofende sobremanera, y su dignidad les permite tomar lo que está a la mano, ofrecido y callado.

Estos tratados tienen mucho de formal y serio por la responsabilidad que trae aparejada, considerando que sus efectos son por muchos años, como los tratados de Bucareli, los de aguas, actualmente sus efectos aun con años, sin considerar los efectos climáticos que hemos hecho al robar madera y tumbar bosques, sin misericordia, con hambre, los de no hacer armas por parte de México y hasta el cañón del General, me parece Mondragón, que se tuvo que fundir por coraje de los estadounidenses, que como siempre querían agarrar pichón y se la pellizcaron, lo que les dio mucha mohína, mueca, o coraje, al grado de manear a los mexicanos, pues así, pelada, hasta con resorteras nos dan en la torre, y con ayuda de los hermanos mexicanos judas que nos venden, con la carita de buenos gobernantes y sumisos al gobierno, viéndonos la cara, todos somos el gobierno, como pueblo.

Esos se hicieron patos, y pasó el tiempo, y si lo mencionamos, se ofenden por poner en duda su trabajo, pero los efectos son aplastantes y casualmente esos aparecen con dinero de la noche a la mañana, sin procedencia palpable de manera legal y de trabajo; prodigiosamente, ¡mira qué casualidad!

PARA ACOMPAÑAR DE UN CAFÉ