/ miércoles 16 de diciembre de 2020

Todo el mundo es un maestro | Sistema inmunológico

PARTE II

Nuestro famoso sistema inmunológico nos protege de todo tipo de virus, bacterias y enfermedades. Tenemos un complejo sistema de órganos, células y moléculas que trabajan en conjunto, de una manera muy organizada e interesante. Paradójicamente los descubrimientos se han acelerado relativamente hace unas décadas, a partir de una nueva y mejorada comprensión de las células que a su vez han sido posibles gracias al estudio de los virus. Así que algo que trae este coronavirus es también muchos más estudios y comprensión de las células de nuestro sistema inmunológico.

Echando un leve vistazo, es terrible que los virus se apoderen de mis células, y ataquen nuestro sistema inmunológico. Estamos rodeados de virus, no solo de coronavirus sino de millones de diferentes tipos de virus, que según teorías han estado en este planeta incluso antes de aparecer la propia célula, mucho antes de que apareciéramos los humanos. Los virus son muy extraños porque no cumplen con las funciones que un ser vivo requiere para estar vivo, que es tener como mínimo una célula, como las bacterias. Tampoco crecen, se desarrollan, ni mueren. Los virus no son autónomos. Los científicos se debaten entre si son o no un ser vivo. Son productos químicos entidades de proteína organizada, entes entre la vida y la muerte.

Los descubrimientos sobre virus son muy recientes, hace cien años no teníamos los potentes microscopios con los que contamos ahora para ver algo tan diminuto, pues ni siquiera las células se pueden apreciar a simple vista, y los virus son muchísimos más pequeños todavía. Así que apenas estas últimas décadas hemos tenido la tecnología para estudiarlos más a fondo y que también ha permitido a ciencias como la biología dar esos pasos adelantados en cuanto a clonación, reproducción en vitro, descifrar el genoma humano y todos estos apasionantes temas. Desde el inicio de la vida hay una relación simbiótica con los virus, muchos de los descubrimientos de cómo funcionan las células de nuestro cuerpo han sido posibles gracias a los virus. Este año el virus del Covid-19 revolucionó la ciencia y el entendimiento del sistema inmunológico, con la búsqueda de una vacuna.

Si los virus han sido capaces en épocas pasadas de evolucionar el genoma humano ¿Podrá esta epidemia contribuir en un nuevo proceso de evolución? La importancia de un sistema inmunológico saludable es la mejor forma de protegernos en estos días. Tenemos varios tipos de inmunidad, es un sistema complejo que involucra órganos, células y moléculas para trabajan muy duro por nosotros. Los órganos involucrados en este trabajo son la medula ósea, (tejido suave y esponjoso que se encuentra en las cavidades óseas), adenoides (Dos glándulas ubicadas en la parte posterior del conducto nasal), Ganglios linfáticos, vasos linfáticos, placas de peyer, bazo, timo, amígdalas. Desde luego nuestras células, en especial los linfocitos T que son los principales en la inmunidad humoral, como los anticuerpos, entre otras moléculas.

La respuesta inmune viene con la respuesta de las células. Si nuestras células se aceleran y se reproducen descontroladamente entonces viene lo que llamamos cáncer. Que no es nada más que un descontrol celular, y cuando morimos es porque finalmente nuestras células no pueden continuar con la homeóstasis, un equilibrio químico que nos mantiene vivos, así que al perder la homeóstasis, pues perdemos la vida.

Nos toca cuidar lo mejor posible el conjunto de células que somos, pues somos lo que nuestras células comen, sienten, viven.

Mientras nos encontramos con una microscópica búsqueda para entender, clasificar, atacar, virus, nos encontramos con el apasionante mundo de la célula y mientras se dan procesos químicos microscopios complejos e intensos en el interior de nuestros cuerpos, en el exterior también se viven acciones y consecuencias que se observan desde nuestra organizaciones sociales, de salud, políticas y económicas.

PARTE II

Nuestro famoso sistema inmunológico nos protege de todo tipo de virus, bacterias y enfermedades. Tenemos un complejo sistema de órganos, células y moléculas que trabajan en conjunto, de una manera muy organizada e interesante. Paradójicamente los descubrimientos se han acelerado relativamente hace unas décadas, a partir de una nueva y mejorada comprensión de las células que a su vez han sido posibles gracias al estudio de los virus. Así que algo que trae este coronavirus es también muchos más estudios y comprensión de las células de nuestro sistema inmunológico.

Echando un leve vistazo, es terrible que los virus se apoderen de mis células, y ataquen nuestro sistema inmunológico. Estamos rodeados de virus, no solo de coronavirus sino de millones de diferentes tipos de virus, que según teorías han estado en este planeta incluso antes de aparecer la propia célula, mucho antes de que apareciéramos los humanos. Los virus son muy extraños porque no cumplen con las funciones que un ser vivo requiere para estar vivo, que es tener como mínimo una célula, como las bacterias. Tampoco crecen, se desarrollan, ni mueren. Los virus no son autónomos. Los científicos se debaten entre si son o no un ser vivo. Son productos químicos entidades de proteína organizada, entes entre la vida y la muerte.

Los descubrimientos sobre virus son muy recientes, hace cien años no teníamos los potentes microscopios con los que contamos ahora para ver algo tan diminuto, pues ni siquiera las células se pueden apreciar a simple vista, y los virus son muchísimos más pequeños todavía. Así que apenas estas últimas décadas hemos tenido la tecnología para estudiarlos más a fondo y que también ha permitido a ciencias como la biología dar esos pasos adelantados en cuanto a clonación, reproducción en vitro, descifrar el genoma humano y todos estos apasionantes temas. Desde el inicio de la vida hay una relación simbiótica con los virus, muchos de los descubrimientos de cómo funcionan las células de nuestro cuerpo han sido posibles gracias a los virus. Este año el virus del Covid-19 revolucionó la ciencia y el entendimiento del sistema inmunológico, con la búsqueda de una vacuna.

Si los virus han sido capaces en épocas pasadas de evolucionar el genoma humano ¿Podrá esta epidemia contribuir en un nuevo proceso de evolución? La importancia de un sistema inmunológico saludable es la mejor forma de protegernos en estos días. Tenemos varios tipos de inmunidad, es un sistema complejo que involucra órganos, células y moléculas para trabajan muy duro por nosotros. Los órganos involucrados en este trabajo son la medula ósea, (tejido suave y esponjoso que se encuentra en las cavidades óseas), adenoides (Dos glándulas ubicadas en la parte posterior del conducto nasal), Ganglios linfáticos, vasos linfáticos, placas de peyer, bazo, timo, amígdalas. Desde luego nuestras células, en especial los linfocitos T que son los principales en la inmunidad humoral, como los anticuerpos, entre otras moléculas.

La respuesta inmune viene con la respuesta de las células. Si nuestras células se aceleran y se reproducen descontroladamente entonces viene lo que llamamos cáncer. Que no es nada más que un descontrol celular, y cuando morimos es porque finalmente nuestras células no pueden continuar con la homeóstasis, un equilibrio químico que nos mantiene vivos, así que al perder la homeóstasis, pues perdemos la vida.

Nos toca cuidar lo mejor posible el conjunto de células que somos, pues somos lo que nuestras células comen, sienten, viven.

Mientras nos encontramos con una microscópica búsqueda para entender, clasificar, atacar, virus, nos encontramos con el apasionante mundo de la célula y mientras se dan procesos químicos microscopios complejos e intensos en el interior de nuestros cuerpos, en el exterior también se viven acciones y consecuencias que se observan desde nuestra organizaciones sociales, de salud, políticas y económicas.

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