/ miércoles 27 de enero de 2021

Todo el mundo es un maestro | ¿Qué buscaba el Rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda?

Todavía rondan los rumores y el debate en quienes confirman la existencia y quienes todavía discuten la existencia del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Y si es o no verdad la existencia del rey Arturo, la búsqueda de la verdad si es verdad.

Los recientes descubrimientos arqueológicos confirman la existencia del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. La ficción cobra verdad. La evidencia señala en los primeros años del cristianismo, en el Medioevo Europeo, durante lo que fue el reinado de Arturo, la isla de Inglaterra se consolidó como una nación próspera.

En una de sus versiones, la leyenda cuenta que el hechicero Merlin hizo el encantamiento para que Arturo fuera concebido, el rey Uther de Inglaterra se enamoró de Igerna, la esposa de uno de sus vasallos y para poder acostarse con ella Merlin le ayuda a cambiar su imagen por la del esposo de esta doncella y poderse meter en la cama con ella. A cambio, Merlin se cobra el primer hijo del rey, así que Arturo va a dar a la tutela de otros padres hasta que saca la famosa espada Excalibur de la roca. Después Arturo y Merlin se vuelven a juntar. Merlin sabe que con la entrada del Cristianismo a los hechiceros, magas, hadas y dragones les queda poco tiempo en la tierra, la riqueza de la mitología celta tiene sus días contados para dar paso a la nueva era. Puedo imaginar que la magia en aquellos años pudiera ser algo muy semejante a lo que hoy llamamos ciencia y tecnología. El caso es que como lo predijo Merlin, con el Cristianismo llega la era del hombre que con ideales como el honor por el que cualquier caballero con gusto daba su vida. Nobles ideales que aunque con sus buenas intenciones se desvanecen en sus propios errores y uno de los más grandes fue desplazar a la mujer, por eso la hechicera Morgana es la mala de la historia. Las nobles intenciones no son suficientes, los errores nos siguen alejando de la verdad que desenfrenadamente quieren ciencia y religiones.

La verdad que los caballeros medievales reflejaron en la búsqueda del Santo Grial contiene la sangre de Jesucristo que se envuelve en las palabras “Yo soy la verdad y la vida” búsqueda desenfrenada que se ha extendido hasta nuestros días por científicos y religiosos. Verdad que se asoma, que juega bromas, que juega a los dados, que aparece y desaparece, que depende del cristal con que se mira.

Muchas de las leyendas del rey Arturo que se conocían por tradición oral, (pues casi nadie leía y escribía en aquella época) las escribe durante sus años en la cárcel el escritor inglés Sir Thomas Malory quien vivió de 1415 a 1471 y convirtió su obra literaria en una de las primeras y más importantes en la lengua inglesa, de entre sus muchas narraciones, La muerte del Rey Arturo es un exquisito ejemplo del final de un hombre que sobre sus errores y virtudes, más allá de ser esposo y padre fue primero que todo un rey entregado a construir una nación próspera que solo logra con la ayuda de sus más de 100 caballeros de la mesa redonda a quienes pedía consejos y quienes sin la menor intención de quitarle poder a su rey sino todo lo contrario, tenían muy en alto el valor de la lealtad y la lucha por algo más grande que sus vidas.

En la búsqueda el reino prospera, la nación se enriquece. Cuando termina el reinado de Arturo y sus caballeros nuevamente reina el caos hasta que llegue un nuevo rey o reina con los ideales y el liderazgo necesarios para llevar las riendas de un país próspero que proteja a sus habitantes y los tenga en una atmósfera de paz y justicia que es posible cuando se encuentra la verdad.


Todavía rondan los rumores y el debate en quienes confirman la existencia y quienes todavía discuten la existencia del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. Y si es o no verdad la existencia del rey Arturo, la búsqueda de la verdad si es verdad.

Los recientes descubrimientos arqueológicos confirman la existencia del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda. La ficción cobra verdad. La evidencia señala en los primeros años del cristianismo, en el Medioevo Europeo, durante lo que fue el reinado de Arturo, la isla de Inglaterra se consolidó como una nación próspera.

En una de sus versiones, la leyenda cuenta que el hechicero Merlin hizo el encantamiento para que Arturo fuera concebido, el rey Uther de Inglaterra se enamoró de Igerna, la esposa de uno de sus vasallos y para poder acostarse con ella Merlin le ayuda a cambiar su imagen por la del esposo de esta doncella y poderse meter en la cama con ella. A cambio, Merlin se cobra el primer hijo del rey, así que Arturo va a dar a la tutela de otros padres hasta que saca la famosa espada Excalibur de la roca. Después Arturo y Merlin se vuelven a juntar. Merlin sabe que con la entrada del Cristianismo a los hechiceros, magas, hadas y dragones les queda poco tiempo en la tierra, la riqueza de la mitología celta tiene sus días contados para dar paso a la nueva era. Puedo imaginar que la magia en aquellos años pudiera ser algo muy semejante a lo que hoy llamamos ciencia y tecnología. El caso es que como lo predijo Merlin, con el Cristianismo llega la era del hombre que con ideales como el honor por el que cualquier caballero con gusto daba su vida. Nobles ideales que aunque con sus buenas intenciones se desvanecen en sus propios errores y uno de los más grandes fue desplazar a la mujer, por eso la hechicera Morgana es la mala de la historia. Las nobles intenciones no son suficientes, los errores nos siguen alejando de la verdad que desenfrenadamente quieren ciencia y religiones.

La verdad que los caballeros medievales reflejaron en la búsqueda del Santo Grial contiene la sangre de Jesucristo que se envuelve en las palabras “Yo soy la verdad y la vida” búsqueda desenfrenada que se ha extendido hasta nuestros días por científicos y religiosos. Verdad que se asoma, que juega bromas, que juega a los dados, que aparece y desaparece, que depende del cristal con que se mira.

Muchas de las leyendas del rey Arturo que se conocían por tradición oral, (pues casi nadie leía y escribía en aquella época) las escribe durante sus años en la cárcel el escritor inglés Sir Thomas Malory quien vivió de 1415 a 1471 y convirtió su obra literaria en una de las primeras y más importantes en la lengua inglesa, de entre sus muchas narraciones, La muerte del Rey Arturo es un exquisito ejemplo del final de un hombre que sobre sus errores y virtudes, más allá de ser esposo y padre fue primero que todo un rey entregado a construir una nación próspera que solo logra con la ayuda de sus más de 100 caballeros de la mesa redonda a quienes pedía consejos y quienes sin la menor intención de quitarle poder a su rey sino todo lo contrario, tenían muy en alto el valor de la lealtad y la lucha por algo más grande que sus vidas.

En la búsqueda el reino prospera, la nación se enriquece. Cuando termina el reinado de Arturo y sus caballeros nuevamente reina el caos hasta que llegue un nuevo rey o reina con los ideales y el liderazgo necesarios para llevar las riendas de un país próspero que proteja a sus habitantes y los tenga en una atmósfera de paz y justicia que es posible cuando se encuentra la verdad.


ÚLTIMASCOLUMNAS
Cargar Más