/ miércoles 20 de enero de 2021

Todo el mundo es un maestro | La fuerza intelectual de Nicolás Tesla en la tecnología de nuestros días

Nicolás Tesla fue un gran científico, una de las mentes más brillantes del siglo pasado, y aunque murió en la pobreza, la incomprensión y el olvido. En el siglo XXI es un espíritu vigente que con sus ideas revoluciona las nuevas tecnologías.

Su personalidad excéntrica, su falta de empatía, su rivalidad con Tomas Edison, hacían que fuera incomprendido y que su nombre quedara en el olvido y sin apreciar sus contribuciones a la ciencia como se merecen, si no hasta recientemente donde sus aportaciones se van entendiendo y valorando cada vez más. Teléfonos inteligentes, autos eléctricos, cohetes explorando el espacio exterior, entre grandes descubrimientos tecnológicos de la actualidad se relacionan con sus 300 patentes o con alguna invención que no le fue reconocida del todo. Sin embargo Nicolás Tesla es fuente de inspiración para grandes y multimillonarias empresas tecnológicas como TESLA.

Hizo las primeras transmisiones de radio y aunque ganó la demanda de la patente contra Marconi, la prensa se dedicó a difundir a Marconi como inventor de la radio y dándole el premio nobel, cuando es un hecho reconocido que el verdadero inventor de la radio fue Tesla 15 años antes que Marconi y con una amplitud que era capaz de recorrer casi todo el planeta. Muchos de sus inventos fueron demasiado avanzados para su época y muchos de ellos no le convenían a los empresarios, pues se dice que Nicolás quería generar energía eléctrica gratuita para todo el planeta y como no era negocio y el científico no tenía intereses económicos puede ser una de las causas de su muerte en la pobreza material, pero su fuerza intelectual y espiritual sin duda perdura con gran intensidad en nuestros días.

Nunca se casó ni se le conoció ninguna relación amorosa, porque entre otras costumbres que tenía para conservarse sano y fuerte, era preservar una vida virtuosa, él creía que para tener una vida larga debía controlar sus pasiones y apetitos si quería alcanzar sus sueños. Bueno vivió 86 años, tal vez no sean muchos y a la mayoría este celibato pueda resultar incomodo. Pero la vida debe ser al gusto de cada quien. Lo que sí es que tuvo una estricta autodisciplina y una clara planificación de una vida sana.

Entre sus hábitos rígidos y excéntricos como el vegetarianismo, o dormir poco o casi nada, hay uno que llama mi atención, parece simple, pero tiene bastante lógica: Que tu trabajo no sea trabajo, sea tu pasión, tu razón de ser, así no necesitarás vacaciones si te dedicas a realizar lo que más te gusta, y así fue que él se dedicó a inventar todo el tiempo. “Dado que amo mi trabajo sobre todas las cosas, es natural que yo desee hacerlo hasta que muera”. Fue sumamente sobresaliente como inventor, ingeniero mecánico, eléctrico y físico. Y tiene entre algunos de sus inventos: la corriente alterna, motor asíncrono, campo magnético rotativo, radio, tecnología inalámbrica, pionero de los rayos X, y uno de mis favoritos el Teslascopio.

Nicolás Tesla fue un gran científico, una de las mentes más brillantes del siglo pasado, y aunque murió en la pobreza, la incomprensión y el olvido. En el siglo XXI es un espíritu vigente que con sus ideas revoluciona las nuevas tecnologías.

Su personalidad excéntrica, su falta de empatía, su rivalidad con Tomas Edison, hacían que fuera incomprendido y que su nombre quedara en el olvido y sin apreciar sus contribuciones a la ciencia como se merecen, si no hasta recientemente donde sus aportaciones se van entendiendo y valorando cada vez más. Teléfonos inteligentes, autos eléctricos, cohetes explorando el espacio exterior, entre grandes descubrimientos tecnológicos de la actualidad se relacionan con sus 300 patentes o con alguna invención que no le fue reconocida del todo. Sin embargo Nicolás Tesla es fuente de inspiración para grandes y multimillonarias empresas tecnológicas como TESLA.

Hizo las primeras transmisiones de radio y aunque ganó la demanda de la patente contra Marconi, la prensa se dedicó a difundir a Marconi como inventor de la radio y dándole el premio nobel, cuando es un hecho reconocido que el verdadero inventor de la radio fue Tesla 15 años antes que Marconi y con una amplitud que era capaz de recorrer casi todo el planeta. Muchos de sus inventos fueron demasiado avanzados para su época y muchos de ellos no le convenían a los empresarios, pues se dice que Nicolás quería generar energía eléctrica gratuita para todo el planeta y como no era negocio y el científico no tenía intereses económicos puede ser una de las causas de su muerte en la pobreza material, pero su fuerza intelectual y espiritual sin duda perdura con gran intensidad en nuestros días.

Nunca se casó ni se le conoció ninguna relación amorosa, porque entre otras costumbres que tenía para conservarse sano y fuerte, era preservar una vida virtuosa, él creía que para tener una vida larga debía controlar sus pasiones y apetitos si quería alcanzar sus sueños. Bueno vivió 86 años, tal vez no sean muchos y a la mayoría este celibato pueda resultar incomodo. Pero la vida debe ser al gusto de cada quien. Lo que sí es que tuvo una estricta autodisciplina y una clara planificación de una vida sana.

Entre sus hábitos rígidos y excéntricos como el vegetarianismo, o dormir poco o casi nada, hay uno que llama mi atención, parece simple, pero tiene bastante lógica: Que tu trabajo no sea trabajo, sea tu pasión, tu razón de ser, así no necesitarás vacaciones si te dedicas a realizar lo que más te gusta, y así fue que él se dedicó a inventar todo el tiempo. “Dado que amo mi trabajo sobre todas las cosas, es natural que yo desee hacerlo hasta que muera”. Fue sumamente sobresaliente como inventor, ingeniero mecánico, eléctrico y físico. Y tiene entre algunos de sus inventos: la corriente alterna, motor asíncrono, campo magnético rotativo, radio, tecnología inalámbrica, pionero de los rayos X, y uno de mis favoritos el Teslascopio.

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